martes, 6 de junio de 2023

EL MEJOR ALIADO. Artículo de un buen amigo.


Queridos lectores, estoy superando un bichito que me ha impedido por ahora, seguir escribiendo mis artículos. Pronto espero estar en contacto con vosotros de nuevo.

Un buen amigo mío, nada menos que Sotero Amador, me ha enviado este artículo que ha escrito. Estoy totalmente de acuerdo con su contenido, por lo que me he atrevido, contando con su permiso a publicarlo.




El mejor aliado

Hace ya unos cuantos años del nacimiento del movimiento 15M. En aquellos momentos de crisis y gran indignación muchos jóvenes, y algunos no tan jóvenes, tomaron las calles con manifestaciones y acampadas muy molestas tanto para los gobiernos de turno como para muchos ciudadanos. 

Todo esto fue el caldo de cultivo para el crecimiento de Podemos y su líder Pablo Iglesias. Consiguieron unos resultados en las diversas elecciones celebradas que sorprendieron a mucha gente, creo que incluso a los propios dirigentes de dicha formación.

Su entrada en política fue muy útil para el gobierno de Mariano Rajoy al llevar al Congreso las protestas y tranquilizar bastante la calle. Además, la división del voto de la izquierda favorecía claramente los intereses de la derecha, aunque me da la impresión de que se les fue un poco la mano y fomentaron el crecimiento de Podemos más de lo que hubieran querido. El gobierno de Rajoy pudo seguir gobernando sin mayoría gracias a una investidura en la que varios diputados socialistas se abstuvieron para evitar unas terceras elecciones generales que hubieran sido inaceptables para una gran parte de la población.

Hasta que llegó la moción de censura a Rajoy en 2018 y Pedro Sánchez tomó las riendas del gobierno. Cuando convocó elecciones en 2019 no obtuvo los votos suficientes para gobernar y fuimos a nuevas elecciones con resultados similares. Otra vez se vislumbraron unas nuevas elecciones. La derecha no estaba dispuesta a dejar gobernar en minoría a Sánchez, y nos encontramos con un gobierno de coalición por primera vez en la historia de nuestra democracia.

Pablo Iglesias se convirtió nada menos que en vicepresidente del gobierno. Su carrera política había sido meteórica. Y no satisfecho con ello colocó a su pareja de entonces, la inefable Irene Montero, como ministra. Ahí queda eso. Y para estar más cerca del poder se trasladaron de Vallecas a Galapagar, a una casa con jardín, piscina y todas las comodidades posibles.

En principio nada que objetar a que un dirigente o votante de izquierdas tenga una casa estupenda, un coche de alta gama, vaya a buenos restaurantes o utilice la sanidad privada cuando lo considere oportuno. Siempre y cuando haya alcanzado todo ello de una forma honrada, no me parece en absoluto criticable. ¿Acaso solo pueden disfrutar estas cosas las personas de derechas como a veces parecen defender algunos de mis familiares, amigos o conocidos? ¡Hasta ahí podríamos llegar!

No me parecería mal por tanto dicho cambio de casa por parte del vicepresidente y su pareja, si no fuera porque poco antes Pablo Iglesias se había hartado de despotricar contra “la casta” llegando a criticar a los políticos que se alejaban de sus votantes. Coherencia cero por su parte. Las críticas de la derecha fueron constantes por su modo de vida. Vivía como un burgués, igual que los ricos. La verdad es que se lo puso fácil el señor vicepresidente.

Entre medias tuvimos que sufrir una pandemia como nunca habíamos vivido. El Gobierno estaba recién llegado, pero eso no fue obstáculo para responsabilizar a Pablo Iglesias del absoluto caos que se produjo en las residencias de ancianos en los primeros meses de esta gran crisis sanitaria. En Madrid donde la derecha gobierna desde tiempo inmemorial con las competencias en Sanidad cedidas hace muchos años, sus dirigentes tuvieron la desfachatez de responsabilizar de este desastre al vicepresidente del gobierno central que acababa de tomar posesión de su cargo. Era lo que muchos querían oír, lo oyeron y se lo creyeron. 

El cuestionamiento de la transición a la democracia tras la muerte del dictador también ha sido habitual por parte del señor Iglesias y de otros dirigentes de su partido. 

Para la mayoría de la gente de mi generación, que vivimos de cerca el final del franquismo, la transición realizada en España fue algo de lo que nos sentimos muy orgullosos. La generosidad de muchos políticos de entonces, empezando por Adolfo Suárez y siguiendo por otros muchos fue un ejemplo para el mundo de cómo se puede pasar de una dictadura a una democracia sin traumas y con un amplio consenso. La concordia que hubo entonces está fuera de toda duda y es citada en medio mundo como un ejemplo a seguir. Que se puedan y deban mejorar algunas cuestiones que con el paso del tiempo se han podido quedar obsoletas no invalida de ninguna manera el enorme esfuerzo que se hizo para llegar a donde estamos hoy. Que ahora vengan a cuestionar todo esto me parece absolutamente oportunista. Otra vez más munición para los partidos de derechas, que ahora defienden la Transición y la Constitución del 78 mucho más de lo que lo hicieron entonces.

 En 2021 la presidenta de la Comunidad de Madrid que llevaba gobernando dos años con una mayoría más que suficiente adelanta las elecciones autonómicas de un modo totalmente innecesario. El adelanto solo responde a su interés personal para aprovechar el momento favorable que le dan las encuestas y de paso librarse de sus socios de gobierno. Pues bien, a Pablo Iglesias no se le ocurre nada mejor que anunciar que se va a presentar como candidato a la Comunidad de Madrid. Dicen que la noticia fue recibida por la presidenta y su jefe de gabinete con champán y caviar. La campaña estaba hecha. Nada mejor para movilizar a los suyos. Y todo salió como estaba previsto.

Pablo ya no estaba en el Gobierno, pero allí siguieron Irene Montero, Belarra y compañía. Sus intervenciones siguieron siendo lamentables en la mayor parte de las ocasiones. Especialmente desafortunadas en relación con los temas relacionados con el feminismo. Recuperar el daño que han hecho al movimiento feminista estas ministras costará mucho tiempo. Una vez más, Podemos seguía dando argumentos a la derecha para seguir criticando, con razón muchas veces, las actuaciones de estas dirigentes que no se sabe bien si formaban parte del gobierno o de la oposición al mismo. Obviamente más munición para que la derecha hiciera todo tipo de críticas a Podemos y de paso a todo el Gobierno.



Y además hemos asistido a la irrupción de un partido de ultraderecha que no quiero ni nombrar. Sin duda los planteamientos de Podemos y del “coletas”, como despectivamente le han venido llamando sus enemigos, han contribuido al gran crecimiento de ese partido que en algunos casos se ha convertido en la muleta del PP. No tengo claro si ha sido el factor más importante para dicha irrupción en la política española o quizás este dudoso honor deba recaer sobre los líderes del “procés” independentista de Cataluña. A personajes como Mas o Puigdemont habrá que “agradecerles” un impulso fundamental para que esa opción política haya pasado de la irrelevancia durante muchos años a tener hoy una presencia considerable en muchos ayuntamientos y comunidades.

Como no podía ser de otra forma a Pablo Iglesias también se le hizo corresponsable del “procés” por parte de toda la derecha mediática. Cualquier motivo era bueno para atacarle y de paso atacar también al Gobierno en su conjunto. En definitiva, un saco al que golpear una y otra vez para desprestigiar a la izquierda en general y que él aprovechaba para responder, y de paso muchas veces criticar al propio Gobierno del que formaba parte.

Una buena amiga, “de derechas de toda la vida” criticaba habitualmente a Alberto Ruiz Gallardón, por entonces presidente de la Comunidad de Madrid, y afirmaba que era “un submarino de los socialistas”. El tiempo le quitó la razón cuando al cabo de los años Gallardón abandonó la política tras el fiasco de su pretendida reforma de la ley del aborto. Ahí se pudo ver de forma meridianamente clara que su posición, al menos en este asunto, era mucho más conservadora que la de la mayoría de la población incluyendo a muchos miembros de su propio partido. 

No sé si se puede considerar a Pablo Iglesias un submarino de la derecha, pero si así fuera, sería un submarino con armas nucleares. Basta ver el nivel de destrozo que ha causado en la izquierda española en las recientes elecciones locales y autonómicas.

Si como parece probable estamos ante un cambio de ciclo y la derecha, sola o con la extrema derecha, llega al poder tras las próximas elecciones del 23J deberían plantearse seriamente agradecer los servicios prestados por este gran aliado que ha sido este político ya instalado en “la casta” y que responde al mismo nombre del fundador del partido socialista.

Se me ocurre como premio enviarlo como agregado a la embajada de Venezuela donde podría asesorar al gobierno de Maduro. Estoy seguro de que la oposición venezolana estaría encantada con los servicios que podría prestar a su causa. 


Sotero Amador

Junio 2023


domingo, 15 de enero de 2023

SITUACION ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A ENERO DE 2023: Aunque el año ha comenzado con cierta desaceleración de la inflación, se esperan nuevas subidas del tipo de interés, se mantiene la incertidumbre y el riesgo de recesión o caídas del PIB.

 

GLOBAL:

Muchos analistas apuntan que la combinación de la inflación y las subidas de los tipos de interés, la incertidumbre geopolítica, y la debilidad de la economía de China, motivaran que exista una gran probabilidad de que las principales economías acaben en recesión (caídas de PIB).  Sin embargo, hay otros que señalan que lo más probable es que esto no ocurra.

