lunes, 15 de diciembre de 2014

PERSPECTIVAS Y EVOLUCIÓN DEL DÓLAR

Tras una década en la que muchos afirmaban que había dejado de ser una moneda de referencia, el dólar ha vuelto a recuperar una posición primordial en la economía mundial.
La economía estadounidense se está recuperando de la gran crisis iniciada en 2008, y lo está haciendo con un vigor y fortaleza superior a la mostrada por las economías asiáticas y europeas. La recesión terminó oficialmente hace cinco años, se han recuperado nueve millones de empleos, y el PIB creció un 3,9% en el tercer  trimestre de este año, muy por encima de Europa y Japón.
También es cierto que muchos ciudadanos viven en peores condiciones que antes de la crisis y la desigualdad ha aumentado en la economía de Estados Unidos. 
Una vez finalizado el programa de compra masiva de títulos de deuda pública por la Reserva Federal, las expectativas para  el próximo 2015 de un incremento de los tipos de interés acentúa la tendencia de apreciación del dólar en los mercados.
En contraste, los bancos centrales de las economías estancadas han bajado sus tasas de interés oficiales, tratando de cebar el crecimiento, todo ello en un contexto de creciente incertidumbre. Prueba de ello es el Banco Central Europeo que sigue manteniendo los tipos en su mínimo histórico del 0,05%.
Esta situación implica la apreciación del euro y consiguiente depreciación del dólar: muchos analistas esperan 1,20 dólares por euro durante el próximo 2015, e incluso si la eurozona no mejora en 2016, los 1,15 dólares por unidad de euro.
Sin duda, aunque sea malo para las importaciones europeas –van a costar una mayor cantidad de euros-, es una muy buen noticia para las exportaciones de la eurozona y de España en particular.
Ahora bien, hay una circunstancia que no deja de darme “vueltas en la cabeza”, ya que va en contra de la teoría que estudiamos en las universidades:
¿Cómo es posible que una economía con el mayor déficit exterior, y el fortísimo endeudamiento que padece en estos momentos, vea apreciarse su moneda de forma tan singular? Según los manuales de macro se trata de circunstancias a favor de la depreciación de la moneda estadounidense.

Sin duda, la razón se encuentra en las expectativas respecto a su crecimiento y evolución de los tipos de interés, pero también por el enorme tamaño de su economía tanto interna como externamente. 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL DICIEMBRE 2014: demasiados nubarrones a la vista.

Aunque débiles, contabilizamos cinco trimestres consecutivos de crecimiento económico español. No obstante, el nivel de nuestro PIB es todavía muy inferior al anterior al de la crisis: en total durante esos cinco trimestres ha aumentado un 1,7%, lo que supone escasamente el 20%  de todo lo perdido desde el tercer trimestre de 2008.
En términos de empleo se han perdido un 19% de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, y sólo se han recuperado algo más del 7%.

GLOBAL:

Durante los años de crecimiento económico previos a la crisis actual, se fueron ampliando de manera considerable las desigualdades en la distribución de la renta. 
En contraste con la reducción de las diferencias de renta entre países pobres y ricos como consecuencia de la intensificación del comercio y de la movilidad internacional de capitales, se ampliaron las diferencias en renta internamente en las economías desarrolladas.
Una causa fue, sin duda, el mayor crecimiento en la remuneración del capital frente a la obtenida por el trabajo, pero también las diferencias en las retribuciones laborales debidas a la diferente cualificación y habilidades tecnológicas con la posible obsolescencia de algunos trabajadores en las economías. También la expansión financiera condujo a multimillonarias retribuciones de directivos de esas empresas.
Las políticas fiscales, con las reducciones de impuestos directos y la fuerte elevación de los indirectos contribuyeron a ampliar las tendencias descritas.
La crisis ha aumentado considerablemente esas diferencias. Al incremento  del paro y consiguiente reducción de las rentas del trabajo, y a la penalización directa de las personas directas e indirectamente dependientes de los servicios públicos, hay que añadir las políticas de austeridad fiscal, que no solamente han intensificado el estancamiento económico, sino que vienen golpeando a las rentas más bajas.
Entre sus efectos, con independencia de la desafección que provoca en amplias capas sociales, hay que señalar su repercusión negativa en la confianza de los agentes, sobre el consumo y la inversión y sobre la solvencia y calidad de los activos bancarios.
Se requiere que las economías vuelvan a crecer a ritmos normales y suficientes para reducir el elevado endeudamiento de las familias y el paro. Todo ello, en particular en la región del euro, con políticas de estímulo a la demanda y con aumentos de la inversión pública. Igualmente, es preciso una reorientación de las políticas fiscales hacia una mejor distribución de la renta a fin de garantizar la propia estabilidad del sistema económico.

EMERGENTES:

Según datos del propio gobierno, la economía de Brasil, la séptima mayor del mundo,  salió de la recesión técnica pero sigue estancada. Su  PIB creció un 0,1% en el tercer trimestre, después de dos períodos consecutivos en los que se contrajo su producción.
Las cifras difundidas por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas refuerzan las previsiones negativas de los analistas económicos, que proyectan una fuerte desaceleración y un crecimiento anual de sólo el 0,2% para 2014. De confirmarse tal pronóstico, la expansión de este año sería la menor desde 2009, cuando su economía sufrió una contracción de 0,3%.
Para el Ejecutivo de Brasil, esta cifra del PIB “muestra que la economía entró en proceso de retomar el crecimiento, aunque con un ritmo aún modesto. La economía brasileña presenta fundamentos macroeconómicos sólidos y tiene todas las condiciones para mostrar en el cuarto trimestre y en 2015 un crecimiento más intenso, y de ampliar las conquistas de la población brasileña, en especial de la población trabajadora”.
El consumo familiar, que en los últimos años fue el principal motor de la economía brasileña unido a la reducción del desempleo, sufrió una contracción del 0,3% respecto al segundo trimestre.
Levy, secretario del Tesoro durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva y nuevo ministro de Hacienda, ha anunciado su empeño en aplicar la mayor ortodoxia monetaria y fiscal, y ha dejado claro que sus esfuerzos se centrarán en sanear las cuentas del Estado.

JAPÓN:

Japón, la tercera economía del mundo, ha entrado en recesión de forma inesperada y añadido más dudas a una ya de por sí débil recuperación mundial. El PIB cayó un 0,5% en el tercer trimestre (lo que equivale a una tasa anualizada de caída del 1,9%), una bajada que se añade al descenso del 1,9% (7,3% anualizado) registrado entre abril y junio. Se trata de la cuarta recesión nipona (al menos dos trimestres de caída consecutivos) desde que comenzó la crisis en 2008.
En contraste con la zona del euro que ha logrado esquivar la recesión, al lograr un leve crecimiento en el tercer trimestre del año tras la caída del segundo, y la economía estadounidense que se ralentizó menos de lo previsto en el tercer trimestre (tasa anualizada del 3,5%, frente al 4,6% del segundo),  en Japón la subida del IVA del pasado mes de abril está pasando una factura más alta de los esperado (en tasa interanual, la economía japonesa desciende un 1,2%).
De esta forma, se han complicado los objetivos del primer ministro del país, Shinzo Abe, que desde que llegó al poder ha puesto en marcha medidas muy contundentes para que el país abandone casi 20 años de estancamiento económico y deflación.
Consecuencia de la subida del IVA, es que el consumo interno, que supone un 60% del PIB del país, creció solamente un 0,4% durante el tercer trimestre mientras, que la inversión de las empresas y del sector inmobiliario bajó un 0,2% y un 6,7% respectivamente.
Consecuencia de la debilidad económica, es que el Banco de Japón acordara a finales de octubre ampliar su programa de estímulos con más dinero en los mercados financieros y mayores compras de deuda pública. Con esta medida, el organismo regulador persigue conseguir una tasa de inflación próxima al 2% a mediados de 2015.

