miércoles, 7 de noviembre de 2012

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A NOVIEMBRE 2012: la incertidumbre y la ausencia de un rumbo claro se acentúan.


En un momento donde la sociedad de la comunicación nos invade, tanto por su diversidad como por su abundancia, estamos padeciendo uno de los hechos que más cohíbe la actuación de los agentes económicos: la incertidumbre.

La falta de transparencia, y la ausencia de una hoja de ruta que señale claramente la estrategia y objetivos de las autoridades, acrecienta los complejos problemas que padece la economía española.

Tan pronto el rescate es inminente, como se espera dentro de pocos meses, o incluso se niega insistentemente. Se especula acerca de negociaciones entre el Gobierno español, no sabemos si con Alemania, o con las legitimas autoridades de la Unión Europea, cuando realmente ni sabemos si las hay o no.

GLOBAL:

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía mundial, señalan que en toda la periferia de la zona euro se va a producir una “década perdida”.

Si se cumplen las previsiones del FMI, cinco países de la moneda única, entre ellos España, no recuperarán al menos hasta 2018 el nivel de actividad económica que tenían antes de la crisis.

Esos cinco países son España, Italia, Portugal, Grecia y Eslovenia, pero también han perdido casi una década Irlanda, Chipre y Estonia, lo que da casi un pleno de los países periféricos del euro. Además, uno de ellos, Italia, estará en 2017 aún lejos de recuperar el nivel de producto interior bruto (PIB) real previo a la crisis y otro, Grecia, estará alejadísimo.

Las previsiones del FMI para nuestro país apuntan que se podría alcanzar el nivel previo a la crisis en 2018. Eso sí, en caso de que no empeoren las perspectivas.

Según el Fondo,  el PIB de la economía española volverá a crecer (un 1%) en 2014, mejorando hasta el 1,6% o el 1,7% en los tres años siguientes. Ese débil crecimiento permitirá comenzar a reducir el paro en 2014, pero eso no bastará para que la tasa de desempleo baje del 20% ni siquiera en el año 2017.

¿Hemos perdido una década? En caso de comparar el empleo y la tasa de paro, para alcanzar los niveles previos a la crisis necesitaremos más de 10 años.

Ahora bien, con el elevado grado de incertidumbre existente, es muy atrevido realizar previsiones a uno o dos años, y a más largo plazo es un puro ejercicio de adivinanza.

ESTADOS UNIDOS:

Al cumplirse cinco años del estallido de la Gran Recesión, las perspectivas para Estados Unidos son complejas. El FMI lo resume señalando que “la recuperación continúa templada, con el nivel de empleo por debajo de los existentes previamente a la crisis. El mercado inmobiliario se estabiliza, pero sigue deprimido”, añadiendo, “los riesgos se intensifican por las tensiones de la deuda soberana europea y la incertidumbre fiscal en Estados Unidos”.

Por otro lado, de los 12,3 millones de desempleados, el 40,6% lleva más de seis meses sin trabajo. El paro afecta al 23,7% de los jóvenes.

La situación en Estados Unidos sigue complicada: en el tercer trimestre creció a una tasa anualizada del 2%, está por debajo del crecimiento potencial, anticipando que el crecimiento económico va a seguir siendo modesto.

Hay aspectos también positivos: en primer lugar del lado del consumo (como es sabido el crecimiento económico en la economía estadounidense depende en sus dos terceras partes del gasto de los hogares), ya que ha mejorado la confianza como consecuencia de la caída del precio de la gasolina, del leve incremento del valor de la vivienda, y a la mejora gradual del empleo.

El mercado inmobiliario sigue siendo débil, aunque la actividad en el sector inmobiliario registró un aumento del 14,4% en el trimestre pasado.

CHINA:

Según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas, la economía china creció un 7,4% en el tercer trimestre del año respecto al mismo periodo de 2011, hasta alcanzar 35,35 billones de yuanes (4,3 billones de euros). Se trata del valor más bajo desde el primer trimestre de 2009, cuando subió un 6,6%.