Sin duda, durante el año 2022 el cambio de la política de los bancos centrales, que se ven obligados a luchar contra la inflación pese a los riesgos que implica de debilitar a las economías y, sin duda, el final de la globalización tal como la conocíamos, suponen un riesgo y una gran incertidumbre para una economía donde las novedades tienen lugar a una velocidad vertiginosa. Todo ello complica enormemente la posibilidad de hacer previsiones para el recién estrenado año 2023.

En ese contexto, la duda más importante, es si los bancos centrales van a ser capaces de reducir la inflación no hasta el objetivo del 2%, o a un nivel aceptable, sin ocasionar la recesión económica o lograr que no sea demasiado profunda.

Los bancos centrales se han encontrado, sin duda como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra desencadenada, con fuertes escaladas de precios, por lo que en todo el mundo se espera que las subidas de tipos continuaran hasta que nos acerquemos al objetivo de, casi todos ellos, de subidas de precios próximas al 2%.

Aunque los precios han comenzado a moderarse en algunos países europeos, como en España y en Estados Unidos, aún se mantiene en cifras de dos dígitos en Alemania, el Reino Unido o Italia.

La realidad, es que no podemos descartar nuevas tensiones energéticas sobre todo en el mercado del gas.  

Por otro lado, existen retardos en los efectos de la política monetaria y de la fiscal. Las ayudas públicas de Alemania, nada menos que 200.000 millones de euros, o el total de fondos europeos de Next Generation deben terminar de implantarse. Igualmente ocurre en Estados Unidos, donde, según Bloomberg, después de los cheques de estímulo a los hogares estadounidenses y las ayudas al desempleo, el ahorro de los ciudadanos ha pasado de suponer el billón de dólares antes de la pandemia, a 4,7 billones en el segundo trimestre de año pasado.

Otros factores que pueden contribuir a mantener los precios elevados durante bastante tiempo son la fragmentación de la economía global, que encarece las cadenas de suministro y reduce la oferta en productos decisivos como los semiconductores, y la lucha contra el cambio climático, asi como las subidas salariales en determinados países. Todo ello motiva que durante este 2023 los bancos centrales continúen endureciendo la política monetaria.    

En el lado positivo del análisis cabe incluir la reciente decisión de China de poner fin a la política de “covid cero”, pero no hay que olvidar que las nuevas olas de contagios en China, provoquen conflictos a corto plazo en la actividad económica mundial.

Sin embargo, la solidez del mercado laboral ha protegido a la economía global de un posible aterrizaje brusco. Resistencia, que se ve amenazada   por el aumento de los costes de financiación y la caída de la renta disponible de las familias.  

Algunos analistas estiman que la recesión en Estados Unidos puede rondar el -0,5%, mientras que en la eurozona y el Reino Unido la recesión será más profunda (entre -1,5% y -2%) debido al mayor impacto de la crisis energética y a los lazos comerciales con Rusia. Casi todos los pronósticos, señalan que España evitará la caída en la recesión técnica, aunque su ritmo de crecimiento también se deterioraría (el Banco de España espera un crecimiento del 1,3% del PIB en este 2023).

Por otro lado, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) anticipan que la fortaleza mostrada por el comercio mundial durante el año acabado, se frenará de manera notable durante este 2023: “el deterioro de las perspectivas de crecimiento, el elevado precio de los bienes intercambiados y el impacto de la subida de los tipos de interés sobre la deuda (pública y privada) van a pesar negativamente sobre el volumen de los intercambios de bienes y servicios, aunque haya algunos factores positivos como la mejora de la logística comercial o algunos acuerdos regionales. Alrededor de un 1% se espera que crezca el comercio el año que viene, tras el 3,5% previsto para este año”.

Con todo, los cambios más importantes están relacionados con la guerra en Ucrania. La decisión de las potencias occidentales de reducir progresivamente su elevada dependencia del gas ruso ha llevado a Rusia a ampliar su cartera de clientes, a los que ofrece sus productos con un sustancial descuento. Como consecuencia, la India lidera los países que más han aumentado sus importaciones de Rusia, con incrementos mensuales superiores al 100% desde febrero del año pasado.

Por su parte, Gazprom aumentó el suministro a China a través del gasoducto “Poder de Siberia” un 61%, según Interfax. Para 2023, se calcula que China será el destino de más del 25% de las exportaciones de Rusia, desde el 12% en 2018. Le seguirán Turquía, Bielorrusia, Kazajistán y Corea del Sur.

CHINA:

En la segunda economía mundial, la recesión queda desechada, pero se espera que su economía se situará en este año 2023 en los niveles que registró a mediados del año 2021. Su adaptación al final de la política de covid cero, y las últimas restricciones estadounidenses a las exportaciones de semiconductores avanzados, así como de los equipos capaces de producirlos, reducirán un cuarto de punto el PIB de China en 2023 y 1,7 puntos porcentuales del PIB chino para 2026.

Según Goldman Sachs, “el crecimiento potencial de la economía china se ralentizará hasta el 3% en la próxima década, como consecuencia tanto de su debilidad demográfica y de su productividad, así como la larga caída del mercado inmobiliario, por lo que Pekín no logrará superar a Estados Unidos como primera potencia económica mundial, si eso finalmente sucede, antes de 2060”. Unos 30 años después de lo previsto hasta ahora.

Y es que, desde hace meses la economía de China se está ralentizando. Las previsiones realizadas por el Banco Mundial en el pasado mes de abril vaticinaban un crecimiento de la economía del país asiático de entre el cuatro y el cinco por ciento en 2022. Y el gobierno de Xi Jingpin era incluso más ambicioso, fijándolo en un 5,5%. Pero el efecto de los bloqueos provocados por la restrictiva política de Covid cero y el derrumbe del mercado inmobiliario han dado paso a una realidad muy diferente. Ahora, las estimaciones del propio Banco Mundial auguran que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) chino se quedó en año 2022 pasado en un 2,8%.

El asunto más preocupante, es una de las causas de la fuerte desaceleración: el tremendo batacazo inmobiliario en el que está inmerso el país y el miedo a que los bancos pudieran llegar a contagiarse de la grave situación desencadenada.

Actualmente, una familia media en China necesita los ingresos de 27 años si quiere comprar una vivienda. La combinación de precios de la vivienda al alza, viviendas vacías, hipertrofia económica y una deuda que no paraba de crecer, motivaban “la burbuja” que en 2021 comenzó a pincharse. Según las estimaciones de Standard & Poor’s y Deutsche Bank, entre el 6,4% y el 7% de todas las hipotecas chinas pueden llegar a correr peligro de impagos por insolvencia.

Es evidente desde hace años que la economía de China, pese a su asombroso historial de crecimiento, presenta grandísimos desequilibrios. Una proporción muy baja de las mejoras que ha traído este crecimiento ha llegado a los hogares, por lo que el consumo privado se mantiene muy bajo como proporción del producto interior bruto. Esto se ha visto compensado por unas tasas de inversión extremadamente elevadas, pero todo indica que esas inversiones obtienen una rentabilidad cada vez más escasa, por lo que las empresas se muestran cada vez más reacias a embarcarse en nuevas iniciativas.

No obstante, la economía de China ha logrado mantener el pleno empleo, principalmente por la promoción del sector inmobiliario que ha provocado su enorme burbuja de la vivienda. El sector inmobiliario representa el 29% del PIB, y la inversión en bienes inmuebles como porcentaje del PIB duplica los niveles alcanzados en Estados Unidos en el punto álgido de la burbuja inmobiliaria vivida en la economía mundial.

Se ha producido un gran aumento del nivel de vida en China a lo largo de las cuatro últimas décadas, por lo que es evidente que China ya se ha convertido en una superpotencia económica, pero no se debe esperar su supremacía respecto a Estado Unidos a corto o medio plazo.

ESTADOS UNIDOS:

La Reserva Federal ha despedido el año 2022 con la octava subida en las tasas de interés. En la última revisión ha elevado el tipo de los fondos federales 0,5 puntos, hasta el rango del 4,25% - 4,5%, para combatir la inflación. Tras cuatro ascensos consecutivos de 0,75 puntos, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha señalado que “quizá es el momento de frenar el ritmo e ir viendo cómo despliega sus efectos el endurecimiento de la política monetaria. La caída de la inflación estadounidense hasta el 7,1% es esperanzadora”

En todo caso el Comité de la Reserva Federal prevé que los tipos superarán el 5% en 2023, subiendo medio punto más de lo pronosticado en septiembre.

En un comunicado, la Reserva Federal ha señalado que: “los continuos incrementos del intervalo objetivo serán apropiados para alcanzar una orientación de la política monetaria lo suficientemente restrictiva como para que la inflación vuelva a situarse en el 2% con el paso del tiempo. Para determinar el ritmo de los futuros incrementos del intervalo objetivo, el comité de la Fed tendrá en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria, los retardos con los que la política monetaria afecta a la actividad económica y a la inflación, y la evolución económica y financiera”.

La cuestión es determinar hasta dónde llegarán las subidas de tipos y durante cuánto tiempo será necesario mantener una política monetaria restrictiva para controlar las subidas de precios. Las previsiones de los miembros de la Reserva Federal apuntan a que los tipos se situarán a finales del año próximo en el 5,125%, esto es, en el rango del 5% - 5,25%, en 2023, para luego rebajar un punto los tipos en 2024 y otro, en 2025, aunque Powell ha dejado claro que no pensará en rebajas de tipos mientras no vea la inflación acercarse al 2%.