CHINA:

China también padece una paulatina desaceleración económica por lo que el Banco Popular de China (PBOC) ha recortado inesperadamente los tipos de interés de referencia con el objetivo de estimular la segunda economía mundial. Es la primera vez que lleva a cabo una medida similar desde julio de 2012.
En un escueto comunicado en su página web, el organismo regulador concreta la decisión de recortar en 40 puntos básicos el tipo de interés aplicado a los préstamos y en 25 puntos el de los depósitos. Tras la bajada, la tasa a un año se situará en el 5,6% y 2,75%, respectivamente.
La decisión del banco central chino ha llegado tras una racha de indicadores económicos a la baja durante los últimos meses. La producción industrial creció en octubre un 7,7% y las ventas al por menor, termómetro del consumo interno, aumentaron un 11,5%, cifras que rozan mínimos del año 2009. En cuanto a noviembre, el dato preliminar del Índice Gerente de Compras (PMI) de la industria manufacturera tocó su nivel más bajo en medio año. Son datos desalentadores para una economía que creció un 7,3% en el tercer trimestre del año y que, de seguir así, difícilmente cumplirá el objetivo establecido para 2014, situado en el 7,5%.

EUROZONA:

Por muy poco la región del euro ha evitado caer de nuevo en recesión económica durante el tercer trimestre. Lo peor es que parece ir directamente a una situación de largo estancamiento con tendencias deflacionistas, y con unos niveles de paro que se mantienen a unos niveles excepcionalmente elevados.
Según Eurostat,  después del leve aumento del 0,1% en el trimestre anterior, el PIB del conjunto de la eurozona creció el 0,2% en el tercer trimestre.
El crecimiento interanual del PIB en la economía del euro se limita al 0,8%. Lo que supone una muy débil recuperación tras la dura recesión sufrida durante la crisis, que después de casi siete años, se mantiene sin recuperar los niveles de 2008 y se aproxima peligrosamente a acumular una década perdida.
A todo ello, desafortunadamente, debemos unir el fuerte endeudamiento público y privado que seguirá lastrando a la economía europea durante mucho tiempo.
Ha habido reiterados llamamientos a Europa del Fondo Monetario Internacional, del G-20, y de Estados Unidos para que cambie su política económica. Como contestación, Alemania ha anunciado un plan de inversiones que supera por poco el 0,1% del PIB de ese país.
El giro en la política monetaria de Estados Unidos, la desaceleración en China, el desplome de los precios del petróleo y los conflictos geopolíticos son los graves riesgos externos que dificultan la reactivación en Europa. Pero los problemas más importantes son endógenos, ya que no hay inversión ni políticas monetarias o fiscales lo suficientemente expansivas para deshacer a la situación a “lo japonesa” en la que está entrando la Europa del euro.
Alemania creció el 0,1% en el tercer trimestre, Francia el 0,3% y España el 0,5%. El caso más preocupante es el de Italia. El Producto Interior Bruto italiano ha experimentado una contracción del 0,1% en el tercer trimestre, lo que implica la entrada de la economía transalpina en recesión técnica. Chipre, en medio de una crisis oceánica que ha provocado un rescate de la eurozona, sigue en recesión.
Para hacerse una idea de la situación de estancamiento reinante en la eurozona, basta contemplar los países que encabezan las cifras de crecimiento: Grecia, Eslovaquia y España, con alzas, no precisamente “para tirar cohetes” en torno al 0,5% de aumento del PIB interanual.
El contraste con otras áreas económicas es frustrante: Estados Unidos creció el 0,9% en el tercer trimestre, con un incremento anual del PIB del 2,6%, y la eurozona crece el 0,2% trimestral y el 0,9% anual.
Para algunos analistas, estamos siguiendo una clara ruta hacia un aumento de precios de 0%. Durante el mes de noviembre los precios cayeron una décima en el conjunto de la eurozona (hasta el 0,3%), prosiguiendo con su senda descendente en el largo plazo. Si comparamos con el mes de noviembre del año pasado,  la caída es aún más abultada: seis décimas menos, arrastrada por la caída en los precios de la energía (2,5% interanual).
Pese a que el desplome en la cotización del petróleo aparece como la principal causa de este nuevo descenso, no explica por sí solo la totalidad del retroceso. Por componentes, los precios de la energía ahondaron su caída respecto a octubre (un 0,5%, hasta el 2,5%) y, junto con los servicios (que cayeron una décima en términos intermensuales), lastraron el índice general de la eurozona. Los precios de alimentación, alcohol y tabaco se mantuvieron estables, mientras que los productos industriales repuntaron una décima en noviembre
Tenemos a diez de los dieciocho países de la eurozona con los precios en terreno negativo, mientras que el conjunto de las economías del euro reiteradamente se encuentra por debajo del 2%.  
Dentro de la política fiscal europea, amordazada por la ortodoxia germana, aunque bastante tímido, ha habido un primer paso con el plan Juncker que analizaremos más adelante. 
Por otro lado, lejos del tono triunfalista de algunos discursos políticos, las frías estadísticas de empleo han mostrado el mantenimiento de la gravedad del paro europeo. Las cifras definitivas publicadas respecto al pasado mes de octubre, revelan que la tasa de paro se mantuvo en el 11,5%, nivel en el que está estancada desde agosto, y el desempleo juvenil repuntó una décima, hasta el 23,5%.
Según la nueva comisaría de empleo, Marianne Thyssen, “es un enorme problema en la UE. El desempleo a largo plazo sigue creciendo hasta niveles inasumibles en muchos Estados miembros, y en algunos ya representa la mitad del paro total”.
De las economías de mayor peso, el paro creció en Italia (del 12,9% al 13,2%), permaneció estancado en Francia (10,5%) y cayó en España (del 24,1% al 24%) y en Alemania (del 5% al 4,9%).
Por lo que respecta al Plan Juncker, Bruselas ha confirmado que usará 16.000 millones del presupuesto europeo y 5.000 millones del Banco Europeo de Inversiones para cimentar el Fondo Juncker, un plan inversor que confía en conseguir dinero en los mercados y entre el sector privado hasta alcanzar 315.000 millones en infraestructuras energéticas y de transporte, en la agenda digital y a través de pymes.
La propia Comisión Europea cifra el impacto macroeconómico de ese plan entre el 2,5% y el 3,1% del PIB en los tres próximos años, con la creación de 3,3 millones de empleos hasta 2017, si realmente fuese tal como se ha presentado: un miembro del equipo de Juncker declaraba que “el plan tiene los máximos recursos posibles a la vista del consenso político y del legado que deja la crisis. Y puede funcionar si los mercados creen que contribuye a aclarar el horizonte, si los inversores ven claros los proyectos, y siempre que el BCE ponga también de su parte para sortear el riesgo de un estancamiento secular”.