Tanto el Gobierno como la mayoría de analistas creen que la segunda economía del mundo, que ha sufrido de forma intensa en sus empresas exportadoras el impacto de la crisis global, se está estabilizando y volverá a rebotar en los próximos meses.

Según Sheng Laiyun, portavoz del organismo estadístico de China, “a juzgar por las cifras del tercer trimestre, y en particular del mes de septiembre, los signos de que la economía se está estabilizando son más claros. Los principales indicadores muestran que aunque el crecimiento está ralentizado, el ritmo del declive se ha hecho menor”.

Los esfuerzos del Gobierno para enfriar el sector inmobiliario han ayudado a equilibrar los precios, pero han sido culpables de frenar la demanda en sectores como la construcción. Las autoridades han intentado impulsar el crecimiento este año con recortes de tipos y otras medidas.

Las cifras publicadas hoy sitúan en el 7,7% el crecimiento acumulado del PIB hasta septiembre, dos décimas por encima del objetivo para todo 2012. El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó la semana pasada sus previsiones de crecimiento para China este año del 8% al 7,8%, y del 8,5% al 8,2% para 2013, debido al efecto, entre otros, de la crisis de la deuda europea. El PIB chino subió un 9,3% en 2011, y un 10,4% en 2010.

Al mismo tiempo, las autoridades han acelerado la aprobación de proyectos de inversión y han desplegado medidas de apoyo fiscal a los exportadores. El Consejo de Estado ha asegurado que Pekín mantendrá una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente este año.

UNIÓN EUROPEA:

El presidente del BCE, Draghi ha señalado la decisión del Banco Central Europeo de apoyar futuros rescates a países en problemas, como el nuestro, con compras de bonos.

Draghi enfatizó que el riesgo es la deflación. El alza del IVA y de otros precios públicos provocan que nuestro país, con el IPC en el 3,4%, sea una excepción. Señaló el presidente del BCE que “el mayor riesgo para la estabilidad de precios es la caída de precios que tiene lugar en algunos países del euro”.

Por otro lado,  los datos provisionales divulgados por la Oficina Nacional de Estadística británica señalan que la economía de Reino Unido ha salido de la recesión al crecer un 1% en el tercer trimestre en comparación con el trimestre anterior. Sin embargo, el crecimiento es cero si se compara con el mismo trimestre de 2011.

La recuperación de la actividad se debe sobre todo a la mejoría de la producción industrial, que creció un 1,1% respecto al segundo trimestre después de haber caído un 0,7% en el anterior trimestre, y al sector servicios, que creció un 1,3%. La construcción, sin embargo, cayó un 2,5% después de haberse contraído a su vez un 3% en los tres meses anteriores.

La oficina subraya que parte de la mejora se debe a que en el tercer trimestre ha habido más días laborables que en el segundo, que estuvo marcado por las festividades con las que los británicos celebraron el 60 aniversario del reinado de Isabel II.

Los Juegos Olímpicos pueden haber tenido también un impacto favorable, aunque hay escasas evidencias que lo confirmen. La venta de entradas ha contribuido al crecimiento con un 0,2%, pero ese dato no refleja realmente una mejoría de la actividad porque aunque en términos estadísticos se han atribuido al tercer trimestre, en realidad la venta de entradas se ha ido realizando a lo largo del año.

La nota explicativa de la oficina estadística admite que no hay “evidencias directas” de que los Juegos sean el factor decisivo en la mejora registrada en ese trimestre en actividades como las agencias de empleo, pero sí ha tenido “cierto impacto” en el sector hotelero o en el de las artes.

Los Juegos, en cambio, han tenido un efecto negativo en la producción de cine y televisión y hay opiniones contradictorias sobre su impacto en las ventas al detalle.