Tras cuatro subidas consecutivas de 0,75 puntos, el movimiento de 0,50 puntos puede parecer poca cosa, pero en realidad el comité de política monetaria de la Fed no había aprobado ninguna de esa cuantía desde mayo de 2000 hasta este año. El banco central estadounidense se había acostumbrado a movimientos pequeños, de 0,25 puntos, aunque se repitiesen (en 2005 llegó a subir ocho veces los tipos ese cuarto de punto). Pero cuando Powell vio que se había equivocado con el diagnóstico de que las subidas de precios iban a ser transitorias y la inflación se disparó a los niveles más altos en cuatro décadas, decidió actuar agresivamente.

La Reserva Federal persigue conseguir un aterrizaje suave de la economía frenando la demanda para que las presiones inflacionistas se debiliten, pero no tanto como para provocar una recesión. En todo caso, Powell ha señalado que “su prioridad es la estabilidad de precios y que está dispuesto a provocar la recesión si es necesario para lograrla. No creo que nadie sepa si vamos a tener una recesión o no”.

Hasta el momento, la economía estadounidense está mostrando síntomas de resistencia, sobre todo en el mercado laboral. Estados Unidos encadena 23 meses consecutivos de creación de empleo y la tasa de paro está en el 3,7%, muy cerca del mínimo del último medio siglo. Sin embargo, a la vez, tanto en el mercado inmobiliario (muy sensible al precio del dinero) como en algunos otros sectores, se empiezan a ver algunos signos de debilitamiento económico.

La inflación sigue muy lejos del objetivo del 2%, pero los últimos descensos de la tasa interanual permiten albergar alguna esperanza de que haya espacio para ese aterrizaje suave. Los miembros del comité de política monetaria de la Reserva Federal tienen aún esperanzas en ese escenario. Prevén para 2024 un crecimiento muy discreto, del 0,5%. Esperan que el paro se sitúe en el 4,6% y que la inflación vaya bajando rápidamente, hasta el 3,1%.

Powell ha subrayado que espera una reducción sustancial de la inflación en 2023 y que el dato de noviembre, con una subida mensual de precios del 0,1%, está en línea con lo que el banco central está persiguiendo.

EUROZONA:

Según datos de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), el producto interior bruto (PIB) de la eurozona creció un 0,3% en el tercer trimestre del año pasado con respecto al trimestre anterior gracias al incremento del consumo de los hogares y la inversión, que compensaron el comportamiento negativo del saldo exterior. Esta tasa de crecimiento económico es una décima superior a la estimación anterior (del 0,2%), pero, de todas formas, la zona euro confirma su desaceleración porque la actividad económica se había expandido un 0,8% en el segundo trimestre del año.

En el conjunto de toda la Unión Europea, el crecimiento del PIB fue del 0,4% entre julio y septiembre, dos décimas más que la estimación preliminar pero tres décimas menos que la expansión observada entre abril y junio.

En términos anuales, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre fue del 2,3% en la eurozona y del 2,5% en la Unión Europea, frente al incremento del 4,2% y 4,3%, que, respectivamente, registraron en el segundo trimestre de este año.

Por países, Irlanda registró el mayor crecimiento del PIB entre julio y septiembre (un 2,3%), seguido de Chipre, Malta y Rumanía (los tres un 1,3%). En el polo opuesto se situaron Estonia, Letonia y Eslovenia, con contracciones trimestrales del 1,8%, 1,7% y 1,4%, respectivamente.

España registró una expansión económica ligeramente inferior a la media tanto de la eurozona como de la Unión Europea, con una tasa del 0,2%.

El leve crecimiento económico de la eurozona y del conjunto de la Unión Europea se deben, fundamentalmente, al buen comportamiento del consumo de los hogares y de las inversiones (formación bruta de capital fijo), que contrastan con una contracción del saldo exterior marcada por el crecimiento de las importaciones, especialmente de productos energéticos.

En particular, el consumo de los hogares aumentó en el tercer trimestre del año un 0,9% en la eurozona y un 0,7% en la Unión Europea, mientras que las inversiones se aceleraron hasta registrar unas tasas positivas del 3,6% y del 3,2%, respectivamente.

Frente a esto, las exportaciones aumentaron un 1,7% y un 1,9% en ambas zonas, pero este crecimiento se vio ampliamente superado por unas importaciones que crecieron un 4,3% en la zona euro y un 4% en todo el bloque.

En relación al Gasto Público se mantuvo prácticamente estable en el tercer trimestre (aumento del 0,1% en la zona euro y la UE) y tuvo un impacto "insignificante" en el comportamiento del PIB.

Con respecto al empleo, el número de personas con puesto de trabajo aumentó un 0,3% en los países de la moneda común y un 0,2% en la Unión Europea, también en relación al trimestre anterior. En comparación con el tercer trimestre de 2021, el crecimiento fue del 1,8% en la zona euro y del 1,5% en los Veintisiete.

En cambio, las horas trabajadas disminuyeron un 0,1% en la zona euro y un 0,3% en la UE en comparación con el segundo trimestre, aunque en tasa anual registraron un incremento del 2,1% y del 1,6%, respectivamente.

España ha sido la economía de la UE con mayor incremento del empleo (1,4%), seguido de Malta y Chipre (1% en ambos casos), mientras que las mayores reducciones fueron las observadas en Finlandia (0,8%), Rumanía (0,6%) y Polonia (0,4%).

En la economía germana, los precios dieron un respiro a su economía al final del pasado año 2022. La inflación se moderó por segundo mes consecutivo y se situó en el 8,6%, según la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).

Esa bajada supone por ahora dejar atrás la inflación de dos dígitos, puesto que en noviembre la tasa era todavía del 10%. El descenso, que se produce después de la fuerte de caída del IPC en España, da oxígeno al Banco Central Europeo (BCE), que el próximo 2 de febrero debe reunirse de nuevo para decidir sobre otra posible subida de los tipos de interés, ahora situados en el 2,5%.

La inflación alemana encadena dos meses de descensos, después de que el pasado mes de octubre alcanzara una cota del 10,4%, la más alta en siete décadas. En cualquier caso, la media anual será igualmente elevada, del 7,9%, según Destatis. Y para encontrar un valor similar hay que remontarse exactamente hasta 1951, cuando se registró una tasa de inflación del 7,6% en la República Federal Alemana. En términos armonizados, la inflación cayó del 11,3% al 9,6%.

Según Destatis, “desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los precios de la energía y los alimentos en particular han aumentado notablemente y tienen un impacto significativo en la tasa de inflación”. Por ello, el Gobierno alemán lanzó un paquete de medidas para aliviar la carga de empresas y consumidores con ayudas multimillonarias y frenando los precios de la electricidad y el gas, que erosionan su poder adquisitivo.

Según el banco central alemán, Bundesbank, “esas medidas frenarán el aumento de la inflación en 2023, a pesar de que no se vislumbra un alivio drástico de los precios, la inflación es alta y solo descenderá gradualmente”.

Los datos publicados por algunos Estados federales alemanes sugieren que el descenso ha sido provocado por la caída de los precios de la energía. En Renania del Norte-Westfalia, el Estado más poblado, la tasa de inflación seguía siendo del 10,4% en diciembre. Los precios de la energía bajaron, en algunos casos de forma significativa. El precio del gas, por ejemplo, descendió un 24,3%. En cambio, el de los alimentos siguió subiendo.

Por su lado, el Banco Central Europeo (BCE) lleva desde el verano de 2022 intentando frenar la inflación en la zona del euro con subidas de los tipos de interés. Tras cuatro subidas consecutivas en el último año, hasta el 2,5%, el BCE no ve aún el final de sus esfuerzos por combatir una inflación récord. Según la presidenta del BCE, Christine Lagarde, “nos queda un largo camino por recorrer”.

El BCE salvó a la zona euro de la catástrofe en dos ocasiones con una combinación de tipos negativos y compras masivas de deuda. En solo seis meses, Lagarde ha virado fuertemente su política monetaria: comenzó por elevar el tono y adoptar el discurso más agresivo de los halcones, continuó acabando con los programas de compras de deuda y terminó por subir los tipos de interés hasta niveles nunca vistos desde 2008. Y además ha trazado una hoja de ruta para ir reduciendo el balance del BCE, que tiene en su haber más de cinco billones de euros en bonos. Lo hará a partir de marzo de 2023, vendiendo títulos a un ritmo de 15.000 millones de euros mensuales.

No obstante, se prevé que la inflación descenderá a lo largo de este año 2023 para situarse en el 6,3%. En 2024 rondará el 3,4% y en 2025 el 2,3%, todavía por encima del objetivo del 2% que se fija el BCE a medio plazo.

Las tasas anuales más bajas se registran en España, Francia y Malta. Las subidas de precios más intensas se observaron en Hungría, Letonia, Estonia y Lituania.

Como hemos señalado, a partir del próximo mes de marzo dejará de reinvertir íntegramente la deuda en balance que llega a vencimiento, a un ritmo que será en principio de 15.000 millones de euros al mes hasta junio. El banco central aún debe decidir a qué velocidad dejará de comprar deuda en el conjunto del año, pero las estimaciones de los expertos apuntan a una reducción de sus compras de unos 200.000 millones de euros en el próximo año. En Goldman Sachs calculan una franja de entre 150.000 y 200.000 millones de euros y en Citibank prevén un descenso de al menos 180.000 millones de euros.