El propio presidente de la Comisión Europea, Juncker, ha señalado que "Europa pasa de página tras años de lucha para la restauración de la credibilidad fiscal y de promoción de reformas. La Navidad ha llegado pronto. Hoy añadimos un tercer punto al círculo virtuoso: un plan de inversión ambicioso a la par que realista. Algunos dirán que no es suficiente, pero yo debo recordar que este es el mayor esfuerzo en la historia reciente de Europa para movilizar el presupuesto comunitario y desencadenar inversión adicional sin cambiar las reglas. Estamos generando esperanza a millones de europeos desilusionados".
La Comisión sacará 16.000 millones del presupuesto europeo, y el Banco Europeo de Inversiones contribuirá con 5.000 millones: esos 21.000 millones de dinero público servirán como palanca para catalizar los 315.000 millones de euros que se pretenden catalizar procedentes del sector privado.
Con eso debería reducirse al mínimo el actual déficit de inversión: unos 270.000 millones de euros por debajo de los niveles previos a la crisis.
Este dinero público se usará como garantía, para emitir deuda en los mercados y para atraer inversión privada: cubrirá las primeras pérdidas en caso de que los proyectos fracasen. “Eso permite tomar mayores riesgos en inversiones estratégicas”, según fuentes comunitarias, que apuntan que altos funcionarios de Bruselas ya se han reunido con los principales fondos europeos (AXA, Allianz, Deutsche Bank y compañía). El dinero realmente nuevo se reduce a 2.000 millones. Y para evitar que las eventuales pérdidas generen un agujero, las instituciones europeas activan una provisión (un colchón de capital para el caso de que haya números rojos) de 8.000 millones hasta 2020.
Según su declaran sus promotores, “el plan sigue una filosofía clara: quiere usar la liquidez disponible y el entorno de tipos bajos. Queremos estimular el apetito inversor de los promotores de este tipo de infraestructuras. Corriendo con las primeras pérdidas se reduce la desconfianza del sector privado, pero sería naíf creer que una respuesta sencilla va a resolver todos los problemas. Europa necesita mucho más: esto es una gota en el océano”.
El plan de inversiones tiene también efectos secundarios fiscales: los Estados miembros se pueden sumar a las garantías; “eso no computará como déficit”, asegura la Comisión.
Por otro lado, por primera vez desde 1969, Alemania tendrá en el próximo 2015 un presupuesto con déficit cero: gastará únicamente lo que ingresa, sin incurrir en nueva deuda. Quiere ser de esta forma un ejemplo para el resto de la eurozona, el estandarte de una teoría que sostiene que, a mayor ajuste del gasto, mayor confianza de inversores y consumidores y, como consecuencia, mayor crecimiento. “Cumplimos lo que prometemos”, exhibía con orgullo el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, al presentar las cuentas del próximo año.
Es evidente que no importa que la economía alemana se contrajera un 0,1% entre abril y junio pasados, y que apenas creciera un 0,1% entre julio y septiembre. La mayoría de los analistas ha revisado a la baja sus previsiones para la primera economía europea y alerta de las consecuencias que ello puede tener para el conjunto de la eurozona. Como toda respuesta, Schäuble ha decidido poner en marcha un plan de inversiones en Alemania de dimensiones más que modestas: 10.000 millones de euros hasta 2018, apenas el 0,3% del PIB repartido en tres ejercicios, “pero sin endeudarnos”, remata.
Lo cierto es que en Alemania hay una rara unanimidad en torno a la política económica. Hay pocas diferencias entre los grandes partidos, como demuestra la enorme coincidencia de la gran coalición de los socialdemócratas del SPD y los cristianodemócratas de la CDU, en el Gobierno.
Alemania defiende el plan de inversiones de Juncker para toda la Unión Europea, aunque apuntan desde la comisión de expertos que el país germano ha creado con Francia para debatir el citado Plan Juncker, que “con un poco de suerte, el plan de inversiones europeo logre avanzar en 2015 y tengamos algo concreto para 2016”.
Para muchos analistas, frente a tanta declaración de intenciones, la economía de la zona euro está a punto de caer por tercera vez en la recesión. Y los precios se asoman peligrosamente a zona de deflación. Es por ello que Mario Draghi ha señalado que “a principios del año próximo”, incluso sin el plácet del Bundesbank, el BCE prepara la compra masiva de bonos.
El presidente del BCE ha señalado que “el BCE no va a consentir que los índices de precios siguen su andadura inexorable hacia territorio negativo”.
Paso a paso, el BCE sigue acercándose al quantitative easing (QE), los programas de compras de activos públicos y privados que han activado Estados Unidos, el Reino Unido, y Japón.
Draghi es consciente que las medidas hasta ahora articuladas no han surtido efecto: “las políticas económicas no funcionan igual con los tipos de interés en el 0%”, por eso ha anunciado  que activará las compras de deuda en la reunión del 22 de enero o, como muy tarde, en marzo.
El BCE está pendiente de la decisión del Tribunal de la UE sobre el anterior programa de compra de bonos, que llegará a mediados de enero. A partir de 2015 se darán a conocer las actas de las reuniones, y Alemania podrá dejar constancia por escrito de sus desavenencias.
La continua aparición de malos datos económicos juega a favor de las nuevas medidas. Las previsiones del propio Eurobanco van de mal en peor. La eurozona crecerá solo el 0,8% este año, y un reducido 1,5% en 2015. La inflación será del 0,5% en el conjunto del año, y del 0,7% en 2015: y esos cálculos parten de un precio del petróleo de 85 dólares por barril, cuando la cotización está ya por debajo de esas cifras.
Con tipos de interés en el 0%, “la munición ya se ha acabado”. Según Draghi, “el consejo del BCE es unánime en su compromiso de usar nuevos instrumentos no convencionales. Eso implicaría alterar a principios del año próximo el tamaño, el ritmo y la composición del balance del Eurobanco”.
La medida anunciada por Draghi tendrá una potencia de medio billón de euros. El BCE tiene un balance de dos billones, y espera elevarlo hasta tres en un plazo de dos años con subastas de liquidez y compras de cédulas y títulos. De esta forma, se espera que el BCE eleve en 500.000 millones de euros el tamaño de su balance. Quedan otros 500.000 millones para el QE (quantitative easing).
Sin duda, todo ello viene como promovido por las estimaciones que respecto a la marcha de los precios se están realizando: el IPC lleva más de un año con incrementos inferiores al 1%.  