Por otro lado, el Gobierno alemán se ha opuesto a que Grecia se beneficie de una quita a la deuda que tiene contraída con sus acreedores europeos. Según el ministro de Hacienda, el democristiano Wolfgang Schäuble (CDU), las leyes presupuestarias impedirían que un Estado que no devuelve su deuda pueda beneficiarse de más ayudas europeas. El Ministro expresaba de esa forma su escepticismo respecto a las propuestas en ese sentido del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE). 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           
La llamada “troika de acreedores” presentó un informe en el que recomendaba el impago de parte de la deuda griega para que Atenas pueda hacer frente a sus objetivos presupuestarios. A diferencia de la quita anterior, la de ahora afectaría a los acreedores públicos y provocaría pérdidas a los socios europeos y, por tanto, al contribuyente. Grecia necesitará dinero en las próximas semanas. Está pendiente de pago un tramo de ayudas europeas de 30.000 millones de euros.

Está claro que a Grecia no le bastará con las ayudas aprobadas hasta ahora. La canciller Angela Merkel, ha dejado claro que no se permitirá la bancarrota desordenada de Grecia, a la que quiere mantener entre los Diecisiete del euro.

Atenas quiere dos años más de ayudas para poner en orden sus presupuestos. El Gobierno de Merkel busca ahora soluciones discretas para conceder esos dos años. Mientras el ministro de Economía, el liberal Philipp Rösler, sugería estos días que "no hay mayoría política" en el Parlamento para aprobar nuevas ayudas, el presidente de la Cámara baja (Bundestag) Norbert Lammert advertía de que cualquier aumento del gasto público para ayudas a Grecia requerirá la aprobación de los diputados alemanes.

Ahora bien, parece que la resistencia a conceder más ayudas a Grecia se ha diluido en las últimas semanas. Quizá Merkel haya querido mostrar su disposición a cambiar de opinión, al visitar  Grecia a principios de octubre. La Oposición socialdemócrata le acusa de estar ocultando a los alemanes el costo económico de la permanencia de Grecia en el euro. En las filas del centro-derecha parlamentario se percibe un viraje hacia las nuevas posiciones de Merkel. Según se ha sugerido en Berlín durante este mes, el nuevo desembolso griego podría pasar por el Bundestag junto al segundo rescate español.

ESPAÑA:

Según la información publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española ha encadenado ya su quinto trimestre consecutivo en recesión. Si bien la lectura de estos datos del INE, tienen resultar algo menos pesimista: el producto interior bruto (PIB) descendió un 0,3% entre julio y septiembre, lo que supone un ligero respiro respecto al trimestre anterior, cuando la caída fue de cuatro décimas.

En comparación anual, la caída es ya del -1,6% (el peor dato desde la Gran Recesión de 2008-2009). Pero al mismo tiempo, la circunstancia de que la caída trimestral haya sido menos aguda de lo previsto, casi garantiza que la predicción del Gobierno para el conjunto de 2012  (una variación del -1,5% respecto al año anterior) se podría cumplir.

Por otro lado,  otras estadísticas nos han deparado malas noticias: la Encuesta de Población Activa (EPA), además de situar la tasa de paro en el 25%, reflejó la mayor destrucción de empleo fijo de la crisis. Y el índice de ventas minoristas dio fe en septiembre de la mayor caída de facturación del sector registrada en la crisis.

Durante los meses de julio y agosto el consumo registró cierta animación por el anticipo de compras para sortear la subida del IVA. De hecho, el Banco de España anticipaba un repunte del 0,1% trimestral en el consumo de las familias.

Desafortunadamente, todo apunta a que la tibia moderación en la caída del PIB, y las señales de una recesión menos intensa, son efímeras. El dato está distorsionado por la reacción del consumo privado (anticipar compras) a la subida del IVA.  En 2010, la última vez que el Gobierno aumentó el IVA (del 16% al 18%), el consumo de los hogares creció un 0,9% en el periodo anterior al recargo fiscal, para bajar un 1,2% en el trimestre posterior. Y el gasto de las familias explica más de la mitad de la demanda interna.