Desde Goldman Sachs señalan que el repliegue del BCE del mercado afectará en principio por igual a los países de la zona euro. La firma espera que el rendimiento del bono alemán a una década marque máximos a principios de año y advierte de que las primas de riesgo de la periferia seguirán bajo presión a lo largo de 2023, también después de haberse alcanzado el punto máximo del alza de tipos de interés, a medida que las necesidades de refinanciación de los países se hagan más evidentes. Su previsión es que la prima de riesgo francesa ascienda a finales de año a los 65 puntos básicos, a 260 la italiana, desde los 209 actuales, y a 130 puntos básicos la española, desde los 108 de cierre de 2022.

“Esperamos que las primas de riesgo suban desde los actuales niveles. Las necesidades de emisión de deuda se mantendrán elevadas en la mayoría de economías de la zona euro”, señalan desde el banco estadounidense. Su previsión es de una emisión bruta de deuda en la región, incluyendo las emisiones de la UE, de 716.000 millones de euros, justo en el año en que el BCE va a reducir su deuda en balance. En el caso de España, estima que el BCE dejará de comprar 22.000 millones de euros en bonos soberanos.

En Citibank calculan una emisión neta de deuda soberana en la zona euro en 2023 por 439.000 millones de euros y también primas de riesgo superiores a las actuales. Para la italiana, calculan 250 puntos básicos en los próximos trimestres. Sus cálculos también contemplan que, en términos netos, el BCE deje de comprar deuda española por 10.000 millones de euros el próximo año.

Los expertos coinciden en que el BCE abordará la reducción de balance de forma gradual y pausada, con el fin de evitar turbulencias especialmente en los países más endeudados. No obstante, es evidente que el incremento en el coste de financiación va a ser inevitable en 2023 y también a medio plazo.

ESPAÑA:

El Banco de España prevé que la economía se desacelere (un menor crecimiento del PIB) en este 2023, algo más de lo esperado en su anterior estimación, pero aleja el riesgo de recesión. En concreto, el supervisor ha recortado una décima su previsión de crecimiento para el próximo año, hasta el 1,3%, y otras dos décimas para el siguiente, hasta el 2,7%.

Una de las principales causas sigue siendo la inflación, que, pese a que se moderará en los próximos meses, se situará en niveles aún muy elevados: cerrará en el 4,9 % en 2023 (-0,7%), para moderarse gradualmente hasta el 3,6% en 2024 (1,7%).

En su último informe de proyecciones macroeconómicas, el Banco de España mantiene la prudencia ante la "elevada incertidumbre" por el desarrollo de la guerra en Ucrania, si bien prevé que la economía española se incremente en el último trimestre un 0,1% y termine el año en el 4,6%, una décima más de lo previsto en su anterior estimación, como consecuencia "de un avance más intenso para la segunda mitad del año", afirma.

La situación, sin embargo, empeorará en la primera mitad de 2023, influida en gran parte por el contexto exterior.  No obstante, señala el Banco de España que "a partir del segundo trimestre de este 2023, el crecimiento económico recuperará vigor de manera paulatina, a medida que, entre otros factores, mejoren las rentas reales de los agentes, se recuperen los mercados exteriores y se desplieguen los proyectos de inversión vinculados con el programa Next Generation EU. Y ya en 2024 crecerá gradualmente, aunque menos de lo esperando inicialmente debido a que se retirarán parte de las ayudas puestas en marcha por el Gobierno”.

Las proyecciones del organismo que dirige Pablo Hernández de Cos, en cambio, se sitúan en línea con las de otros organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que rebajó las previsiones de crecimiento para 2023 hasta el 1,5%.

En relación a la inflación, el Banco de España, ha revisado a la baja el ritmo de avance de los precios en 2023, pero al alza en 2024, respecto a lo proyectado en octubre. En particular, se espera una inflación media en 2022 del 8,4%, que se moderará a lo largo del horizonte de proyección hasta el 4,9%, el 3,6% y el 1,8% en 2023, 2024 y 2025, respectivamente.

El Banco de España estima que el PIB ha crecido, un 0,1% de octubre a diciembre, en línea con el 0,2% registrado en el tercer trimestre, soportada por el continuado buen comportamiento del mercado laboral y por el impulso fiscal desplegado en los últimos meses.

Sin embargo, se trata de un "modesto avance" que se explica por la debilidad del consumo de los hogares, que han perdido poder de compra por el acusado repunte de los precios, y consiguiente caída de los salarios reales o poder adquisitivo de los salarios, y de los tipos de interés. La facturación de las empresas se habría mantenido estable, aunque "con una notable heterogeneidad sectorial", mientras que los indicadores de confianza han mejorado.

Destaca también el descenso sustancial de la inflación, sin que se hayan observado “efectos de segunda ronda”, dado que los salarios siguen "relativamente" contenidos, mientras que los márgenes empresariales se mantienen estables, aunque con "una notable heterogeneidad entre sectores y empresas".

Al final del 2022, en diciembre la inflación, según el INE, se ha situado en el 5,8%. Se trata del quinto mes consecutivo de descenso, con un punto menos que el dato de noviembre (6,8%). La inflación de diciembre es la más baja del año, rebajando el 6,1% de progresión que el índice de precios al consumo (IPC) marcó en enero. Y es la primera vez desde febrero de 2021 en que España registra una inflación más baja que la de un año anterior.

Si los precios energéticos fueron en su día los detonantes del episodio inflacionista que viven España y la mayoría de economías avanzadas, estos están siendo también protagonistas en la desescalada. El INE destaca de nuevo, que electricidad y carburantes son los componentes que más han contribuido en diciembre a atenuar la progresión del IPC.

Sin embargo, sigue preocupando la inflación subyacente (elimina alimentos frescos y productos energéticos considerados muy volátiles), que ha acabado el año 2022 en el 6,9%. Este dato es importante porque se considera un indicador de la tendencia de los precios a medio plazo. De hecho, mientras la tasa general ha experimentado un notable descenso desde agosto, la subyacente marca un nuevo pico, por encima del 6,4% del pasado agosto. Y se sitúa, además, 1,1 puntos por encima de la tasa general.  

Se trata de un signo preocupante porque actúa en contra de la tendencia del IPC a frenarse.

Una nota muy negativa, es la subida del precio de los alimentos los alimentos. El dato publicado por el INE señala una subida del 15,3% interanual. Se trata de un incremento que daña la capacidad adquisitiva de los hogares al encarecer la cesta la compra, debida a la caída de los salarios reales.

Para tratar de revertir esta situación, en el último paquete anticrisis aprobado por el Gobierno se han adoptado medidas como la inaplicación temporal de IVA a alimentos básicos.

Otro efecto preocupante, motivado por el viraje radical en la política monetaria del Banco Central Europeo, es el encarecimiento de las hipotecas variables. El último dato de inflación subyacente, de seguir la misma tendencia en Europa, augura pocas posibilidades en el corto plazo de que el regulador del euro frene las subidas de los tipos de interés oficiales, lo que agravará los problemas de los endeudados.  

En relación al empleo, durante el último mes del año pasado, se ha registrado otro notable descenso del número de parados, a pesar de la crisis inflacionista y la incertidumbre económica. Según el Paro Registrado, el volumen de desocupados se redujo en 43.727 personas, comprimiendo el número de desempleados hasta los 2,83 millones, el nivel más bajo de los últimos 12 meses, lo cual deja la mejor fotografía del mercado laboral en un mes de diciembre desde 2007.

En sintonía con esta mejora, la afiliación media a la Seguridad Social ascendió en 12.640 trabajadores, colocando el total de cotizantes en casi 20,3 millones de personas. Ese crecimiento se modera, pero sigue siendo la tercera mejor marca del año y permite situar el número de cotizantes por noveno mes consecutivo por encima de los 20 millones. Consumados los 12 primeros meses de vigencia de la reforma laboral, el comportamiento del mercado de trabajo confirma su éxito: el paro se ha reducido en este tiempo en más de 268.000 personas, y se han creado casi medio millón de empleos, según los datos facilitados.

Durante el pasado año, el número de parados ha descendido en 268.252 personas, lo que supone una rebaja del 8,6% respecto al total con el que concluyó el anterior ejercicio. Sin embargo, la última disminución, de casi 44.000 personas, es la más escasa para un mes de diciembre desde 2012.

Según el Secretario de Estado de Empleo “en 2022 hemos conseguido dar lugar a un mercado de trabajo más resiliente. A pesar de que ha sido un año muy complicado, nos encontramos ante cifras muy positivas. Volvemos a demostrar que se pueden afrontar las crisis económicas protegiendo el empleo, modernizando el mercado laboral y combatiendo la precariedad y la temporalidad”.

El buen comportamiento del mercado de trabajo en diciembre favoreció especialmente a las mujeres y a los trabajadores más jóvenes. Mientras que el número de paradas quedó fijado en 1.690.148, el dato más bajo de todo el año, y el más corto para un mes de diciembre desde 2009; los menores de 25 años se situaron en 195.751, la cantidad más reducida de toda una serie histórica, que se remonta a 1996.