ESPAÑA:

En el último informe del Banco de España se señala que la recuperación económica sigue a buen ritmo durante el último tramo de este año. Sus estimaciones no dan una cifra concreta de crecimiento para este trimestre en curso, pero los indicadores analizados, “de acuerdo con la escasa información disponible” de la recta final de 2014, principalmente octubre, señalan la moderación de algunos indicadores y la aceleración de otros. El consumo privado arroja, por ejemplo, síntomas contradictorios: mientras la confianza de los consumidores desciende, la venta de automóviles se acelera. En cambio, la industria, la construcción, y el turismo siguen señalando alguna mejoría.
Funcas (Fundación de Cajas de Ahorro) ha puesto cifras a la ligera ralentización de la economía española, que crecerá un 0,4% del PIB en el cuarto trimestre (una décima menos que entre abril y junio de 2014). Señala la entidad que se trata de un “bache temporal”, ya que espera para el 2015, un mayor impulso económico, como consecuencia de la rebaja fiscal, la mejora de las condiciones financieras, y el abaratamiento del petróleo.
A pesar de ello, señala Funcas, la economía española no está exenta de riesgos que están centrados, básicamente, en la situación económica de la eurozona”, por lo que es imprescindible que la región del euro mejore su situación económica.
De la mismo forma señala como un factor preocupante, “el deterioro de la balanza comercial” por el importante repunte de las importaciones a consecuencia del aumento del consumo y de la inversión en bienes de equipo que, en última instancia, pone de manifiesto las insuficiencias del sector industrial español.
A nivel doméstico, el informe de Funcas desvela “una ligera desaceleración del consumo privado tras el notable aumento del 3% en términos anualizados registrado en el trimestre anterior”.
En relación al empleo, poco a poco, el mercado laboral va consolidando su leve mejoría. Noviembre ha sido un mes bueno. La afiliación a la Seguridad Social creció en 5.232 nuevos cotizantes. Es la primera vez que lo hace en este mes desde que comenzó la crisis y cierra así un año en el que se han afiliado más de 1.000 nuevos cotizantes en la Seguridad Social cada día: 402.209 en un año que elevan la cifra media total hasta los 16,7 millones. También tuvo una nota positiva en el paro registrado, que bajó en 14.688 desempleados y quedó en 4,5 millones, según los datos divulgados por el Ministerio de Empleo.
Sin embargo, los datos siguen mostrando rasgos pronunciados de precariedad. El peso de la temporalidad y del empleo por horas entre los asalariados crece. Del total de contratos registrados en la Seguridad Social, los temporales ya representan el 28,8% (1,3 décimas más que en el mismo mes del año anterior). Y los contratos a tiempo parcial, contando temporales e indefinidos, ya suman el 22,5%, tres décimas porcentuales más que hace 12 meses.
Así se explica que buena parte de esos nuevos 400.000 nuevos afiliados durante los últimos 12 meses no haya implicado necesariamente más trabajo, si no el reparto del que hay. Eso se observa en los últimos datos de contabilidad nacional divulgados, en los que por primera vez en toda la crisis creció el número total de horas trabajadas en el último año (0,8%).
El gasto en protección contra el desempleo está disminuyendo cada mes. En octubre, último con datos disponibles, ascendió a 1.914 millones de euros, 314 millones menos que en el mismo mes del año anterior. En total, en lo que va de año, el Ministerio de Empleo ha usado 20.734 millones, casi un 18% menos de lo gastado en los 10 primeros meses de 2013.
Esta caída del gasto llega de la mano de la tasa de cobertura oficial, que se sitúa en el 57,3%, porcentaje muy alejado de las cifras máximas que se lograron en 2010, cuando se llegó a superar el 80% en algunos meses. No obstante, no todos los beneficiarios de prestaciones y subsidios son desempleados o pueden ser considerados así según los parámetros oficiales de la encuesta de población activa (el mejor termómetro para conocer la evolución del mercado laboral).
De acuerdo con los números del Ministerio de Empleo, hay 2,4 millones de beneficiarios. Pero en este colectivo hay prejubilados y trabajadores a tiempo parcial que, al mismo tiempo, pueden compatibilizar su empleo con el cobro de la prestación en la proporción correspondiente hasta completar la jornada. Además, hay que tener en cuenta que la cifra de parados sobre la que se calcula la tasa de protección oficial es la de inscritos en las oficinas públicas.
Por otro lado, no ha sorprendido que la juventud española está entre las más pesimistas de Europa sobre su futuro laboral, piensa que vivirá peor que sus padres, y más de la mitad planea mudarse a otros países en busca de trabajo. Este es, a grandes rasgos, el diagnóstico que se extrae de la macroencuesta realizada por el Instituto para la Sociedad y las Comunicaciones de Vodafone en seis de los países más importantes de Europa (Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, República Checa y España) con más de 6.000 entrevistas a jóvenes de entre 18 y 30 años.
Los jóvenes españoles, junto con los italianos, son los que menos confianza tienen en su país a la hora de buscar un trabajo. Tres de cada cuatro considera que hay mejores oportunidades laborales en el extranjero (especialmente en Europa) y un 58% planea irse de España en busca de una ocupación. La cifra contrasta con la de Alemania, en el que solo el 21% de los jóvenes elegirían trasladarse al extranjero para trabajar.

MERCADOS:

En el mercado del petróleo, el barril de brent se ha desplomado casi un 30% desde junio debido al efecto combinado de una caída de la demanda en los países industrializados (clima benigno, estancamiento económico, freno en el crecimiento de China) y un exceso de oferta, propiciado por la escalada de la producción en Estados Unidos gracias al fracking u otras extracciones en aguas profundas. Pero el movimiento que ha sacudido a los mercados es la decisión de la OPEP, impulsada por Arabia Saudí y Kuwait, de aceptar una táctica de petróleo barato manteniendo la producción de crudo petrolifero.
Si el barril se mantiene por debajo de los 80 dólares, la inversión en fracking y otras producciones competidoras del petróleo convencional es menos rentable. Se produciría a medio plazo un reajuste del mercado por la vía de corregir el exceso de oferta. Por otra parte, es probable que saudíes y kuwaitíes calculen que la demanda se recuperará en 2015 y no tenga sentido cortar la producción.
El petróleo barato inflige una herida profunda en las rentas petroleras de países como Irán, Venezuela o Rusia, complicándoles su sostenibilidad financiera. Arabia Saudí y Kuwait pueden asfixiar a los productores no amigos, pero también existe un riesgo de que se fracture el cartel debido a estas tensiones.
El euro ha seguido perdiendo posiciones frente al dólar, de forma que la divisa europea ha llegado a depreciarse frente al dólar, a consecuencia de las buenas cifras que se esperan para la economía estadounidense en contraste con las de la eurozona.
La moneda única ha marcado mínimos que no se veían desde el año 2012.  En lo que va de año, se ha depreciado un 11,5% tras llegar a rozar la barrera de los 1,40 unidades del dólar durante el mes de mayo.
En otro orden, respecto a las Bolsas, el editor de Stansberry Research acaba de publicar un artículo en el que se fija en varias señales por las que, según él, “puede afirmarse que las bolsas no son un terreno de paz, ni mucho menos”.
En concreto, Jeff Clark apunta en su artículo que "sin tener en cuenta el periodo alcista del año en el que nos encontramos y que la mayor parte de los principales mercados del mundo cotizan cerca de máximos históricos, una señal roja de peligro está en marcha", alerta el experto.
Se refiere Clark al mercado de bonos basura, los que no tienen grado de inversión, que hace unas semanas cayó. "El mercado de renta variable y el de los bonos basura tienden a moverse en la misma dirección. Por eso ha señalado que los mercados se dirigían hacia una corrección".

EMPRESAS:

La puja por el solar más cotizado de la Castellana de Madrid se esperaba reñida, pero El Corte Inglés sorprendió al mercado presentando una oferta de 136,48 millones de euros, casi el doble que la oferta de 77 millones que quedó en segundo lugar en la subasta organizada por Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias.
El solar, de 13.000 metros cuadrados de superficie, se encuentra junto a los Nuevos Ministerios y colindante con el buque insignia de El Corte Inglés en la capital. Su edificabilidad permite levantar un inmueble de uso comercial de tres plantas y cuatro sótanos. Hasta ahora, el terreno estaba ocupado por 22.000 plazas de aparcamiento propiedad de Adif.
La compañía de los grandes almacenes asegura que esta operación le ayudará a consolidar uno de los mayores grandes almacenes del mundo, ya que unirá el nuevo edificio a los ya existentes en el entorno.

La compra de los terrenos de Nuevos Ministerios es la primera gran operación que cierra El Corte Inglés tras el nombramiento como presidente del grupo de Dimas Gimeno, sobrino de Isidoro Álvarez, tras el fallecimiento de su tío el pasado 14 de septiembre. 

lunes, 1 de diciembre de 2014

JAPÓN: 20 AÑOS DE ESTANCAMIENTO ECONÓMICO. ¿EUROZONA?...


