miércoles, 15 de junio de 2011

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL JUNIO 2011: la amenaza griega.

Se sabía que la salida a la Gran Recesión no iba a ser nada fácil, pero incluso para los más pesimistas, no tan difícil. El rebrote de los problemas de la crisis griega, las dudas sobre el mercado de trabajo en Estados Unidos (la creación de empleo neto no agrícola en mayo fue de 54.000 puestos frente a los previstos de 165.000 puestos),y los graves problemas del director del FMI, no han hecho sino avivar la incertidumbre.

GLOBAL:

El caso Dominique Strauss-Kahn puede provocar varios daños colaterales:
El primero, sobre el rescate a la economía griega (y la de otros países, llegado el caso). No en vano, el político francés ha sido uno de sus más firmes defensores.
El segundo, es sobre el propio Fondo Monetario Internacional. Strauss-Kahn había logrado revitalizar la institución y vencido su tradicional ortodoxia, apostando por nuevos caminos (hace poco habló a favor de los controles de capitales en los países emergentes).
El Fondo, fuertemente cuestionado en el pasado por haber estado aletargado en turbulencias anteriores, recuperó su figura de gran árbitro internacional, poco después de la llegada del francés a la dirección general a finales de 2007.
Desde entonces, en varios momentos de vital importancia, el FMI ha desempeñado un papel relevante en la salida a la crisis, impulsando la cooperación internacional en los primeros momentos de la crisis financiera, limando asperezas entre las grandes potencias cuando estaban enfrentadas (entre los partidarios de los planes de estímulo y los defensores de la austeridad), defendiendo una mayor regulación y diseñando los rescates de países afectados por los problemas de la deuda soberana, como Grecia o Portugal.
La detención de Strauss-Kahn tiene un impacto claro para el FMI y para su imagen, por mucho que la entidad haya anunciado que continua plenamente operativa.
Ante los problemas, la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, ha dado el paso de postularse para dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI). Lagarde tiene un historial brillante y es la gran favorita al contar con el respaldo unánime de Europa y en general de los países ricos, aunque su candidatura deberá sortear algunos obstáculos: la herencia francesa de Strauss-Kahn, el hecho de que ninguno de los tres últimos directores europeos haya agotado su mandato y el denominado caso Tapie, un viejo y complicado litigio empresarial que aún colea. Pero sobre todo deberá lidiar con la firme oposición de los países emergentes a perpetuar la tradición de que tenga que ser un europeo quien lidere el FMI.
Los BRICS (siglas de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han dado un paso adelante: instando a “abandonar la obsoleta convención no escrita que requiere que el jefe del FMI proceda necesariamente de Europa”. Esa tradición “resta legitimidad al Fondo”, según los cinco países, que reclamaron un proceso de elección “competitivo, realmente transparente y basado en los méritos de los candidatos” y no en su nacionalidad.
Incluso China ha lanzado señales contradictorias al suscribir el comunicado de los BRICS, pero dejando entrever sus simpatías por Lagarde, que ha jugado un papel clave en la presidencia francesa del G-20 ante la guerra de divisas, para tratar de contener las presiones estadounidenses contra el gigante asiático.

ESTADOS UNIDOS:

En un interesante artículo el nobel Paul Krugman se refiere al problema del paro, cita a España dentro de Europa y a Estados Unidos con casi 14 millones de desempleados. Plantea que, frente a esta tragedia que debería ser la principal prioridad económica, se ha impuesto el consenso a ambos lados del Atlántico de los que manejan los hilos, sobre que no se puede, ni se debe hacer nada respecto al empleo.
Alude Krugman al informe de la OCDE sobre previsiones económicas, como reflejo de las elites económicas europeas, que señala que “el margen de maniobra de las políticas macroeconómicas para abordar el problema del desempleo se ha agotado en su mayoría, instando a los países a centrarse en reformas a largo plazo”. Estas políticas tienen poco impacto a corto plazo sobre la actual situación grave de desempleo.
Según Krugman, “el núcleo de nuestro problema económico lo constituye en realidad la deuda -principalmente la deuda hipotecaria- que las familias asumieron durante los años de la burbuja de la última década. Ahora que la burbuja ha estallado, esa deuda está actuando como un lastre del que no consigue librarse la economía, impidiendo cualquier recuperación real del empleo. Y una vez que uno cae en la cuenta de que el problema es la sobrecarga de deuda privada, se percata de que hay algunas cosas que se podrían hacer al respecto”.
Postula Krugman que se de empleo a los parados en cosas útiles como reparar carreteras (lo cual, al aumentar los ingresos, también facilitaría que las familias devolviesen lo que deben). De la misma forma, plantea un programa gubernamental de modificación de hipotecas, para reducir las deudas de los propietarios de viviendas en apuros. Incluso llega a señalar como deseable “que la inflación volviese a subir hasta el 4%, lo que contribuiría a reducir la carga real de la deuda”.
Afirma el nobel que si bien estas políticas serían poco ortodoxas, también lo son los problemas económicos a los que nos enfrentamos. Y señala: “quienes advierten sobre los riesgos de la acción deben explicar por qué estos riesgos deberían preocuparnos más que la certeza de que seguiremos sufriendo masivamente si no hacemos nada”.
Krugman afirma ser consciente de los obstáculos políticos que dificultan que realmente se ponga en práctica cualquiera de las políticas que podrían funcionar. Pero esa no es razón para dejar de hablar del asunto.
Por otro lado, la Fiscalía del Estado de Nueva York ha vuelto a resucitar la investigación contra los grandes bancos de Wall Street por las prácticas que siguieron durante la burbuja inmobiliaria en la titulización de deuda vinculada a hipotecas de baja calidad. Entre las entidades examinadas están, de momento, los gigantes Goldman Sachs, Morgan Stanley y Bank of America.
La nueva investigación del fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman, se encuentra en una fase preliminar, de recopilación de información y documentos. Su predecesor en la fiscalía, el actual gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ya inició un expediente similar tras la quiebra de Lehman Brothers. Ese caso no acabó en ninguna acción concreta, pero su material podría ser muy útil en la nueva investigación.
La intención del fiscal es examinarlo todo, desde las prácticas que se siguieron en la concesión de hipotecas hasta el empaquetado y despiece de la deuda que se ofreció a los inversores en forma de titulizaciones y derivados. La investigación de Schneiderman lleva abierta varias semanas, pero es pronto aún para saber si desembocará en una acción por la vía civil o criminal.
Tampoco se descarta que otros bancos pudieran ser objeto de investigación por el papel que tuvieron en la crisis hipotecaria. La titulización de deuda con alto riesgo de impago fue uno de los factores detrás del terremoto financiero que arrastró a la economía a la Gran Recesión. Dos años y medio después, la única entidad sancionada por estas prácticas ha sido Goldman Sachs.
El Congreso de Estados Unidos, en el examen que hizo de las causas de la crisis, culpó a estas tres entidades de haber alimentado con sus prácticas el colapso del mercado de deuda. Pero en el mismo paquete, y sin exigir responsabilidades, metió a los reguladores, las agencias de calificación y los propietarios que sabiendo que no podían pagar solicitaron créditos.
En paralelo, sigue abierta la negociación por el escándalo de los desahucios automáticos. Jamie Dimon, presidente de JPMorgan Chase, una de las entidades que más responsabilidad tuvo en la crisis, dijo que sentía mucho los errores que han llevado a la calle a cientos de propietarios a los que se ha embargado sus viviendas.

JAPÓN:

El terremoto y el tsunami que sacudieron Japón el 11 de marzo han dado la puntilla a la débil economía del país, que ha entrado en recesión en el primer trimestre del año tras caer un 3,7% en tasa anualizada, casi el doble de lo previsto por los analistas. El impacto de la catástrofe, agravada por el accidente de la central nuclear de Fukushima, paralizó el tejido productivo de Japón y ahondó la atonía del consumo de las familias, con lo que el volumen de la economía nipona ha retrocedido a los niveles que tenía en 1991.
Japón, que el año pasado cedió el puesto de segunda economía mundial a China, ha visto como su PIB caía un 0,9% intertrimestral en los tres primeros meses del año. Este retroceso se suma al recorte del 0,75% sufrido en el último trimestre de 2010, con lo que se confirma la entrada en recesión del país.
El ministro de Economía, Kaoru Yosano, ha reconocido que se espera que la economía de Japón permanezca débil por el momento, pero ha añadido que la demanda de bienes se está recuperando por los esfuerzos de reconstrucción y confía en que eso impulsará el crecimiento durante el segundo trimestre: “La economía tiene la fuerza para recuperarse”, ha declarado tras describir la contracción como un “fenómeno temporal”.
Esta previsión es compartida por los organismos internacionales como el FMI, que aunque ha rebajado sus proyecciones para este 2011 ha revisado al alza su cifra para 2012 por el efecto de las labores de reconstrucción del país. El Banco Central de Japón comparte esta visión sobre la evolución de la economía japonesa a medio plazo.
Algunos analistas apuntan que lo más preocupante es la disminución de consumo privado en un 0,6%, ya que la población ha decidido apretarse el cinturón después de la catástrofe natural que ha asolado Japón. El consumo, al igual que en otras naciones desarrolladas como EE UU, representa casi el 60% de la economía japonesa.
El segundo pilar de la economía nipona es el comercio y el superávit comercial del país, que ha caído un 34,3% en marzo frente al mismo mes hace un año.
A pesar de los datos, se espera que el Banco de Japón mantenga la política monetaria estable, aunque está listo para relajar su postura si los daños resultan mayores de lo esperado.

UNIÓN EUROPEA:

La deuda de Grecia no podrá atenderse si no hay una reducción significativa de sus intereses y del principal. Hace ya más de un año de que recibiera el rescate, y el Gobierno griego ha declarado su incapacidad para atender el servicio de la deuda correspondiente al próximo año. La situación de Grecia es peor que hace un año y, a pesar de los ajustes en las finanzas públicas, los mercados exigen un tipo de interés que duplica el de entonces.
Las agencias de rating no han dejado de agravar la herida, degradando aún más la calidad crediticia de Grecia.
Para más inri, los resultados de las otras economías rescatadas, Irlanda y Portugal, están manifestando la mala gestión que se está realizando de la crisis europea. La torpeza y el desencuentro entre las instituciones europeas han motivado que después de un año continúen las tensiones en la región del euro.
El Banco Central Europeo ha propuesto que la Unión Monetaria se articule en torno a un ministerio de finanzas, o cualquier otra institución. Lo importante es que todos los que sigan dispuestos a compartir moneda, también lo estén también a ceder bastante más soberanía.
Otra lección es la falta de responsabilidad de los políticos para llegar a acuerdos con el FMI y la UE en las condiciones de la nueva financiación. Esas actuaciones están contaminando igualmente al resto de las economías de la eurozona consideradas periféricas.
La experiencia griega no es ni mucho menos similar a la española, pero los mercados siguen observando con inquietud a la economía española y, muy especialmente, la de sus finanzas públicas, el impacto en las mismas del pobre crecimiento económico y el elevado desempleo. La interinidad abierta tras las pasadas elecciones tampoco favorece la mejora de la percepción de la solvencia española. Sobre todo si se hace de la fiabilidad de las cifras de déficit y deuda de las comunidades autónomas, puesta en entredicho con las auditorias emprendidas, un asunto de batalla electoral.
En una reciente entrevista realizada a Paul De Grauwe (asesor de la Comisión Europea) este economista ha declarado que es peor la crisis política que la económica, ya que Alemania parece empeñada en ponerlo difícil, generando incertidumbre con declaraciones desafortunadas. La imposición de Berlin de que paguen, los que el entrevistado llama “países pecadores”, recortando los déficit drásticamente en plena recesión, es “una bomba. Grecia tiene que cambiar, sus ciudadanos tienen que pagar impuestos, no pueden engañar a Europa, pero es peligroso rebasar algunos límites”.
Señala De Grauwe respecto a la situación española, que “no se trata de una crisis de España, sino de la eurozona. España tiene su responsabilidad, pero a la vez es víctima de las decisiones de otros: antes y después de la crisis. Si Europa no está dispuesta a ayudar a España, dando señales claras, va a resultar difícil que la crisis deje de sobrevolar a Madrid”.
Por otro lado, Bélgica ha comenzado a tener dificultades por su elevada deuda pública. La inexistencia de un Gobierno oficial desde junio de 2010, le impide realizar las reformas precisas para su consolidación fiscal. Los mercados ya le han pasado factura elevando su prima de riesgo al reducir su clasificación crediticia y sembrando dudas sobre su capacidad para recortar el déficit fiscal por debajo del 3% para 2013.
La Agencia Fitch ha rebajado su calificación desde estable a negativa. En línea con las medidas imperantes, se solicita al Ejecutivo belga que reduzca el déficit de algunas Administraciones públicas, racionalice el gasto de la Seguridad Social, y a que recaude más impuestos.
Fitch, que de esta forma se ha sumado la rebaja de Standard & Poor’s en diciembre, insiste en que el problema no es el déficit, sino las escasas medidas adoptadas para reducir la deuda.
La reacción de los mercados, constituidos en “crueles justicieros”, no se ha hecho esperar: las subastas de deuda pública belga han alcanzado los 127 puntos básicos sobre el bono alemán, el interés más alto en cuatro meses, cerca del récord de 144 puntos alcanzado en enero pasado y lejos de la media de 90 puntos de los últimos 12 meses.
Bélgica deberá pagar más en cada subasta al mercado por las deudas que contraiga. Ello ha hecho cundir la preocupación de algunos analistas que temen que el pago de estos elevados intereses ponga en riesgo precisamente a la solución que parecen castigar los mercados: la reducción del déficit fiscal a medio plazo.
La economía belga tiene una deuda pública equivalente al 96,8% del PIB, la tercera más elevada de la eurozona después de Grecia e Italia. Los datos de la OCDE indican que el déficit cerró en el 6% del PIB en 2009 y el 4,2% en 2010. Este mismo año el Ejecutivo espera reducir esos números rojos al 3,6%, aunque los analistas creen que esta cifra estará por encima de las previsiones oficiales. En cualquier caso, las dudas se ciernen sobre el próximo año, cuando el Ejecutivo provisional belga espera bajar del 3%, algo que, según los últimos datos, parece poco probable.
Bélgica no es Grecia ni Portugal, pero se encuadra junto a Italia en un grupo de países de riesgo moderado a los que se les pide reformas urgentes para no terminar a largo plazo en la necesidad de un rescate de la UE. El principal problema sigue siendo la clase política, que tiene serias dificultades para acordar un Gobierno definitivo antes de presentar los presupuestos del próximo año. De momento, el país lleva 11 meses con un Ejecutivo provisional, con la inacción que eso significa, y nada parece indicar que se encuentre una solución rápida al conflicto a pesar de las demandas de los mercados y de su monarca.
Los datos de la economía belga del primer trimestre indican que el PIB ha crecido un 3% interanual, aunque es probable que el año se cierre en torno al 2% y que para el próximo curso se crezca hasta el 2,4%. Por ahora, solo tiran de la economía el comercio exterior -que el año pasado ha tenido un crecimiento de dos dígitos-, mientras que el consumo privado está estancado en un 1,6% de crecimiento anual. Esto último principalmente porque las cifras de paro no remontan, con un 8,3% en 2010 y una previsión del 7,6% para este año.

ESPAÑA:

Según el profesor de Harvard Niall Ferguson, “Berlín y las instituciones europeas han impuesto a los países más endeudados severas curas de austeridad para reducir sus déficits y obtener ayudas que no acaban de funcionar. Esa dolorosa fórmula agrava la tensión social, pero sobre todo dificulta la salida de la crisis económica y siembra sospechas sobre el pago de las deudas. Atrapada en ese laberinto, declara este profesor que la Unión Europea se ha convertido en una trituradora política: el fracaso de los rescates y la oleada de austeridad han transformado a la UE en una máquina de matar Gobiernos”.
La debilidad económica y la actual incapacidad política para resolver los problemas, puede ser sólo el principio si el contagio de las tres rescatadas alcanza a Italia, Bélgica y España. Los tres países tienen problemas fiscales, pero han conseguido distanciarse del furgón de cola europeo. Italia y Bélgica comparten dificultades: Bélgica carece de Gobierno desde hace meses y en Italia, las perspectivas de bajo crecimiento y el escaso compromiso político para acometer reformas explican el castigo de las agencias de calificación.
Pero el caso de España es distinto: según los analistas de Standard & Poor’s “cumple por sistema” sus objetivos de recorte del déficit y tiene “más margen de maniobra” que economías como la italiana, y sin embargo está más cerca de Grecia, Irlanda y Portugal que Bélgica e Italia.
“El efecto contagio explica el repunte de la prima de riesgo española. Pero no solo hay razones externas: los mercados temen que emerjan déficits ocultos en las autonomías, pero sobre todo estiman que el margen de maniobra de Zapatero se ha reducido tras las elecciones. Según algunos analistas, los mercados creen que vienen unos meses en los que se va a congelar el impulso reformista, y desconocen los planes del PP y de Mariano Rajoy, que no ha dado un solo mensaje claro en materia de política económica.
Consecuencia de todo ello, es que la prima de riesgo ha llegado a los 250 puntos básicos. Es decir, España paga por su deuda 2,5 puntos más en intereses que Alemania, el país más seguro.
Y es que la corrección de los desequilibrios públicos depende en buena medida de las comunidades autónomas. Y, a juzgar por los datos del primer trimestre, las metas regionales no están en absoluto garantizadas. Más de la mitad de estas Administraciones -nueve de 17- registraron hasta marzo un déficit superior a lo esperado, con un resultado conjunto del 0,46% del PIB. La cifra duplica el desequilibrio alcanzado en el primer trimestre de 2010, según se desprende de los datos divulgados por el Ministerio de Economía. En solo tres meses, las autonomías han consumido casi la mitad del déficit que tienen adjudicado para todo el año, un 1,3%.
La vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, argumentó que los desequilibrios obedecen a “una evolución del gasto superior a la que debería producirse en el año 2011″, que deslizó la vinculación de ese escenario con la cita electoral del 22 de mayo y confió en que los gastos se moderen a partir de ahora.
Los mercados observan de cerca el déficit autonómico para calibrar si España cumple sus objetivos. Después de un 2010 en el que la Administración central compensó unos números rojos autonómicos mayores de lo presupuestado, los analistas son conscientes de que las comunidades tienen la llave del déficit este año. De hecho, la Administración central redujo a la mitad los números rojos en los cuatro primeros meses del año, una evolución esperanzadora que quedó algo empañada por el dato autonómico. El déficit estatal sumó 2.450 millones de euros, un 0,22% del PIB.
Las comunidades gestionan gastos difíciles de moderar, como la educación o la sanidad, y además poseen un margen de maniobra limitado en la recaudación fiscal. A esos dos elementos se les suma la menor capacidad de reacción que han demostrado para reconducir sus cuentas. El resultado es que los ingresos han caído un 2,2% respecto al primer trimestre de 2010 y los gastos aún han crecido un 5,4%.
Dentro de este diagnóstico conjunto, hay situaciones muy dispares. Algunos territorios como Baleares, Castilla-La Mancha, Murcia y País Vasco han agotado ya casi todo el margen del año. Otros (Aragón, Galicia y La Rioja) incluso registran superávit. En general, las cifras conocidas ahora resultan poco indicativas del cierre del ejercicio. Como ejemplo, baste citar que Madrid, una de las más cumplidoras, sobrepasa lo esperado, mientras Cataluña, cuyo déficit previsto duplica el autorizado, está casi en equilibrio.
Frente a los desequilibrios del Estado y Comunidades Autónomas, la Seguridad Social registra un superávit equivalente al 0,6% del PIB hasta abril. No obstante, la cifra empeora la obtenida en el mismo periodo de 2010 porque el gasto en pensiones sube a un ritmo muy superior al de las cotizaciones.
Respecto al mercado de trabajo, el paro registrado (aquellos que acuden a inscribirse como desempleados en las oficinas públicas de empleo) disminuyó en mayo en 79.700 personas. Nos encontramos en los meses más favorables del año por motivos estacionales. Hace un año por estas fechas también se produjo una reducción similar, 76.200 personas. La tendencia muestra, solamente, que el ritmo de aumento del desempleo se está ralentizando.