En la contabilidad de la Seguridad Social, en términos generales, diciembre concluyó con 9.559.179 mujeres afiliadas, 471.360 más que un año antes, lo que supone el nivel más elevado de mujeres ocupadas desde que existen registros. Asimismo, tres de cada cuatro menores de 30 años cuentan hoy con un contrato indefinido (76%), frente a uno de cada dos antes de la reforma (suponían el 47% en el promedio entre 2017 y 2021). En diciembre había 2.013.724 afiliados jóvenes con contrato indefinido, 807.836 más que un año antes.

Según el Ministerio de Trabajo, “desde agosto de 2021, cuando se recuperó el nivel de afiliación previo al estallido de la crisis del covid, se han creado 815.000 empleos. Y en 2022, pese a las previsiones que a lo largo del año parecían augurar un resultado menos boyante, nos permite acabar el año con casi medio millón de afiliados más”.  

A pesar de que en diciembre se firmaron 1.189.917 contratos, 234.366 menos que en noviembre, cuatro de cada 10 fueron de carácter indefinido, por lo que se mantuvo la proporción del resto de meses. En términos absolutos, sin embargo, es donde se avista una mayor distancia, puesto que son 290.368 más que los registrados en el mismo mes de 2021. En cuanto a la contabilidad anual, durante 2022 se firmaron un total de 18.310.343 contratos, de los que 7.027.160 fueron indefinidos, un 232% más que en el mismo mes del año anterior.

Por territorios, el paro registrado en el paso mes de diciembre se redujo en 13 comunidades autónomas. Las mayores caídas tuvieron lugar, en valores absolutos, en Andalucía (-22.280 personas), Madrid (-6.782 personas) y Canarias (-3.124). Y en valores relativos (porcentajes), en Baleares (-35,95%), Madrid (-18,57%) y Extremadura (-10,49%).

Sectorialmente, el paro disminuyó el año pasado en todas las ramas económicas, especialmente en los servicios, donde se restaron 171.212 desempleados (-7,8%). Le siguieron la agricultura, con 32.278 parados menos (-22,1%), y la construcción, con una rebaja de 30.829 desempleados (-11,9%). En cuanto a la industria y al colectivo de trabajadores sin empleo anterior, ambas recortaron su cifra de parados en 24.562 y 9.371 personas, respectivamente.

Respecto a la creación de empleo, las ocho comunidades autónomas que presentan un aumento mayor del empleo promedio durante el año que acaba de terminar, han sido Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia.

El colectivo de autónomos se ha mantenido estable. En diciembre se contabilizaron 3.328.403 trabajadores por cuenta ajena, apenas cinco más que en el mismo mes de 2021. Sin embargo, son 16.169 más que el total registrado en enero de 2022.

Respecto al número de trabajadores acogidos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), en diciembre se mantuvieron en alrededor de los 20.000, una cifra que permanece estable desde el pasado verano. 

MERCADOS:

La Bolsa española durante el año pasado ha sufrido una gran inestabilidad lo que se ha reflejado en su volumen de negociación. Durante el mes de diciembre se mantuvo un volumen de algo más de 28.000 millones de euros (un 1,77% más que el registrado en el mismo periodo de 2021). En el conjunto de todo el año se ha producido una caída del 4,2%, hasta los 362.105 millones.

En siete años, el dinero que se mueve en la renta variable se ha desplomado un 62,36%. El descenso es mucho más acusado si se compara con el récord de 1,67 billones registrado en 2007, un año en el que el Ibex 35 rozaba los 16.000 puntos, su nivel más alto.

Este volumen reducido de negociación vuelve a poner de manifiesto la dificultad que siguen encontrando las cotizadas españolas para atraer el interés de los inversores.

Respecto a la Renta Fija, el volumen contratado alcanzó los 114.802 millones de euros en 2022, tras los 6.963 millones de diciembre, que suponen un descenso anual acumulado del 50,9%. Las admisiones a negociación ascendieron a 380.020 millones de euros, lo que implica un descenso del 3,4% en comparación con el importe registrado en 2021. En diciembre el volumen admitido fue de 16.818 millones. A cierre del año el saldo vivo se situó en 1,75 billones de euros.

Respecto al Euribor, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas, está sufriendo un importante ascenso. Ha cerrado el mes de diciembre por encima del 3%. Un nivel que no se superaba desde el crack inmobiliario de 2008.

En un solo un año el euríbor ha pasado del -0,502% en diciembre de 2021 al 3,01% en el mismo mes de 2022. Esto supone 3,5 puntos porcentuales de subida, algo que no había ocurrido en la serie histórica del índice.

La causa se encuentra en el encarecimiento del precio del dinero decidida por el Banco Central Europeo.

El Euribor comenzó su ascenso a primeros de año 2022 para regresar a terreno positivo en abril. Desde entonces no ha dejado de incrementarse, produciéndose el gran acelerón en septiembre con una subida de un punto porcentual en solo treinta días.

El problema es que parece que le quedan nuevas subidas. Los analistas esperan que para mediados del año que viene el índice se coloque en el entorno del 3,5%.   

En relación al mercado de la vivienda, según la Sociedad de Tasación, el precio de la nueva ha registrado durante 2022 una subida anual del 7,1% (la mayor desde junio de 2007). El metro cuadrado se incrementó hasta los 2.732 euros de media a finales de diciembre, todavía por debajo del récord histórico de 2.905 euros registrado hace 15 años, a causa de la falta de oferta de pisos de nueva construcción, la subida de los materiales y del coste de financiación.

Aunque a un menor ritmo, se espera que durante los próximos meses continúen las subidas.  Respecto al mercado de compra venta, según el portal inmobiliario Fotocasa, se reducirán las operaciones un 12% en 2023, tras superar las 600.000 transacciones el año pasado.

A excepción de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que registraron aumentos anuales del precio de la vivienda nueva por debajo de la media nacional, todas las comunidades experimentaron subidas anuales que van del 3,9% de La Rioja al 9,1% de Baleares. Por detrás de Baleares, se sitúan Madrid, con una variación anual del 8,5%, Navarra (7,2%), Andalucía (7,1%), Comunidad Valenciana (7%) y País Vasco (6,9%).

Por capitales, Barcelona (4.917 euros) siguió siendo la más cara, seguida de Madrid (4.125 euros) y San Sebastián (4.048 euros). Las más baratas fueron Badajoz (1.290 euros), Cáceres (1.271 euros) y Ciudad Real (1.268 euros) presentan el importe medio más bajo. Málaga fue la capital en la que más subió el precio de la vivienda nueva el año pasado, un 9,3%.

Los cálculos de Sociedad de Tasación apuntan a que el actual contexto de inflación y las subidas de tipos puede suponer que la vivienda usada registre cierto ajuste en los precios. 

EMPRESAS:

De nuevo, el grupo Inditex camina hacia un año de resultados récord, mejor incluso que su anterior máximo registrado en el año 2019, a pesar de la escalada inflacionista y la subida de los costes de producción. La firma propietaria de marcas como Zara, Massimo Dutti, Bershka y Oysho, registró unas ventas de 8.210 millones de euros en el tercer trimestre fiscal (de agosto a octubre), un 11% más que en idéntico periodo del ejercicio anterior, mientras el beneficio neto avanzó un 6%, hasta 1.301 millones, su récord trimestral.

La empresa no es ajena a las turbulencias que azotan a la economía mundial (también a otras firmas del sector textil), con una inflación que remite, pero sigue en niveles persistentemente altos. El ritmo de crecimiento de las ventas ha ido de más a menos: el grupo empezó el primer trimestre con un alza del 36%, seguido de un 16% en el segundo y un 11% en el tercero.

Pese al freno, los resultados siguen apuntando a un cierre récord del ejercicio. Estuvo a punto de lograrlo en 2021, pero la firma se tuvo que conformar con rozarlo tras superar el golpe de la pandemia en 2020. En los nueve primeros meses del año, las ventas alcanzaron los 23.055 millones, un 19% más que en idéntico periodo del año anterior (un 20% a tipo de cambio constante) y fueron positivas en todas las áreas geográficas.

El beneficio neto en el mismo periodo creció un 24%, hasta 3.095 millones. El ha comunicado que “a lo largo de los nueve primeros meses del año, el tráfico y las ventas en tienda han crecido de manera relevante. La diferenciación de las tiendas de Inditex ha sido clave en esta dinámica: la venta online crece un 12% y continúa progresando de manera satisfactoria, situándose por encima del récord alcanzado en el mismo periodo de 2021. El objetivo se mantiene en lograr que el 30% de las ventas sean a través de la web en 2024”.

El tercer trimestre ha estado marcado, además, por el anuncio en octubre de que Inditex abandonaba Rusia, un mercado que llegó a ser el segundo en facturación. La salida le ha costado, de momento, 230 millones de euros en sus cuentas de 2022. Tras la suspensión de la actividad comercial el día 5 de marzo por la invasión de Ucrania, la compañía dotó una provisión por perdidas extraordinaria de 216 millones en el primer trimestre, que esperaba que fuera suficiente para el ejercicio. Pero ha añadido otros 14 millones en el tercero tras el acuerdo anunciado en octubre para la venta de su negocio en este país a Daher, un conglomerado con sede en Emiratos Árabes Unidos con presencia en el sector inmobiliario y en la distribución textil. De volver en un futuro, Inditex ha dicho que sería a través de un régimen de franquicias.

 Si nos referimos a su política de dividendos, se han repartido en dos pagos (uno en mayo y otro en noviembre) un total de 2.900 millones a cuenta del ejercicio anterior, un 33% más.