Para algunos analistas,  el final de la recesión llegará el último trimestre de 2013. Según ellos, ahí tocaremos fondo e iniciaremos una recuperación, que será lenta.

Por otro lado, la evolución del crédito ha seguido la misma tendencia que el PIB, pero aún con más fuerza. Según los últimos datos del Banco de España, el volumen de crédito concedido por la banca ha caído un 5,7% en un año hasta agosto, lo que supone “el mayor descenso en 50 años”, como ya ocurrió en el mes anterior. Si se incluyen los establecimientos financieros, el descenso se queda en el 5%.

Pero la estadística oficial ofrece otro dato relevante: el importe de las nuevas operaciones durante el pasado agosto en crédito hipotecario, créditos al consumo y para otros fines, ascendió a 3.760 millones. Se trata del nivel más bajo desde enero de 2003  (momento en el que arrancaron las estadísticas).

Para analizar cómo “se ha cerrado el grifo” de los créditos, es bueno apuntar que el año récord en la concesión de crédito fue 2006, en la recta final de la burbuja. Ese ejercicio la banca concedió 289.857 millones, más del cuádruple de préstamos que en los últimos 12 meses. Esta es una referencia clara de lo que ha sido la inundación y ahora la sequía.

Esta situación se debe a dos factores: la menor demanda y la escasa capacidad de prestar que tienen los bancos españoles. Los mercados siguen cerrados para la mayoría de las entidades y solo los 370.000 millones que reciben del Banco Central Europeo permiten atender a los vencimientos.

Ese hecho es enormemente negativo para la economía, a la vez que para el propio sector (si no presta no hay negocio ni, por tanto, beneficio). Simultáneamente, se está encareciendo el pasivo, ya que se paga hasta el 4% por los depósitos (en agosto frenaron ligeramente el ritmo de caída vivido en los meses anteriores).

Y, para tensar más la situación, las provisiones (dotación por deterioro de valor) suben ya que la morosidad no deja de crecer. La escalada de la morosidad en la banca conquistó otra cumbre en agosto, al situarse en el 10,5% de los créditos del sistema financiero (bancos, cajas de ahorros, cooperativas y establecimientos financieros de crédito). El récord alcanzado en la anterior crisis económica (9,15% en febrero de 1994), superado ya en junio, va quedando cada vez más lejos. El listón del 10% se superó por primera vez en julio, según los datos revisados de ese mes.

La decisión de los bancos de clasificar como créditos dudosos una porción creciente de sus préstamos es una tendencia desde el arranque de esta crisis, muy determinada por el derrumbe inmobiliario: según los datos del Banco de España, un 60% de toda la morosidad empresarial se concentra en actividades relacionadas con el ladrillo. Pero la reclasificación de préstamos en dudosos ha ganado en intensidad desde junio.

Una causa determinante para el incremento de la morosidad es el constante aumento del paro. Pero sobre todo, la crisis del sector inmobiliario y una mayor exigencia en la clasificación de créditos como dudosos. Todo apunta a que el aumento de la morosidad seguirá a buen ritmo en otoño, ya que esos dos factores siguen dominando las decisiones de buena parte de la banca española. Además, el Banco de España ha publicado una circular en la que insta a las entidades a que afloren la morosidad que hayan podido ocultar mediante refinanciaciones de préstamos a empresas con dificultades evidentes para devolver lo prestado.

Del total de 1,7 billones en préstamos, 178.597 millones eran dudosos en agosto, unos 50.000 millones más que hace un año.

La verdad es que la ausencia de datos positivos, nos lleva a una enumeración de problemas en todos los frentes de la economía española.