El crecimiento en la región del euro no repunta del 1%, se mantiene el peligro de caídas en los precios y el desempleo es muy elevado. Se trata de una situación que para muchos, con sus propias peculiaridades, recuerda a la de Japón. Vendría muy bien que las autoridades germanas recordasen lo que ocurre cuando se retrasan los estímulos a la demanda.
La economía japonesa, acaba de entrar en recesión técnica por cuarta vez en los últimos seis años. Su producto interior bruto cayó un 1,9% durante el segundo trimestre y un 0,4% en el tercero, una bajada provocada en esta ocasión por la subida del IVA que entró en vigor el pasado abril. De forma que la tercera economía mundial observa como de nuevo la esperanza de abandonar décadas de estancamiento está en peligro.
A mitad de años ochenta la desregulación financiera y el exceso de crédito en Japón dispararon la inversión especulativa en terreno y acciones. Los inversores, animados por las bajas tasas de interés y la facilidad para conseguir créditos, pedían cada vez más préstamos para comprar activos inmobiliarios y financieros que después vendían fácilmente ante la subida exponencial de los precios.
De forma que, una de las mayores burbujas de la historia económica moderna, estalló tras la decisión del Banco de Japón de subir los tipos de interés para luchar contra la inflación. Al desplome de las bolsas y del sector inmobiliario le siguió una crisis bancaria, el cierre del grifo del crédito y una deflación endémica que perdura hasta nuestros días.
El periodo de estancamiento suma, nada menos, que 20 años: según el Banco Mundial, Japón ha crecido un 0,95% de media entre los años 1991 y 2013.
El primer ministro Abe ha pospuesto el nuevo incremento del IVA hasta abril de 2017, y ha convocado elecciones anticipadas para, según explicó, “buscar el apoyo” a las abenomics, su estrategia para reflotar la economía de Japón.
El alza del IVA contradice la receta del primer ministro, que consta de tres pilares: estímulo monetario, aumento del gasto fiscal y reformas estructurales.
El primero lleva más de un año y medio en funcionamiento con el objetivo inicial de lograr una inflación cercana al 2% en 2015, lo que se podría conseguir para 2016. La última inyección incrementó la base monetaria con 80 billones de yenes anuales adicionales (unos 550.000 millones de euros).
El segundo pilar, la política fiscal expansiva, se ha reflejado en el aumento récord del gasto público, que se ha incrementado significativamente durante los dos últimos años, especialmente en seguridad social, defensa, e infraestructuras principalmente relacionadas con la acogida de los Juegos Olímpicos de verano en 2020. Y sobre todo para hacer frente a los cada vez mayores intereses de la deuda pública.
Si menospreciar los anteriores, el mayor problema son las reformas estructurales. Muchas de ellas no han sido puestas en práctica y es difícil prever cuándo se aplicarán: incentivar el acceso a la vida laboral de la mujer con hijos; reaccionar frente a una población cada vez más envejecida, donde el 26% de los habitantes ya superan los 65 años, y liberalización del comercio en contra de los instintos proteccionistas de Japón.

lunes, 17 de noviembre de 2014

UNA VEZ MÁS, LA CUMBRE DEL G-20 NO HA SERVIDO PARA NADA

¡Qué pena!
Se ha clausurado la última cumbre del G-20, ya saben, la reunión de las autoridades de las economías más desarrolladas y de las emergentes. Una vez más, ha concluido con una serie de declaraciones grandilocuentes y anuncios no vinculantes, que en poco tiempo quedaran en el olvido.
El G20, frente al débil crecimiento de Japón que parece ya instalado en la eurozona, ha señalado que “la recuperación global es lenta, desigual y no genera los empleos necesarios. La economía se ve frenada por la falta de demanda, y los riesgos persisten en los mercados financieros y a través de las tensiones geopolíticas”.
Se han acordado “de palabra”, nada menos que hasta 800 medidas para estimular a la economía mundial y luchar contra el cambio climático.
Hagamos un breve repaso:
Frente a la importancia de las infraestructuras como motor del crecimiento, se ha aprobado crear un Centro Global de Infraestructuras, que pondrá en contacto a inversores y a promotores de grandes proyectos en todo el mundo, y que según lo declarado, “para el año 2030, permitirá disponer de los necesarios 70 billones de dólares a nivel global para financiar infraestructuras”.
Respecto al comercio internacional señala que se han de adoptar “estrategias de crecimiento que incluyan reformas para facilitar el comercio, disminuyendo los costes, mejorando las aduanas, reduciendo las cargas derivadas de la regulación y fortaleciendo los servicios al comercio”. Igualmente, en la declaración final reafirmaron su “compromiso firme y duradero de resistir al proteccionismo”.
En el ámbito laboral, se ha señalado que para el año 2025 se deberá haber reducido en un 25% la diferencia entre la presencia de mujeres y hombres en el mercado de trabajo de cada país. Según el G-20 esto “atraerá más de 100 millones de mujeres dentro del mundo laboral, lo que incrementará significativamente el crecimiento global y reducirá la desigualdad”.
Respecto a otro tema estrella y ya habitual en sus cumbres, la evasión fiscal, el compromiso ha consistido en acabar de implantar el plan de la OCDE para modernizar el sistema fiscal internacional en 2015, señalando que “asegurará que las grandes empresas pagan impuestos en el mismo lugar en el que obtienen beneficios”.
También se han incluido en sus planes la necesidad de abordar cuestiones como el terrorismo, el cambio climático o la epidemia del ébola en el oeste de África. “Estas menciones no contradicen el carácter económico y global del G20, porque todas tienen una dimensión económica”, explicó la directora del FMI, Christine Lagarde.
Concluye el G-20, que “análisis por parte del FMI y la OCDE indican que si estos compromisos se implementan en su totalidad, resultarán en un 2,1% adicional de crecimiento para 2018”.

Creo que sobran comentarios…

miércoles, 12 de noviembre de 2014

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL NOVIEMBRE 2014: Perspectivas económicas inciertas

A la vista de los pobres resultados de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada a finales de octubre en Bruselas, la Unión Europea sigue sin rumbo para combatir el estancamiento europeo. En la cumbre se pidió al BCE que ponga en marcha el programa de compra masiva de deuda pública (expansión cuantitativa) similar a los aplicados por Estados Unidos y Japón en los últimos años.
Mientras tanto, la economía europea se asoma al precipicio arrastrada por Francia e Italia, y los problemas de Alemania.

GLOBAL:

Uno de los mayores temores del FMI, es que tal vez no podamos celebrar un final de crisis en la forma tradicional, sino que la normalidad venga a ser, a partir de ahora, el de unas economías menos dinámicas. El nuevo fantasma de estancamiento de las economías avanzadas puede dar lugar a un periodo prolongado de elevado desempleo motivado por el bajo crecimiento económico.
Sobre todo por la caída del crecimiento potencial –el que se podría obtener si se utilizaran todos los recursos disponibles- tanto en las economías emergentes, como en las desarrolladas debido a la bajada que han sufrido en su productividad.
El Fondo ha alertado sobre todo a Japón y a la eurozona, señalando que “Europa no funciona, y lo que ha seguido en Japón han sido 15 años de deflación y crecimiento funesto”. La institución ha pasado a ser una fuerte defensora de la inversión pública como elemento dinamizador de la actividad económica. Vamos una defensa a ultranza del keynesianismo más ortodoxo.
En las economías emergentes el pronóstico es que el crecimiento potencial sea un 1,5% más bajo que en 2011. Y en las avanzadas, el llamado output potencial ha pasado de una media anual del 2,5% en el del periodo 1996 a 2003, a un 1,6% entre 2004 y 2011.
Por lo que se refiere a la productividad, hay que señalar que en la economía de Estados Unidos creció un 1,8% entre 1997 y 2013,  mientras que en la región del euro aumentó a una media anual del 1,1%, tomando como baremo la riqueza por hora trabajada.
Sin embargo, en la mayor economía del mundo tampoco están demasiado tranquilos con la evolución de su productividad. La que incluye todos los factores —es decir, que no depende de aumentar las horas trabajadas ni el capital físico—  que aumentó 0,3% en EE UU en 2013 (la peor ganancia desde 2009) según las estadísticas de Empleo. El crecimiento potencial que el Fondo estima para Estados Unidos es el 2%.
Probablemente, la productividad esté disminuyendo como consecuencia de que los avances tecnológicos no estén generando las mejoras de eficiencias que se consiguieron hace años.
De las dudas no se libra ni China, ya que señala el Fondo que “su crecimiento se desacelerará más que lo que creen los pesimistas”. En el mejor escenario, si las reformas del país se complementan, se restringe el crédito y por tanto se frenan las inversiones poco productivas, “el crecimiento será más saludable, aunque igualmente será uno o dos puntos porcentuales más bajo durante los próximos años”.
El FMI reclamado, sobre todo, inversiones en infraestructuras (en obras públicas) y más reformas. Inversiones públicas no sólo en trenes o carreteras. A este respecto FUNCAS ha señalado que en España también se necesitan estímulos fiscales para mejorar la formación de los parados o rebajar las cotizaciones. Es decir, todo aquello que tenga que ver con las políticas activas de empleo.