El principal beneficiado es Amancio Ortega, fundador del grupo y su mayor accionista con un 59,29% del capital (ha percibido 1.718 millones, 424 millones más que el ejercicio anterior). Y la segunda mayor accionista, Sandra Ortega, su hija, ha ingresado unos 146 millones de euros por su 5,053% del capital.

 

martes, 13 de diciembre de 2022

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A DICIEMBRE DE 2022: aunque la situación económica sigue sujeta a bastantes riesgos, algunos indicadores muestran cierta mejoría. Se ha mitigado el riesgo de recesión, aunque en 2023 sufriremos cierta desaceleración económica.

 

GLOBAL:

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento del PIB mundial durante este año 2022 será del 3,2%, y para el siguiente de solo un 2,8%.

La economía mundial se enfrenta a múltiples riesgos entre los que figuran el alto crecimiento de las tasas de inflación, la crisis energética y alimentaria o el riesgo climático, aunque sin duda los desafíos más peligrosos que se presentan en 2023 son la sostenibilidad de la deuda global y la posibilidad de que estalle una crisis geopolítica. De todos ellos depende que el PIB global crezca un 2,8 % en 2023 o se produzca una recesión más acusada.

El riesgo, quizá más importante, sea el nivel de deuda mundial. Su sostenibilidad se deteriora con rapidez, en un contexto en el que los Bancos Centrales buscan controlar la inflación a costa de endurecer su política monetaria.

Las tasas de interés en niveles históricamente tan bajos, así como las continuas compras record de activos financieros por los Bancos Centrales más importantes, permitían mantener los niveles de endeudamiento. Ahora bien, la subida iniciada de los tipos está poniendo de manifiesto los desequilibrios acumulados en los países desarrollados y en ciertas economías emergentes. Esta situación, unida a la fortaleza del dólar en el mercado de divisas, puede dar lugar a la aparición del riesgo de impago. Junto a la fuerte ralentización económica, en algún caso con amenaza de recesión en algunas economías supone una situación compleja.

Como consecuencia de la inflación y su impacto en la renta real de las economías domésticas (disminución de su capacidad de gasto), los Gobiernos han acometido políticas fiscales expansivas, que contradicen a las políticas monetarias restrictivas de las autoridades monetarias.

Otro claro problema es que el endurecimiento de la política monetaria, evidentemente, frena el crecimiento económico e incluso puede incrementar el riesgo de la recesión económica.   

Por otro lado, los importantes riesgos no sólo tienen su origen en factores puramente económicos, ya que también se han acrecentado por el lado geopolítico: la guerra ocasionada por la invasión de Rusia a Ucrania, y que parece que se va a prolongar durante bastante tiempo.

También en Asia, los conflictos entre China y Taiwán, y la guerra comercial entre China y Estados Unidos están aumentando la tensión en la región.

En Latinoamérica, por primera vez en la historia, sus cinco principales economías se van a enfrentar a una situación económica compleja: desaceleración de su PIB, una elevada inflación y aumento del paro, lo que está ocasionando un creciente malestar entre sus ciudadanos (algunos han caído de la clase media a la pobreza).

Finalmente, Oriente Medio es siempre un punto caliente en el mundo. Las protestas y manifestaciones en Irán, ha aumentado la presión. Si bien el Gobierno afirma que los manifestantes son agentes extranjeros.

ESTADOS UNIDOS:

La Reserva Federal parece dispuesta a frenar el ritmo de subida de los tipos de interés. Su presidente, Jerome Powell, ha señalado que la moderación “podría llegar tan pronto como en la reunión de este mes de diciembre”. 

Después de las subidas consecutivas de 0,75 puntos en los tipos de interés, Powell ha dado a entender que la próxima subida será de 0,50 puntos porcentuales.

El presidente de la Fed ha señalado, “mis colegas del FOMC (Federal Open Market Committeeel) y yo estamos firmemente comprometidos con el restablecimiento de la estabilidad de precios. Ya señalamos que preveíamos que serían apropiadas las continuas subidas de tipos para lograr una política lo suficientemente restrictiva como para reducir la inflación al 2%”. Añadiendo que “los efectos plenos de un endurecimiento rápido hasta ahora aún no se han dejado sentir, por lo que tiene sentido moderar el ritmo de nuestras subidas de tipos a medida que nos acercamos al nivel de restricción que será suficiente para bajar la inflación. El momento de moderar el ritmo de las subidas de tipos podría llegar tan pronto como en la reunión de diciembre”.

Por tanto, Powell ha declarado la posibilidad de que la subida de tipos en este mes de diciembre, sea de menor cuantía dándose como más probable una subida de 0,50 puntos.

Sin embargo, respecto a la inflación subyacente (la que excluye el componente más volátil, es decir, energía y productos frescos), probablemente, comience a caer durante el próximo 2023. Sin embargo, el transporte, el componente más importante de la subyacente, no señala una rápida moderación de los precios.

La tasa de paro estadounidense se encuentra en el 3,7% (casi en mínimos durante medio siglo). La creación de empleo se mantiene a buen ritmo y supera las previsiones a pesar de las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal. Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo, la economía de Estados Unidos generó 263.000 empleos no agrícolas en el mes de noviembre.  

Esta fuerte creación de empleo señala la fortaleza del mercado laboral estadounidense, que amenaza a las previsiones y se sobrepone al endurecimiento de las condiciones monetarias. 

Respecto a la evolución de los salarios, desde el 4,7% de octubre, se han acelerado hasta el 5,1% interanual. Algunos analistas señalan el riesgo de una espiral precios - salarios o beneficios – salarios.

Una de las causas de que la demanda de fuerza de trabajo o demanda de trabajadores, supere a su oferta (la población activa, es decir, aquellas personas que buscan empleo o se ofrecen el en mercado de trabajo), es que esa población activa ha disminuido como consecuencia de varios factores: la covid; un mayor ritmo de jubilaciones; y a un menor crecimiento de la población en edad de trabajar en parte por el aumento de la mortalidad y en parte por la caída de la inmigración durante lo peor de la pandemia. En todo caso, los salarios reales (los nominales descontado la inflación, o poder adquisitivo de los asalariados) han disminuido.

La realidad, es que la Reserva Federal ha realizado las subidas de tipos más agresivas desde la década de 1980: los tipos han pasado de un nivel cercano a cero hasta el rango actual del 3,75% al 4% en lo que va de año y probablemente acabarán 2022 en el 4,25% ó el 4,5%.

CHINA:

Las protestas contra la política de covid cero en China se han intensificado, provocando caídas en las principales plazas financieras mundiales y en el mercado del petróleo, que rondó de nuevo sus mínimos anuales. Aparte del peligro del estallido de su “burbuja inmobiliaria”, la política respecto al covid ha impedido deshacer por completo los cuellos de botella que impiden la normalidad en el comercio mundial al mantener atascados los principales puertos del país, en especial el de Shanghái. Después de que la economía china creciera un 8,1% en 2021, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ido rebajando sus previsiones para este año al 3,2% y para 2023 al 4,4%. Los últimos informes más recientes, advierten de que la salida a la época de restricciones puede ser más lenta de lo esperado.

 REINO UNIDO:

El ministro de Economía, Jeremy Hunt, ha declarado que, según los datos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés), el Reino Unido ha entrado en recesión (caídas o diminuciones del PIB), y que la inflación británica se situará este año en el 9,1%.

El responsable de economía ha desvelado un nuevo “Plan de Consolidación Fiscal” que incluye una serie de subidas de impuestos y recortes del gasto público para generar 55.000 millones de libras (unos 63.000 millones de euros) en los próximos cinco años, con la finalidad de reducir el endeudamiento del país.

El plan contempla tres pilares: la estabilidad financiera, el crecimiento económico y la protección de los servicios públicos. En particular, se anuncia la rebaja de 150.000 (171.000 euros) a 125.140 libras (143.240 euros) del umbral de ingresos a partir del cual se pagará la banda más alta del impuesto sobre la renta, del 45%, mientras que congelará el mínimo de ganancias anuales libres de impuestos a fin de incluir a más contribuyentes en los próximos años.

Igualmente, se elevará del 25 al 35% el impuesto temporal sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de petróleo y gas e impondrá una tasa provisional del 45% sobre esos excedentes a las generadoras de energía.

El objetivo de este Plan Fiscal del Gobierno de Rishi Sunak, es aumentar en unos 25.000 millones de libras (28.555 millones de euros) la recaudación y recortar el gasto en 30.000 millones de libras (34.266 millones de euros).

De esta forma, el nuevo primer ministro del Reino Unido ha girado 180 grados la política fiscal de los conservadores, y será juzgado por el éxito o fracaso del plan económico, después de que su predecesora, Liz Truss, se viera obligada a dimitir como consecuencia de las graves consecuencias de las turbulencias en los mercados financieros que ocasionó su programa fiscal de bajada de impuestos.

EUROZONA:

La economía creció un 0,2% trimestral (de julio a septiembre), tanto en toda la Unión Europea como en la Eurozona. La misma cifra que ha registrado la tasa de empleo en ese mismo periodo.

Eurostat (la oficina de estadística de la Unión Europea) señala de esta forma la ralentización del Producto Interior Bruto (PIB), que en el segundo trimestre había crecido un 0,8% en los países del euro y un 0,7% en los Veintisiete de la UE.