Como no podía ser de otra manera, los salarios están acorralados, ya que la destrucción de empleo y la recesión obligan a su contención. Sin embargo los precios se han disparado, dejando atrás a los sueldos a marchas forzadas (caídas del salario real).

La consecuencia ha sido que los asalariados han perdido poder adquisitivo como no se había visto desde hace décadas. Según el departamento de Empleo, los salarios pactados en convenios crecieron un 1,3% hasta septiembre; en el mismo mes los precios aumentaron un 3,4%. Hay que remontarse hasta 1985, cuando la inflación rondaba los dos dígitos, para encontrar una brecha semejante entre precios y salarios.

Al principio de 2012, la recaída económica llevó a sindicatos y empresarios a firmar un pacto para congelar los sueldos en 2012 y 2013. UGT y CC OO se comprometieron a llevarlo a las mesas de negociación y plasmarlo en los convenios. A cambio, CEOE y Cepyme asumieron recomendar a sus huestes moderación en el reparto de beneficios para contener los precios. Poco a poco, con el retraso que acompaña siempre a la negociación colectiva en España, eso se está dando. Baste un dato: los convenios nuevos firmados en 2012 apenas registran un incremento salarial del 0,7%.

Por lo que respecta al Déficit Público (lo que parece ser el único objetivo de la política económica), hay que señalar que será en el tramo final del ejercicio donde se concentran buena parte de los pagos y será entonces cuando, si fallan los ingresos, el déficit mostrará su dimensión real. En ese sentido, lo que muestran los datos de ejecución presupuestaria hasta noviembre es que el saldo negativo del Estado es cada vez mayor: supera ya los 71.500 millones, lo que equivale al 6,8% del PIB.

La razón fundamental es la recesión económica: la recaudación de impuestos ha perdido un 16,8% respecto al mismo periodo (enero-noviembre) de 2008. Entre los grandes tributos, el deterioro es mayor en los ingresos por IVA (bajan un 30%) y en los del impuesto de sociedades (un 23% menos) y algo más atenuado en el IRPF (-11%).

Del lado de los gastos destacan el repunte de las transferencias para costear las prestaciones por desempleo y el aumento del pago de intereses de la deuda pública. Las medidas anticrisis también dejan su huella: la deducción de los 400 euros en el IRPF o los aplazamientos del IVA limitan los ingresos; y  los fondos extraordinarios de inversión elevan los gastos.

Lo que no tiene tan claro el Gobierno es si las comunidades autonómicas van a cumplir con su objetivo de déficit este año (1,5% del PIB) o si respetarán lo acordado para 2010, aunque se haya elevado su listón al 2,5%.

Ahora bien, sin duda el aspecto más negativo es la elevada cifra de paro que padecemos. Y es que “uno de cada cuatro trabajadores está en paro”. El dato es muy elocuente. Refleja cuál es el principal problema que padece España. El Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer que el desempleo siguió subiendo en verano. Llegó al 25,02%. Un nuevo hito histórico de la crisis, como los 5,778 millones de parados.

El combinado resultante de la recesión, el abaratamiento del despido, y los  recortes ha logrado algo que parecía imposible: agravar la enfermedad que sufre el mercado laboral español. Desde que comenzaron a notarse los primeros síntomas de la recaída en la segunda mitad del año pasado se han destruido 835.900 empleos y el número de parados ha crecido en 799.700 personas.

Por si fuera poco, se aproxima el invierno, la peor época para buscar trabajo. Se ha acabado la temporada alta turística: el buen tiempo ya no protege a las obras ni a las campañas agrícolas; y el resto de sectores ya no tienen que sustituir a los empleados que se van en las vacaciones estivales. En esas condiciones se recrudecerá la destrucción de empleo y el aumento del paro. Dicho de otra forma, más pronto que tarde España marcará otro trágico hito laboral: superará los seis millones de parados.