ESTADOS UNIDOS:

Los datos de crecimiento del PIB estadounidense, por encima del 3% anual, han superado las previsiones de muchos analistas. Datos que se han publicado al día siguiente de que la Reserva Federal pusiera fin a 37 meses continuados de compra masiva de activos financieros y créditos hipotecarios para generar liquidez en los mercados financieros.
La política, conocida como "quantitative easing" consistente en acometer  estímulos monetarios o facilitación cuantitativa, fue puesta en marcha por el Banco Central de Estados Unidos en 2008, poco después de reducir casi a cero la tasa de interés tras el colapso de Lehman Brothers.
Por esa vía, el Estado corrió en auxilio de bancos y empresas (Citibank, General Motors, los semiestatales bancos hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae, entre otros) cuya situación de quiebra amenazaba con hacer colapsar a la economía.
El Banco Central estadounidense inyectó nada menos que unos 4,5 billones de dólares en la economía a través de la absorción de diversos paquetes de deuda y dudosos activos financieros que hoy conserva en su balance, algo que genera desde críticas moderadas a furiosas por parte de los partidarios de la ortodoxia monetaria.
Lo que sí está claro, es que por esa vía, se evitó que Estados Unidos cayera en una nueva Gran Depresión, quizá más grave que la de 1929,  con todo el impacto que ello hubiera tenido sobre el conjunto de la economía mundial.
No obstante, hay analistas que critican la idoneidad de los resultados del tremendo esfuerzo monetario realizado, acompañado en los primeros años de una política fiscal más expansiva. La realidad, es que se impidió la catástrofe, pero no se ha conjurado totalmente el riesgo de deflación, y el crecimiento aún dista de ser robusto.
Según el Conference Board (prestigiosa institución que analiza la marcha de la economía) los datos del tercer trimestre "fueron desalentadores para el consumo de los hogares y la inversión empresarial creció sólo moderadamente".
Los estímulos monetarios eliminados por la Reserva Federal, fueron aplicados también por el Banco de Inglaterra, con resultados parecidos y, anteriormente, en la década de los noventa por Japón para combatir la deflación en la que cayó su economía después del pinchazo de la burbuja especulativa en 1990-1991.
Siete años después de iniciada la crisis estadounidense y mundial, dos recientes informes, uno del FMI de abril de este año y el otro del Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS, según sus siglas en inglés), han advertido de los límites de la recuperación y de los peligros futuros que afronta la economía internacional.
Para la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el crecimiento mundial sería del 3,9% en 2014 y en 2015, con EE.UU. avanzando a un ritmo del 2,7% este año mientras Europa bordea un crecimiento nulo y China se desacelera.
También se han desacelerado las economías latinoamericanas: el Banco Mundial prevé un crecimiento de la región de 1,2% para el año próximo, lo cual también influye sobre la economía mundial.
La duda que cabe plantearse es si se va a frenar la especulación financiera con la retirada de los estímulos de la Fed. Toda la reorganización del mundo financiero desde 2007 ha llevado a una fuerte concentración de bancos, compañías de seguros, sociedades de bolsa, hedge funds e inversores institucionales, que han visto aumentar sus negocios gracias a la enorme liquidez que ha supuesto la "quatitative easing".
El FMI, temeroso de que la nueva burbuja especulativa que podría fraguarse  en los mercados financieros, venía recomendando el final de los estímulos monetarios que ahora se ha llevado a cabo.
Pues bien, en la última semana de octubre, la Reserva Federal puso fin a los seis años de estímulos monetarios masivos. El comunicado del banco central estadounidense afirma que los tipos de interés seguirán en el 0% durante un periodo de tiempo "considerable", probablemente hasta mediados de 2015.
La Fed mantendrá un balance de activos de 4,5 billones de dólares, tras los activos comprados, siempre y cuando se confirmen los indicadores actuales y la inflación, controlada en el 1,7%, siga dando margen a ello.
Con el objetivo de tranquilizar a las Bolsas, el tono general del documento es positivo,. De esta forma, la presidenta de Fed, Janet Yellen,  ha creído que es el momento del desenganche monetario.
La Reserva Federal certifica una "expansión moderada" de su economía con un "sólido" ritmo de creación de empleo. En este sentido, y en contraste con anteriores comunicados, destaca la "gradual reducción de los obstáculos" para la contratación. Sin embargo, precisa que la presión inflacionista es a la baja y que el mercado inmobiliario muestra una "recuperación lenta", lo que justificaría un margen de tiempo antes de subir el precio del dinero.
Acertar en el momento y en el calibre de la subida de los tipos es uno de los puntos más peliagudos que debe afrontar la Fed. Y las presiones no ayudan. Los dueños de bonos, poderosos fondos, firmas financieras y magnates de todo tipo quieren unos tipos que mantengan amarrados la inflación, para así no ver depreciados sus títulos, y por supuesto, obtener unos mejores rendimientos a sus inversiones por la subida de los tipos de interés.

CHINA:

La segunda economía mundial y primera potencia comercial, creció a una tasa del 7,3% interanual entre julio y septiembre: se trata de una cifra que confirma la progresiva desaceleración del gigante asiático durante los últimos años.
Ese 7,3%, inalcanzable para casi todas las economías  del mundo y algo superior a lo que esperaban los analistas, es la menor tasa registrada desde el primer trimestre de 2009, cuando China sufrió la fuerte embestida de la crisis financiera internacional y su PIB aumentó sólo un 6,2%. Si entonces Pekín decidió responder con uno de los mayores planes de estímulo que se recuerdan, hoy las autoridades han sugerido que una medida de tal calibre estaría prácticamente descartada.
Según el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, Shen Laiyun, “el crecimiento está dentro del intervalo apropiado y los niveles de empleo son estables. A pesar del freno, la economía funciona bien y camina hacia la dirección y objetivo esperados”. Sin embargo, también advirtió de las “numerosas presiones a la baja” que afectan a la segunda economía mundial y acuñó en repetidas ocasiones el concepto de “nueva normalidad”, una idea que mencionó por primera vez el presidente Xi Jinping para referirse a la nueva fase de crecimiento de la economía china, significativamente menor a las tasas del 10% anual que se han logrado en las últimas décadas.
En esta nueva fase, Pekín quiere abandonar un modelo económico basado en el crecimiento a toda costa para alcanzar otro más sostenible, donde el consumo interno y el sector privado ganen protagonismo en detrimento de la inversión estatal.
Desde comienzos de 2014, las autoridades del gigante asiático han tratado de encontrar el equilibrio entre una tasa lo suficientemente alta para generar un nivel de empleo adecuado y, a su vez, seguir con el programa de reformas estructurales en su economía, que inevitablemente arrastran a la baja el crecimiento. El gigante asiático creció un 7,4% en los primeros tres meses del año y repuntó ligeramente entre abril y junio (un 7,5%) gracias a una serie de medidas de estímulo de índole fiscal y monetario dirigidas a las pequeñas empresas del país. Sin embargo, el frenazo del sector inmobiliario, que se ha agudizado en los últimos meses y que representa aproximadamente un 30% del PIB, ha vuelto a afectar negativamente al crecimiento.
Según datos oficiales, las ventas de viviendas han caído un 10,9% entre enero y agosto en comparación con el mismo periodo del año anterior y los precios siguen bajando en prácticamente todas las ciudades grandes y medianas del país. Para amortiguar la caída, los Gobiernos locales han relajado los controles a la compra de viviendas, y el Banco Popular de China (PBOC) ha inyectado liquidez a los principales bancos. Shen ha asegurado que los ajustes en el sector “no son radicales” y ha sugerido que los datos de septiembre podrían mostrar una leve mejoría.
En marzo, el primer ministro chino Li Keqiang fijó un objetivo de crecimiento del 7,5% para 2014. A menos de tres meses para acabar el año, la tasa acumulada se sitúa en el 7,4%. Li asegura que la prioridad son las reformas estructurales para conseguir un modelo sostenible a largo plazo y no parece dispuesto a un crecimiento impulsado por las inversiones públicas.