Según el primer cálculo publicado por dicha oficina de estadísticas, también se moderó la creación de puestos de trabajo con respecto al aumento del 0,4% observado entre abril y junio.

Alemania encara su primer invierno sin gas ruso bastante mejor de lo que predijeron los institutos económicos y el propio Ejecutivo germano. El producto interior bruto (PIB) alemán aceleró su ritmo de expansión en el tercer trimestre hasta el 0,4%, una décima más de lo estimado inicialmente. El dato, unido a otros signos esperanzadores, implica la confianza en que la recesión que se abate sobre el país sea también menos profunda de lo pronosticado. La confianza de los consumidores y empresarios ha mejorado y la inflación podría haber llegado a su tope.

Según la Oficina Federal de Estadística alemana, el crecimiento del 0,4% está muy por encima del incremento del 0,1% registrado entre abril y junio, superando el dato provisional que la propia institución había adelantado.

Los precios industriales, que recogen el coste de los productos a salida de fábrica, aunque siguen estando en un 34.5% más elevados que hace un año, durante el pasado mes de octubre han disminuido algo.

Por otro lado, el índice de clima empresarial del Instituto Ifo (el barómetro económico más importante) parece mostrar que la recesión económica esperada será más suave. La confianza de los empresarios alemanes repuntó en noviembre por segundo mes consecutivo hasta los 86,3 puntos, el valor más alto desde el pasado mes de agosto.

Según el Ifo, “aunque las empresas están algo menos satisfechas con su negocio actual, el pesimismo con respecto a los próximos meses se ha reducido drásticamente”.  

Igualmente, la confianza de los consumidores ha mejorado. Según un estudio de la consultora GfK, se ha situado en -40,2 puntos, frente a los -41,9 del mes anterior. Por tanto, parece que la fuerte caída de la confianza de los consumidores puede haber tocado fondo.

Existe un contenido optimismo respecto al hecho de que, prácticamente, se da por descartado el racionamiento del gas que habría supuesto tremendos problemas para la industria alemana.

Durante el tercer trimestre de 2023, el crecimiento económico se ha visto impulsado por el gasto de consumo final de las economías domésticas, que, pese a la caída de su poder adquisitivo, han viajado. Todo ello, a pesar de unas condiciones muy negativas: elevada inflación, fuerte aumento de los precios de la energía y los problemas de suministro existentes.

En relación al Comercio Exterior o Internacional de la economía germana, a pesar de la difícil situación mundial, creció gracias al elevado número de pedidos y la mejora de las cadenas de suministro en todo el mundo. En definitiva, las exportaciones de bienes y servicios alemanas aumentaron un 2% en el tercer trimestre de 2022 en comparación con el segundo trimestre de 2022, mientras que el aumento de las importaciones del 2,4% fue incluso superior al de las exportaciones. Asimismo, la formación bruta de capital fijo en la construcción descendió un 1,4% y la formación bruta de capital fijo en maquinaria y equipos aumentó un 2,7%.

Respecto a la inflación, la oficina europea de estadísticas, Eurostat, reveló que la inflación media en la Unión Europea durante el pasado mes de noviembre, se ha reducido desde el récord histórico del 10,6% de octubre, hasta el 10%. Durante el mes de noviembre, los precios de la energía se han moderado al 34,9% (en octubre subieron el 41,5%), mientras que los alimentos frescos han crecido un 13,8%.  

La tasa de inflación subyacente se ha mantenido invariable en el 5% por segundo mes consecutivo, situándose en valores de máximos históricos.

Observando el detalle de cada economía de la zona, se aprecia, que España, es el país con la menor tasa de todos los países, con el 6,6%. De forma que el diferencial de precios favorable a España respecto a la eurozona, se ha ampliado durante el pasado noviembre a 3,4 puntos porcentuales desde los 3,3 del mes de octubre.

Respecto a las economías con tasas más elevadas, se encuentran los denominados países bálticos: Letonia registra una tasa del 21,7%, Lituania y Estonia en ambos casos el 21,4%.

En algunas de las economías más importantes de la zona, se siguen registrando niveles de inflación de dos dígitos: Italia registra el 12,5%, Portugal el 10,3% y Austria el 11,1% interanual.

El Banco de España, al analizar la menor inflación relativa de la economía española, ha señalado que las medidas que ha aprobado el Ejecutivo español han conseguido una disminución de dos puntos porcentuales al IPC. También la meteorología ha puesto de su parte. El viento que ha soplado en los días centrales de mes ha sido clave en la reducción de la factura de la luz. Entre esto y la caída en la cotización del gas, las tarifas eléctricas de muchos hogares españoles han bajado considerablemente.

La situación, es totalmente insólita (lo tradicional siempre ha sido lo contrario): durante la primera década de este siglo XXI, España tuvo una consolidada trayectoria inflacionista, mayor que sus socios. Nunca se había llegado a un punto como el actual, en el que el IPC español está 3,4 puntos por debajo de la media de los 19 países área monetaria.

Sin embargo, en general, según la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, “la inflación no ha tocado techo todavía. Al ver los principales componentes de la inflación hoy, sean alimentos, combustibles o energía, no se ve que tengan una dirección que lleve a concluir que la inflación ha llegado al máximo y que bajará en el corto plazo. La situación actual es de alta incertidumbre conllevando muchos riesgos. En este entorno, con impactos complicados sobre la economía, las decisiones del Consejo de Gobierno seguirán dependiendo de los datos y se ajustarán a un enfoque de reunión por reunión. El grado de avance y la rapidez con la que lo hagamos dependerán de nuestras perspectivas actualizadas, de la persistencia de las perturbaciones, de la reacción de los salarios y de las expectativas de inflación. Hasta los niveles necesarios para garantizar que la inflación vuelva a nuestro objetivo del 2% a medio plazo”.

Por otro lado, según el BCE, la gran diferencia en la tasa de inflación en cada país, implica “bastante dificultades para la política monetaria en un entorno tan dispar”.  Estas diferencias se han observado en las diferentes posiciones políticas: los representantes alemanes han postulado una política monetaria más agresiva en la lucha contra la inflación, mientras que la francesa Manon Aubry, copresidenta del grupo de Izquierda Unitaria, ha reprochado al BCE su postura contraria a subidas de salarios significativas que subsanen en parte las pérdidas de poder adquisitivo sufridas.

Lagarde ha señalado que “los mercados laborales están fuertes y probablemente podrían soportar sueldos más altos. Los datos que llegan sugieren que los sueldos están subiendo, por lo que continuaremos examinando sus implicaciones sobre la inflación a medio plazo. Lo que le preocupa al BCE no es solo que aumentos importantes provoquen espirales inflacionistas, sino que también que golpeen a la capacidad productiva de toda la economía”.

En ese contexto, igualmente, la presidenta del BCE ha señalado que “los tipos de interés son y serán la principal herramienta para luchar contra la inflación. Tipos de interés más altos reduce la presión de la demanda al hacer más caros los préstamos. Esto reducirá la presión de los precios. Sin embargo, los ajustes tardarán un tiempo en notarse en la economía”.

ESPAÑA:

La Comisión Europea ha dado su aprobado a los últimos presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez. En su análisis, el Ejecutivo comunitario concluye que las cuentas públicas de 2023 han logrado la cuadratura de un círculo complejo: que el gasto corriente no suba más de lo que puede crecer la economía española a medio plazo, y eso con las pensiones subiendo un 8,5% el año que viene. La cruz del análisis está en las medidas aprobadas para afrontar la crisis. No son lo suficientemente focalizadas sobre hogares y empresas vulnerables y deben retirarse en cuanto la inflación afloje.

Por tanto, los presupuestos han recibido el respaldo de Bruselas. Señalando la Comisión que “sin olvidar que España, como otros cinco Estados de la UE, tiene una deuda muy alta, que se acerca al 120%”.

Hace tiempo que la Comisión Europea, como también el Banco Central Europeo, postula que las medidas anticrisis que adopten los Estados miembros se concentren todo lo posible en quienes más lo necesitan: hogares con bajos ingresos y empresas en apuros provocados por la subida de los precios energéticos. Añaden, además, que este respaldo debe ser temporal, pues piensa el Ejecutivo comunitario que el alto volumen de deuda pública de la Unión Europea obliga a ajustar los presupuestos a la más mínima oportunidad. Por eso ha aprovechado la evaluación anual de los presupuestos y las recomendaciones semestrales para poner énfasis en que estas medidas de apoyo deben ser de “calidad”.  

Respecto al crecimiento económico, la mayoría de analistas prevé que el PIB español crecerá este año un 4,5% (tres décimas más de lo estimado en septiembre) pero recorta su previsión para el Producto Interior Bruto (PIB) de 2023 desde el 1,9% hasta el 1,1%.

El Fondo Monetario Internacional, FMI, espera un crecimiento para el año próximo del 1,2%; el Banco de España un 1,4%; la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, la OCDE, un 1,5%; y el Gobierno español un 2,1%.

Por tanto, España conseguiría esquivar la recesión técnica (caídas del PIB durante al menos dos trimestres consecutivos).

Respecto al déficit público, la mayoría señala que se mantendrá en un nivel elevado. En concreto, el saldo negativo de las cuentas públicas sería de una cifra equivalente al 4,8% del PIB este año y del 4,5% en el próximo 2023.

Por otro lado, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación ha continuado moderándose. En noviembre, el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha crecido un 6,8% con respecto al mismo mes del año pasado, que se sitúa cinco décimas por debajo del 7,3% que marcó en octubre.