Las afiliaciones a la Seguridad Social aumentaron en mayo en 117.900 personas, pero en cifras desestacionalizadas disminuyeron en unas 14.000. También en estos datos se observa que el ritmo de caída se va moderando.
Si trabajamos con medias trimestrales (más sólidas que los datos mensuales) podemos observar que la media de abril y mayo da una tasa anualizada de -0,7% respecto a la media del primer trimestre del año, periodo en que la afiliación se redujo un 1,1% respecto al trimestre anterior. Las variaciones de estas tasas a lo largo de 2010 fueron mucho menores, lo que significa que las condiciones del mercado laboral y, por consiguiente, del conjunto de la economía podrían estar mejorando a un ritmo algo más rápido que en los trimestres anteriores.
La moderación en el ritmo de caída de los afiliados se produce a pesar de que en el sector de la construcción se acelera la destrucción de empleo. Esto viene observándose desde el segundo trimestre del pasado año y está directamente relacionado con el ajuste fiscal, que afecta duramente a la inversión pública. En cambio, en la industria y los servicios las cosas van a mejor. En el primer caso todavía sigue el ajuste del empleo, pero a menor ritmo, y en el segundo ya se está creando empleo neto desde hace un año y se ha acelerado en abril y mayo, notándose la notable recuperación del turismo exterior.
Ahora bien, se ha producido una caída de los contratos indefinidos del 8% y un aumento de los temporales del 17%. Parece claro que la reforma laboral no ha servido para hacer crecer a la contratación indefinida.
En un informe publicado por la OCDE sobre las perspectivas económicas de los países industrializados, se oscurece el horizonte de la economía española, ya que se apunta la idea de que la recuperación será insuficiente para absorber el enorme volumen de desempleo (4,9 millones de parados, un 21,3% de la población activa) generado en esta crisis económica.
La debilidad de la recuperación española se manifiesta también en los pronósticos de los próximos dos años: la OCDE mantiene que el PIB español no aumentará más que el 0,9% (el Gobierno vaticina un 1,3%) este año; pero para 2012 fija su previsión de crecimiento en el 1,6%, dos décimas menos que lo que anticipaba en su informe de noviembre. En esto coincide con el Fondo Monetario Internacional, que no ve crecimientos superiores al 2% hasta 2017, un avance que el Ejecutivo confía en lograr ya el próximo año.
La realidad, es que la única posibilidad que tienen las empresas españolas de garantizar su supervivencia es intentar vender fuera. Siempre ha ocurrido en las fases recesivas esa obligada salida al exterior: las empresas tratan de hacer de la necesidad virtud. El aumento de las exportaciones de bienes y servicios es un reflejo circunstancial de esa imperiosa exigencia de supervivencia.
Se trata de una de las razones de la rápida reducción del déficit exterior de la economía española, desde niveles cercanos al 10% del PIB en las vísperas de la crisis global. La otra razón explicativa de la caída del déficit por cuenta corriente hasta niveles inferiores al 4% del PIB, es el desplome de las importaciones, como consecuencia de la debilidad económica.
Si la caída de las compras al exterior no ha sido mayor es debido a la inelasticidad de las importaciones energéticas, dada la todavía marcada dependencia energética española y la correspondiente ineficiencia en su utilización: la española sigue siendo una de las economías avanzadas que más energía consume por unidad de producto.
Sería un error considerar que tras ese dinamismo exportador se ampara un reforzamiento de la competitividad internacional de la economía española. Esta no se ha erosionado mucho, a tenor del mantenimiento de la cuota en las exportaciones mundiales, pero es cierto que esas exportaciones de bienes y servicios (el turismo de forma destacada), son muy sensibles a las variaciones de precios y, en el caso del turismo, al desplazamiento de la demanda desde destinos competitivos, los que hoy sufren tensiones geopolíticas.
La calidad de la oferta de bienes y servicios de la economía española apenas ha variado en estos años de crisis, a pesar de la diversificación sectorial conseguida desde 2009. La frontera de la innovación, de las exportaciones de bienes de elevado valor añadido, sigue distante, salvo tan honrosas como escasas excepciones.
En todo caso, es fundamental intensificar el tirón de las exportaciones. Ello hace aún especialmente más grave la irresponsable imputación alemana a “los pepinos españoles” de la terrible bacteria ”E.coli”, que ha causado tanto daño a las exportaciones de frutas y verduras españolas.
En otro orden, Moody’s ha criticado la estrategia de las cajas: separar en “banco malo” (se concentran en el los activos inmobiliarios) y “banco bueno” (integra el negocio bancario). La agencia explica la estructura del Banco Financiero y de Ahorro (banco malo) de Caja Madrid y Bancaja, que será la matriz de Bankia (el banco bueno), que cotizará.
Para Moody’s, el pago a los acreedores del banco malo ”dependerá en gran medida de los dividendos del banco bueno. Esta situación da lugar a la “subordinación estructural” incluso a la inversa. La agencia concluye que se perjudica a los acreedores del banco malo. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), así como todas las emisiones de deuda garantizadas por el Estado, estarán en el banco malo. Moody’s cree que habría que aislar mejor al banco malo para que no perjudique al otro.