JAPÓN:

Al igual que en Europa, en  Japón tampoco acaba de cuajar la recuperación. La economía nipona ha tenido que reforzar su ya existente agresivo programa de estímulos económicos.
El Banco de Japón ha decidido inyectar aún más dinero a los mercados financieros y aumentar las compras de deuda pública para tratar de reactivar a su economía, que ha vuelto a flojear a consecuencia de la disminución de su demanda interna provocada por la subida del IVA del pasado mes de abril.
Al contrario que en Estados Unidos, el Banco de Japón ha optado por intensificar de esta forma sus estímulos monetarios. Esta decisión, empujó a las bolsas, de forma que el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró con ganancias del 4,83%, mientras que la cotización del yen japonés frente al dólar se desplomó hasta su nivel más bajo también en casi siete ejercicios. En general, todas las Bolsas mundiales reaccionaron al alza entusiasmados con las medidas de impulso del Banco de Japón.
En concreto, el órgano regulador japonés incrementará la base monetaria (efectivo en manos del público y las reservas de los bancos comerciales en el banco central) a un ritmo de 80 billones de yenes anuales (alrededor de unos 575.000 millones de euros), por encima de la cifra que inyectaba hasta ahora, que oscila entre los 60 y 70 billones de yenes.
Desde su llegada al poder en diciembre de 2012, el primer ministro Shinzo Abe anunció medidas contundentes bajo tres premisas: estímulo fiscal, expansión monetaria y reformas estructurales (una estrategia bautizada como Abenomics). El primer ministro cambió al gobernador del banco central y éste inició el segundo de los pilares para lograr que la inflación del país alcanzara el 2% a mediados de 2015. Pero en 2013 la cifra se situó en el 0,4% —el primer año que se alcanzó una tasa positiva desde 2008— y en lo que va de 2014 el indicador ha subido a un ritmo más lento del esperado.
La caída de la demanda interna, afectada por el aumento del IVA, pone en peligro tanto los objetivos de inflación como los de crecimiento. El PIB del país se contrajo entre abril y junio un 7,1% (en tasa anualizada) en relación con el mismo periodo del año anterior. El banco central de Japón también defendió la ampliación del programa por “la preocupación ante la caída de los precios del crudo”, que podría agudizar el problema.
De hecho, el organismo rebajó las perspectivas de crecimiento del país para este año fiscal, que se cierra en marzo de 2015, del 1% al 0,5%. Aun así, el banco central estima que con esta receta Japón “seguirá creciendo a un ritmo por encima de su potencial”.

EUROZONA:

La realidad es que el discurso triunfalista de salida de la recesión en la eurozona ha durado poco. Los datos de Eurostat (Oficina Estadística de la Unión Europea) del segundo trimestre de 2014 presentan un panorama desolador: la eurozona en su conjunto se estancó con una variación nula en el PIB, pero alguno de los países centrales, con Alemania a la cabeza están, otra vez, con tasas trimestrales negativas.
Con Italia en recesión (ya lleva dos trimestres en negativo), Francia estancada en el 0 %, y Alemania cayendo un 0,2 % en tasa trimestral, el escenario de la economía europea es muy preocupante: nos acerca cada vez más a la tercera recesión. Pero en esta ocasión, puede ser más grave, ya que se presenta  en un panorama de elevado endeudamiento tanto público como privado, una tasa de paro muy alta y, además, con riesgo de deflación, lo que puede ser catastrófico para la economía.
Para evitar los efectos devastadores de una recaída que nos condenaría a más de una década perdida, es absolutamente necesario, y cada vez más urgente, un cambio en la política económica que deje atrás la austeridad compulsiva y apueste por el crecimiento.
Los anuncios del presidente del BCE de cambios en la política monetaria, trasladando a la UE lo que ya hicieron antes en Estados Unidos y el Reino Unido, son positivos pero insuficientes. Es preciso complementar esa política con otras actuaciones de política fiscal. Fundamentalmente alargar los plazos de la consolidación fiscal en los países con déficit (más tiempo para corregir sus déficit), e implementar políticas expansivas de demanda en aquellos que están en una situación de equilibrio, como es el caso de Alemania.
Y aun así, no bastaría, ya que la economía del conjunto de la Unión Europea se enfrenta a un problema de fondo: la debilidad de la demanda interna. Para impulsarla se precisa de una política fiscal y monetaria expansiva. Con un plan de inversiones públicas eficientes, acompañado de un  incremento de los salarios que incremente el consumo de las familias.
La propia Comisión Europea, en las previsiones de otoño que ha presentado, plantea que la recuperación europea se retrasa, al menos, un año completo con respecto a las previsiones que había realizado el pasado mes de abril.
Según la Comisión, España la cuarta economía de UE, crecerá un 1,7 en 2015, cuatro décimas menos de lo que había calculado. El PIB de la Unión Europea avanzará el 1,5 el próximo año, y el de la zona euro el 1,1 según las mismas previsiones.
El mercado laboral europeo también muestra síntomas propios del enfriamiento económico. Se recupera algo, pero no a la velocidad que lo venía haciendo: los datos de afiliación a la Seguridad Social de octubre revelan 16,7 millones de cotizantes tras ganar 28.817 (casi la mitad que el mismo mes de 2013). El desempleo creció en 79.514 personas.
Desafortunadamente, las debilidades se aglomeran, ya que los precios se acercan con velocidad a la deflación, sobre todo en la eurozona (aumentaron sólo el 0,3% en septiembre). En un clima deflacionario y con la recuperación económica en punto muerto, Europa se asoma a una situación, como se ha comentado reiteradamente, de japonización (débil crecimiento y deflación desde los años 90), con unas consecuencias y duración desconocidas.
El peligro es realmente mayor que el que dan a entender las principales cifras macroeconómicas del Viejo Continente.