Entre las causas del retroceso de la inflación española, la energía es la protagonista de la relajación de los precios en los últimos meses. La electricidad, particularmente, apunta a un nuevo abaratamiento en un noviembre en el que se ha batido récord de generación eólica. Pero también los precios internacionales del petróleo apuntan en la misma dirección. El INE destaca precisamente la electricidad y los carburantes entre los componentes con mayor influencia en la bajada del IPC con respecto a los meses previos. También cita la ropa y el calzado porque, como ya pasó en octubre, en esta nueva temporada han subido menos que en la de 2021, lo que ayuda a bajar la inflación puesto que esta se mide interanualmente.

Sin embargo, se mantiene la inflación subyacente, situándose en el 6,3% (una décima más). El indicador excluye los precios de alimentos frescos y de la energía por considerarse muy volátiles, tratando de medir la tendencia futura de los precios. Su mantenimiento, confirma la previsión del Banco Central Europeo (BCE), que ha señalado que la situación inflacionista está lejos de remitir en Europa, manteniendo su anuncio de nuevas subidas de las tasas de interés oficiales.

No obstante, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, también destacó la dificultad, como ya hemos citado, de implementar la actual política monetaria (encarecer el precio del dinero para contener el consumo y, con ello, el crecimiento de los precios) con situaciones tan dispares entre los socios de la moneda única. España fue el segundo país, por debajo de Francia, con menor incremento del IPC en octubre. El dato conocido seguirá manteniéndola con toda seguridad en torno a esas posiciones.

La inflación se ha reducido cuatro puntos en los últimos cuatro meses, situando a España como una de las economías de Unión Europea en la que más ha disminuido la inflación. Además, no se aprecian efectos de segunda ronda, es decir, de una espiral de precios salarios.

Por otro lado, por lo que respecta al mercado de trabajo, en noviembre el número de parados se redujo en 33.512 personas, distanciando algo más al número de desempleados de la cifra de los tres millones, situándolo en los 2.881.380 desempleados (la cifra más baja en este momento del año desde 2007). Por el contrario, el empleo se resintió, aunque muy poco: se destruyeron 155 puestos de trabajo. Lo que mantuvo el número de afiliados medios a la Seguridad Social por encima de los 20 millones por octavo mes consecutivo (20.283.631).

Los trabajadores más jóvenes y el colectivo femenino han resultado ser los principales beneficiados de la disminución de la cifra de parados: siguen siendo mayoría, pero el total de mujeres paradas disminuyó durante noviembre en alrededor de 20.000 personas, situándose en los niveles más bajos en este mes desde 2008 (1.727.559). Igualmente, el desempleo juvenil (parados menores de 25 años) disminuyó algo más de 4.000 personas (se sitúa en 207.936 jóvenes).

Sin embargo, el número de cotizantes a la Seguridad Social casi no ha cambiado respecto al mes anterior. En noviembre se destruyeron 155 puestos de trabajo, algo que no había sucedido en este periodo ni en 2020, ni en 2021.

Según el Ministerio, “el número total de afiliados medios se situó en noviembre en los 20.283.631 (10.747.427 hombres y 9.536.203 mujeres), que son 531.273 afiliados más que hace un año. Esta caída, a pesar de ser estadísticamente menor, contrasta con los noviembres de los años 2017 a 2019, en los que, de promedio, se registró un retroceso de 37.000 afiliados”,

Durante el pasado mes de noviembre, se celebraron 1.424.283 contratos (cuatro de cada 10 fueron de carácter indefinido, una cantidad sustancialmente inferior a la del mes anterior (-99.856), y casi 600.000 menos que en el mismo periodo del año anterior. El cómputo acumulado del año también es inferior al de 2021 (-582.383).

El número de contratos fijos-discontinuos (se contabilizan como indefinidos desde el año 1985), igualmente, ha bajado respecto a los registrados durante el pasado mes de octubre.

En cualquier caso, descontando la estacionalidad y el efecto calendario, el número de afiliados a la Seguridad Social creció en 78.695 personas, alcanzando la cifra de 20.319.146 trabajadores. La cifra ya acumula 19 meses consecutivos al alza. El Ministerio espera un crecimiento de la afiliación para todo el año 2022 próximo al 4% (el mayor crecimiento de los últimos años).

Por sectores económicos con respecto a octubre, el Paro Registrado ha disminuido en todos, con especial incidencia en los Servicios (-25.083 personas), seguidos de la Agricultura (-4.507 personas), la Industria (-3.783 personas) y la Construcción (-1.924 personas). Territorialmente, ocho comunidades autónomas tienen un menor número de desempleados: las mayores caídas se produjeron en la Comunidad Valenciana (-15.330), Andalucía (-11.169) y Comunidad de Madrid (- 7.757).

MERCADOS:

Durante el mes de noviembre, las subidas registradas por las Bolsas en noviembre se vieron acompañadas de volumen negociado, aportando algo de solidez a la subida. Según datos de BME (Bolsas y Mercados Españoles), el volumen de negociación en el mes de noviembre fue de 2,8 millones, lo que supone un crecimiento intermensual del 4,4%.

En el mercado de renta fija el volumen contratado en noviembre alcanzó los 9.375,1 millones, un 10,7% menos que el mes anterior. Las admisiones a negociación, incluyendo emisiones de deuda pública y de renta fija privada, se situaron en los 25.300,3 millones. El saldo vivo se situó en 1,79 billones de euros, con un aumento del 0,7% frente al mes anterior y del 4,5% en lo que va de año.

El mercado de derivados financieros negoció el mes pasado 1,99 millones de contratos por un importe nominal de 35.457 millones de euros. El volumen negociado en los once primeros meses del año aumentó un 4,9% en futuros sobre Ibex 35, un 3,7% en futuros mini Ibex y un 10,6% en opciones sobre acciones respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, la negociación en los futuros sobre acciones y las opciones sobre acciones aumentó un 161% y un 29,5% más que en octubre, respectivamente. 

A nivel mundial, los números rojos sacudieron las bolsas asiáticas, con Hong Kong a la cabeza, y luego, aunque de forma mucho más limitada, los parqués en Fráncfort, París o Londres.  Y es que la economía China ha alimentado en todo este año el pesimismo de los mercados.

Por otro lado, respecto al Euribor ha habido dos hechos: por un lado, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas variables (normalmente la cuota se actualiza una vez al año) ha dejado de crecer con tanta fuerza. Ha acabado el mes de noviembre en el 2,828%, solo dos décimas por encima del 2,629% de octubre. Por tanto, finalizando la carrera de alzas que comenzó en el verano pasado.

No obstante, los endeudados en préstamos hipotecarios han visto incrementar sus intereses en, nada menos, que 3,3 puntos porcentuales. Esto, en la práctica, supone un encarecimiento de las cuotas del 44%, aunque ese porcentaje puede oscilar algo en función del diferencial que se tenga contratado.

Según el INE, en el caso de una hipoteca media (143.222 euros en septiembre de este año,) con un plazo de amortización de 24 años, y con un diferencial respecto al Euribor de más un punto, las cuotas a pagar se elevarían unos 234 euros al mes. Así, en estos casos pasarán a abonar unos 761 euros en lugar de 527 euros si el euríbor siguiese en el umbral de noviembre de 2021. En un año implica pagar 2.807 euros más que en el ejercicio anterior.

Esta escalada del Euribor afectará, más pronto o más tarde, a casi cuatro millones de hogares (en España hay unos cinco millones de hipotecas, de las que 3,7 millones son a tipo variable). Y lo peor, es que previsiblemente seguirá subiendo como resultado de las próximas subidas de los tipos que decida el Banco Central Europeo (BCE).

Por todo ello, el Banco de España espera que en los próximos meses tenga lugar cierto deterioro de la renta de las familias.

EMPRESAS:

La petrolera española CEPSA ha anunciado una inversión de 5.000 millones de euros para convertir a Andalucía en el mayor polo europeo de hidrógeno verde. El proyecto, con una capacidad de 2000 MW y una producción de hasta 300.000 toneladas de hidrógeno verde, multiplica por diez al mayor anuncio realizado en Europa en el sector, hecho por Shell en Países Bajos el pasado julio. Esto permitirá a la compañía la exportación de sus derivados como el amoniaco o metanol verdes, así como avanzar en su propia descarbonización.

La iniciativa, que generará 10.000 puestos de trabajo, posibilita que España pueda ser un líder global en la transición energética, a la vez que desarrolla sus capacidades de exportación.

 Las dos plantas previstas por la compañía en Palos de la Frontera (Huelva) y San Roque (Cádiz) se pondrán en marcha a partir de 2026, llegando al máximo de su capacidad hacia 2028.

Estas plantas permiten la descarbonización de la producción de biocombustibles avanzados para la aviación y el transporte marítimo y terrestre. Cepsa calcula una reducción de las emisiones de seis millones de toneladas de CO2 al año.

La economía española tiene el objetivo de alcanzar el 10% de toda la capacidad de producción de hidrógeno prevista por la Unión Europea en 2030. El Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, como denomina CEPSA a la iniciativa presentada, podría suponer hasta la mitad de lo generado por el país en 2030. La petrolera incluso resalta que en Andalucía ya se consume el 40% del hidrógeno que se produce en España, pero que este nuevo proyecto busca sustituir el hidrógeno sucio, o gris, que actualmente alimenta a las grandes industrias del acero o las refinerías.