En contraste, el Gobierno ha resucitado la teoría de  “los brotes verdes”. “Creo de verdad que ahora podemos decir que estamos saliendo de la crisis”. No son las declaraciones con las que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, abrió la semana: “Estamos saliendo de la crisis, ya hay señales esperanzadoras”-, pero se parecen como dos gotas de agua.

Pues bien, la primera frase, la dejó caer hace dos años Elena Salgado, entonces vicepresidenta económica. El Gobierno socialista se esforzaba en ver en la economía española brotes verdes, una metáfora que hizo fortuna. Y que, al poco tiempo quedó marcada por la realidad, contra la que chocó de bruces: la crisis no se fue, sino que se hizo fuerte.

¿Hay ahora brotes verdes? La mayoría de indicadores económicos, y de las interpretaciones de los expertos, responden lo mismo: no. Aun así, el Gobierno del PP ha optado por poner el foco en un puñado de estadísticas para dar otra bienvenida prematura a la recuperación. El empeño del Ejecutivo del PP de dar un vuelco a las expectativas (la psicología colectiva como punto de arranque de la recuperación), amenaza con echar por tierra su credibilidad, el pecado capital que cometió la anterior Administración socialista.

Bruselas no ve brotes verdes: ni un atisbo de metáfora primaveral asomando por ningún lado. Las previsiones económicas de otoño, que la Comisión Europea ha dado a conocer, dibujan un panorama lóbrego para España y hacen añicos las del Gobierno. Los pronósticos son simplemente eso, buenos o malos augurios en función de los indicadores adelantados; está por ver si se cumplen o no. Pero si los vaticinios de Bruselas se acaban plasmando en la realidad, supondrán un serio boquete en la credibilidad del Ejecutivo: la Comisión anticipa caídas del PIB del 1,6% este año y del 1,5% el próximo, y deja la salida del túnel para 2014, con un anémico avance del 0,5%. La previsión del Gobierno (resaltada por la desafortunada proclama de Fátima Báñez  “estamos saliendo de la crisis, ya hay señales esperanzadoras” ) pasan por una caída algo menor del 1,5% para este año y un retroceso del 0,5% para 2013, que los expertos y ahora Bruselas juzgan melancólicamente optimista.

Junto al laberinto de la salida de la crisis, lo verdaderamente preocupante de los datos de Bruselas es el déficit público. El sobreesfuerzo del año pasado sirvió para rebajar el déficit del 9,6% del PIB al 9,4%.

El doloroso tratamiento sin anestesia que combina las subidas de impuestos con los tijeretazos en el capítulo de gastos no funciona: el déficit acabará el año en el 8%, según la Comisión, que rebaja esa cifra al 7% si se excluye el efecto de las recapitalizaciones de los bancos.

Para 2013, el agujero fiscal es del 6%, y del 5,8% hasta 2014: ni siquiera con el año adicional que concedió Bruselas se alcanza el objetivo del 3% del PIB. Eso deja tres posibilidades. La primera es ampliar los plazos para cumplir las metas, algo que viene reclamando el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que en Bruselas va ganando peso a la vista de que hay varios países en una situación parecida. La segunda es pedir a España esfuerzos adicionales; lo normal es que a lo largo de los próximos meses se produzca una combinación de esas dos posibilidades. La última son las sanciones.  

MERCADOS:

Las sucesivas rebajas del euríbor, índice de referencia para la mayoría de las hipotecas, se han convertido en una de las pocas buenas noticias (casi la única) para un importante número de españoles durante los últimos tiempos.

La asfixiante presión en las economías familiares debida a las subidas de impuestos del Gobierno y a los recortes salariales, no se han visto explosivamente acrecentadas por subidas en los intereses de la hipoteca que  se han reducido considerablemente durante el último año.

El euríbor ha fijado su mínimo histórico en el 0,624%. Con este descenso, la tasa mensual se ha situado en el 0,65% por lo que respecto al mismo mes del año pasado, la rebaja ha sido de 1,457 puntos.