ESPAÑA:

La economía española avanzó, entre junio y septiembre un 0,5%, una décima menos que en el trimestre anterior. La demanda interna ha sido la palanca que lo ha propiciado, dado que el sector exterior sigue debilitado como  consecuencia de la caída de las exportaciones, que ha restado un punto al crecimiento.
Continua, por tanto, la tendencia ya contrastada a comienzos de este año, cuando las exportaciones dejaron de ser el motor que tirase de la economía española. La razón es, la anteriormente apuntada, el empeoramiento económico de la zona euro.
El mercado laboral también muestra los síntomas propios del enfriamiento económico. Sigue recuperándose, pero no a la velocidad que lo venía haciendo. Y esto se puede ver en los datos de afiliación a la Seguridad Social de octubre. Se situó en una media 16,7 millones de cotizantes tras ganar 28.817. Una cifra, esta última, que con ser positiva, es casi la mitad de la lograda el mismo mes del año pasado. Lo mismo evidencia el mismo dato al eliminarle los efectos de la estacionalidad. Los 5.208 afiliados más serían el menor incremento del año, exceptuando la caída de agosto, según el Ministerio de Empleo.
También las cifras del paro registrado muestran cierta disminución en su caída, no tanto por el incremento del desempleo, que ha crecido en 79.514 (8.000 menos que el año anterior en el mismo mes) y ha dejado el número total en alrededor de 4,5 millones (según la EPA 5,5 millones), sino por la evolución de la contratación. La cifra de compromisos suscritos durante el mes octubre siguen al alza respecto al año anterior, pero, de nuevo, su incremento anual vuelve a ser el más bajo respecto al año 2013.
Otro aspecto destacable es la consolidación del empleo a tiempo parcial. Observando las cifras de afiliación a la Seguridad Social se aprecia que un 22,3% de asalariados trabajan por horas, cuatro décimas más que el año pasado. Por el contrario, la recuperación sigue sin llegar a los empleos indefinidos a jornada completa regularizados (el núcleo central del mercado laboral). El mes pasado el instituto público registraba unos 6,114 millones de cotizantes que tenían la suerte de contar con el contrato de mayor calidad en el empleo (un 0,4% menos que en 2013).
También en el análisis de las prestaciones se observa que se mantiene la tendencia, ya desde hace más de un año, muestra una reducción de la protección frente al desempleo. En septiembre, último mes con datos disponibles, la tasa de cobertura ha caído al 57% (el porcentaje más bajo desde, al menos, 2004, primer año que aparece en la serie estadística del Ministerio de Empleo). No hay que ir tan atrás para encontrar una cifra más baja de beneficiarios de prestaciones o subsidios: los 2.391.143 parados que perciben ayuda de algún tipo es el menor número desde diciembre de 2009.
Estas cifras explican una parte del hundimiento del gasto en protección frente al desempleo. En los nueve primeros meses del año, los Servicios Públicos de Empleo Estatales han pagado 18.819 millones en prestaciones y subsidios (4.000 menos que lo empleado en el mismo periodo del año anterior). La otra parte de la explicación llega por el mayor peso de los subsidios asistenciales: la paga menos cuantiosa de las que puede recibir un parado, en el conjunto de ayudas públicas del seguro de desempleo.
Este año, por primera vez durante la crisis, el gasto de esta partida presupuestaria cae de forma significativa (un 18% hasta septiembre).
Por lo que respecta a la marcha de los precios,  la deflación ha llegado a los supermercados. Según representantes cualificados del sector,  "para muchas frutas y verduras nunca hemos conocido precios tan bajos como los de este verano en toda nuestra historia".
Según las estadísticas del IPC que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de los alimentos llevan cinco meses a la baja. De media se han reducido entre el 0,5% y el 2,2%. Pero en algunas categorías la rebaja ha sido más profunda: los aceites eran en septiembre el 12,6% más baratos que un año antes; las patatas, el 20%; la carne de ave el 2,7% menos; y la de cerdo es un 2,2% más barata que en 2013.
Se ha desencadenado una guerra de precios que puede suponer algo de alivio a los hogares a corto plazo, que ven reducido su recibo de la compra en unos céntimos. Sin embargo, en un sector con márgenes de beneficio tan ajustados como el de los alimentos frescos, a medio plazo la pérdida de negocio puede poner en riesgo inversiones, empleos e incluso la supervivencia de las cadenas y productores más débiles, según advierten algunos analistas.
La deflación es resultado de esa agresiva guerra de precios,  que es la única variable que han movido, en lugar de luchar en el terreno de la calidad, productividad o innovación.
Muchos analistas afirman que se ha entrado en una espiral de la que el sector es incapaz de salir: “las cadenas se han obsesionado con aumentar la cuota de mercado a costa de ofertas y productos más baratos. Esto deja a muchas empresas sin margen de maniobra para seguir".
A corto plazo, con una tasa de paro cercana al 24% y la renta de las familias muy debilitada, los precios bajos, realmente, suenan a música celestial. Pero a medio y largo plazo se traduce en graves problemas para la distribución y podría ocasionar problemas para la supervivencia para algunas cadenas de distribución.
En otro orden, los resultados favorables obtenidos por los 15 bancos españoles, representativos del 90% de los activos de todo el sistema, constituyen una excelente noticia. Hay que recordar, no obstante, que es muy reciente la recapitalización de la banca y que era poco probable que un examen, por exhaustivo que fuera, se detectara problema alguno.
Una vez conocido el resultado del examen, lo importante ahora es que los bancos apuntalen su negocio a través del crecimiento del saldo del crédito, de forma que las concesiones nuevas superen las amortizaciones. No hay problema de liquidez; los bancos ya no podrán esgrimir riesgo regulatorio (nuevas exigencias de capital) como excusa para no dar préstamos.

MERCADOS:

Las bolsas europeas han bajado en bloque, con España e Italia de nuevo como más damnificadas, como consecuencia de la rebaja de previsiones económicas para Europa y las noticias difundidas respecto a la estrategia del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. Y es que los banqueros de la eurozona critican especialmente la decisión de Draghi de fijar un objetivo para aumentar el balance del BCE inmediatamente después de acordar en una reunión de política económica del Consejo de Gobierno no hacer pública ninguna cifra.
Los halcones del BCE, con el alemán Bundesbank a la cabeza, son todavía más reacios a la expansión monetaria en un momento en el que la reactivación europea se ha frenado en seco y los inversores demandan medidas más contundentes, como la compra masiva de activos públicos (el llamado Quantitative Easing en la jerga financiera anglosajona).
A medida que las decisiones destinadas a suavizar la política monetaria han creado más polémica, algunas fuentes internas del BCE afirman que Draghi ha actuado cada vez más por su propia cuenta o con sólo un puñado de asesores, dejando de lado incluso a figuras clave del departamento. “Mario es más reservado que su predecesor, Jean-Claude Trichet, y menos dado a la toma de decisiones conjunta. Estas voces críticas (algunas provienen de miembros veteranos del BCE) afirman que “los gobernadores nacionales a veces sienten que están en la oscuridad e ignorados”.

EMPRESAS:

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha decidido sancionar con 25,78 millones de euros a Telefónica Móviles por determinados compromisos de permanencia incluidos en sus contratos para pymes, concretamente en los “Contratos Premium especial PYME”.
Estos compromisos de permanencia, vigentes desde 2006, estaban vinculados a descuentos sobre las tarifas y tenían una duración inicial de 12, 18 o 24 meses. La permanencia se prorrogaba automáticamente y las penalizaciones eran crecientes; es decir, se pagaba una penalización mayor cuanto más cerca estaba de finalizar el período de permanencia. Asimismo, para dejar sin efecto la permanencia era necesario un preaviso de un mes. La CNMC ha resuelto que esta práctica continuada en el tiempo supone una infracción de la Ley de Defensa de la Competencia y del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Los compromisos de permanencia sancionados tienen "efectos restrictivos a la competencia" puesto que limitan "desproporcionadamente" la capacidad de los clientes de Telefónica para cambiar de operador y, por otra parte, incrementa "sustancialmente los costes en los que tienen que incurrir los competidores para ganar clientes a costa de Telefónica Móviles", según se indica en la resolución. El resto de operadores "deja de estar en igualdad de condiciones para competir por estos clientes", por lo que “se estaría excluyendo a otros operadores como los Operadores Móviles Virtuales (OMVs) del segmento empresarial en el mercado minorista de servicios móviles”, según el organismo.

Las condiciones de permanencia sancionadas afectaban a clientes de Telefónica Móviles que, en su conjunto, representaron más del 70% de los ingresos de la entidad en el año 2012 en el segmento de pymes. En este sector, Telefónica Móviles mantiene una cuota de mercado mayor y más estable respecto al sector residencial que el resto de sus competidores.