MERCADOS:

La Bolsa española está más cerca de entrar en pérdidas anuales. El Ibex 35 ha acumulado una caída del 1,25%, y ya solo gana un 3,72% desde enero. El índice va perdiendo soportes. La pérdida de los 10.300 no invita a la alegría.
El panorama que se dibuja no es fácil. El mes de junio se presenta decisivo para el devenir de los mercados a medio plazo. El Consejo Europeo del 24 de junio es la gran referencia en la que, además del rescate griego, deberá detallarse la ampliación del actual fondo de rescate, incluidas las cláusulas de la participación del sector privado en los rescates. Además, se conocerán las pruebas de esfuerzo de los bancos europeos, y se pondrá final al segundo programa de inyección monetaria de la Reserva Federal estadounidense (Quantitative Easing).
Por lo que respecta al mercado de la vivienda, el director general del servicio de estudios del Banco de España José Luis Malo de Molina, ha asegurado que aunque los precios de la vivienda han caído un 20% desde el primer trimestre de 2008, aún queda recorrido a la baja, hasta completar un descenso del 30% para finales de 2012, ya que el ajuste de precios de la vivienda aún no se ha completado.
Finalmente, según datos de las asociaciones de fabricantes (Anfac) y de vendedores (Ganvam), las matriculaciones de automóviles alcanzaron 78.870 unidades durante el pasado mes de mayo, lo que supone un descenso del 23,3% en comparación con el mismo mes de 2010.
De esta forma, el mercado automovilístico español encadena once meses consecutivos de retrocesos, desde que expirara el Plan 2000E de ayudas a la compra a mediados de 2010, y se retrotrae hasta niveles del año 1993.

EMPRESAS:

El presidente de Telefónica, César Alierta, recibió el año pasado 6,6 millones en efectivo y acciones por valor de unos dos millones de euros adicionales. Percibió dietas de 300.000 euros por la presidencia de la compañía y de 100.000 euros más por ser miembro de la comisión ejecutiva. Por sus tareas como directivo tuvo una retribución fija de 2,23 millones, en línea con la de los presidentes de otras grandes empresas no financieras españolas. El de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, recibió 2,31 millones de sueldo fijo, y el de Repsol, Antonio Brufau, 2,25 millones, por ejemplo.
El resto de la retribución es variable y está ligada a la marcha de la compañía. En 2010, Telefónica obtuvo el récord de beneficios en la historia empresarial española con un aumento del 30,8%, hasta 10.167 millones. Por su gestión, Alierta recibió una retribución variable de 4,01 millones.
El presidente de Telefónica también recibió durante 2010, 116.239 acciones de la compañía, valoradas en dos millones de euros. Esas acciones derivan del plan aprobado en 2006 por la junta de accionistas que pretende retener a directivos clave y ligar su retribución a la rentabilidad que obtienen los accionistas. El programa se aplica a unos 1.500 directivos del grupo en todo el mundo.
Estos hechos añaden, si cabe más polémica, al recordar el plan para recortar la plantilla de Telefónica de España en unas 6.000 personas.