Por otro lado, el Plan  PIVE (plan de ayudas puesto en marcha por el Gobierno) no ha conseguido frenar la caída de ventas de automóviles. En octubre, se matricularon 44.873 unidades, lo que supone una caída del 21,7% frente al mismo mes de 2011. No obstante, el plan que contempla una subvención de 2.000 euros por la sustitución de un coche antiguo por otro nuevo, ha logrado frenar el ritmo de deterioro del mercado, ya que de no haber sido por el mismo, el retroceso de las ventas hubiera alcanzado el 30%, según las cuentas de la asociación de vendedores Ganvam.

No obstante, en las malas cifras también ha influido el retraso en la puesta en marcha de las ayudas, ya que aunque el PIVE entró en vigor el 1 de octubre no ha comenzado a funcionar de manera efectiva hasta el pasado 16 de octubre.

Respecto al mercado de la vivienda, la subasta de 1.100 pisos que lanzó la nacionalizada Bankia con descuentos de hasta el 60%, ha sido una de las mayores ofertas lanzadas para acelerar el “drenaje” de los activos inmobiliarios malos en poder de la banca.  

Según el Ministerio de Fomento, los precios de la vivienda registraron en el tercer trimestre de 2012 la mayor bajada desde el pinchazo de la burbuja (un 9,3% interanual). Y es que el mercado del ladrillo se revuelve: el sector financiero acelera la venta de esos activos tóxicos, ya que la reforma financiera les obliga a contabilizar más pérdidas de su cartera de créditos inmobiliarios, con lo que les deja manos libres para vender barato porque ya se han registrado esas caídas de valor en sus cuentas.

Sareb , denominación que se ha buscado para “el banco malo” impulsado por el Gobierno para tomar los activos tóxicos de la banca rescatada en un plazo máximo de 15 años, buscará incrementar las ventas.

Ahora bien el mercado inmobiliario español cuenta con un stock de vivienda nueva lleva de más de 670.000 unidades (último dato al cierre de 2011), pese a que los precios, según Fomento, han bajado un 25% desde su punto más alto (2008) para regresar al nivel de 2004.

¿Ya ha acabado de desinflarse la burbuja inmobiliaria en España? Según analistas del sector “aún queda bastante corrección por hacer (han de bajar más los precios), ya que nos encontramos en recesión y la renta familiar  está bajando. Esta caída continuará, y el banco malo seguramente lo acelerará, porque el descenso ha sido suave hasta ahora”.

La destrucción de empleo, la bajada salarial y la recesión se han comido el efecto de esa rebaja de precios y el esfuerzo de los hogares para poder adquirir una vivienda sigue en un nivel poco saludable. Desde 1995 y hasta 2000, los precios de unas viviendas equivalían a unos cuatro años de renta total disponible media de los hogares, mientras que en junio de 2007 llegó a tocar las 7,6 veces. Hoy sigue en seis.

¿Cuánto pueden bajar aún las viviendas? Los analistas manejan otro indicador para fijar el precio razonable de la vivienda en un país, el número de veces que el precio del alquiler está incorporado en el precio de la vivienda (PER). “Actualmente el PER de la vivienda es 24,3 es decir, necesitamos las rentas de alquiler de 24 años para cubrir el precio de la vivienda”. No está claro cuál sería el PER óptimo, pero el periodo previo a la burbuja (1986-2000) arroja un valor de equilibrio del 19,4, así que “para llegar a este PER de 19-20 es necesario que el precio de la vivienda ajuste un 19% adicional”.

EMPRESAS:

Los tres grandes bancos españoles, Santander, BBVA y Caixabank,  ganaron 3.633 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un desplome del 60,9% respecto a igual periodo de 2011. Las provisiones para sanear los activos ligados al ladrillo cumpliendo las directrices del Gobierno han mermado los resultados de estas tres entidades en más de 14.000 millones.