lunes, 20 de enero de 2014

DESIGUALDAD Y POBREZA EN AUMENTO: la economía es un juego de suma cero.

Oxfam Intermón es una organización no gubernamental de cooperación para el desarrollo que centra sus actividades en ofrecer una respuesta integral al reto de la pobreza y la injusticia, para que todos los seres humanos puedan ejercer plenamente sus derechos.

Pues bien, ha elaborado un informe dónde advierte de la profunda ampliación de las desigualdades que está ocasionando la crisis económica. La masiva concentración de la riqueza en unos pocos es una grave amenaza para los sistemas políticos y económicos.

Entre otros aspectos, señala que la mitad de la riqueza mundial está en manos de apenas el 1% de la población mundial.

El informe, que será presentado en el Foro Económico Mundial de Davos, denuncia que “las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico de forma que se está socavando a la democracia”, y llega a decir que “los inversores se han aprovechado de los rescates realizados con dinero público”.


Oxfam Intermón en base a una encuesta realizada en España, Brasil, India, Suráfrica, Reino Unido y Estados Unidos, afirma que “la tibieza en la presión fiscal a los ricos, los recortes sociales o el rescate de la banca con fondos públicos, son ejemplos de un fenómeno, que es tan visible, que da lugar a que la propia  sociedad sea consciente del aumento de poder que supone para los más pudientes e influyentes: la mayor parte de la población cree que la legislación está diseñada para favorecer a los ricos. En España, el 80% de la población cree que las leyes están hechas con ese objetivo”.

Afirma que la orientación y ejecución de las políticas de los últimos años, la desregulación y opacidad financiera, los paraísos fiscales, la reducción de impuestos a las rentas más altas, o los recortes de gasto en servicios e inversiones públicas, favorecen a los ricos en detrimento de la gran mayoría de la población. Denuncia, igualmente, que  “las tremendas presiones de los mercados financieros han impulsado drásticas medidas de austeridad que han perjudicado sensiblemente a las clases baja y media”.

Quizá algunos consideren exagerada la denuncia o utópica la necesidad de medidas que corrijan tan peligrosos y lamentables hechos. ¡Que enorme error!

Su exigencia se deriva no sólo por justicia social, sino también por la propia estabilidad y viabilidad del sistema económico y político a medio y largo plazo.

lunes, 13 de enero de 2014

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A ENERO 2014: se mantiene la mejoría y la esperanza.


El aspecto más destacable de finales del pésimo año 2013, ha sido que se haya acabado la mayor recesión económica –caídas del PIB- vivida en la economía española. Ahora bien, el modesto avance del 0,1% no implica que el balance del año que hemos cerrado no haya sido negativo (la disminución del valor de la producción de bienes y servicios ha sido mayor del 1%).
Para 2014, las previsiones disponibles señalan que no hay que esperar un crecimiento mayor al 1% (el FMI, la Comisión Europea y la OCDE consideran que no será superior al 0,5%).
Por tanto, desafortunadamente, no será posible en 2014 disminuir significativamente el mayor desequilibrio de la economía española: el elevado desempleo que padecemos.
GLOBAL:
Durante el nuevo año, no será posible el favorable tirón que sobre la economía mundial han propiciado los países emergentes. No obstante, ese papel se veré en parte sustituido por la economía de Estados Unidos, que podrá recoger los resultados de las políticas fuertemente expansivas, principalmente monetarias que ha llevado a cabo.
Mucho más tenue va a ser la aportación de las economías de Japón y Europa. Si bien la economía nipona, en base a las políticas del Gobierno de Abe (estímulos fiscales, fuerte expansión monetaria y reformas estructurales) ha superado el estancamiento con deflación que ha padecido durante tantos años (el peligro que, para bastantes analistas, amenaza a la eurozona como resultado de una política exclusivamente centrada en los recortes fiscales).
Para muchos la salida de la recesión de la Eurozona es excesivamente vulnerable y débil: la economía italiana continúa en recesión, también la francesa ha visto decrecer a su PIB, y la germana ha reducido su crecimiento.
Las expectativas de un crecimiento económico español inferior al 1% en el presente año, como anticipan muchas previsiones, es insuficiente para mejorar la maltrecha solvencia financiera de empresas y economías domésticas. Mejoría imprescindible para abandonar el estancamiento económico.
No contribuye a esa anhelada mejora, la débil demanda interna resultante de la disminución de los ingresos corrientes o renta disponible de las familias españolas en un entorno de desconfianza económica.
Por esos motivos, de nuevo una clave puede estar en la demanda externa –exportaciones- muy dificultada por el superávit exterior alemán, y por un tipo de cambio del euro en el mercado de divisas que, por su apreciación, disminuye la competitividad externa de nuestros bienes y servicios en el panorama internacional.
Frente a esos retos, la realidad es que las autoridades españolas no disponen de mucha capacidad de maniobra para afianzar a la demanda. Salvo luchar para que las instituciones europeas y las economías en mejor situación, sobre todo la alemana, apliquen medidas expansivas.
ESTADOS UNIDOS:
Después de inundar de liquidez a la economía estadounidense, ya durante cinco años, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha decidido reducir paulatinamente esos estímulos, disminuyendo la intensidad con la que venía comprando Deuda Pública en los mercados: va a bajar a 75.000 millones de dólares (54.435 millones de euros) las compras. Se trata de un recorte simbólico y modesto, que realmente poco se va a sentir en la economía real.
La Fed sigue manteniendo las tasas de interés en el 0% en sus créditos a los bancos, y ha señalado que va a mantener el programa de compra de Bonos durante todo el año 2014.
El Congreso estadounidense ha logrado un acuerdo presupuestario para los próximos dos años, lo que evita el caos sufrido en el pasado octubre, cuando las actividades del Gobierno federal cesaron de forma parcial durante 16 días.
Lógicamente, todo está vinculado a la evolución de la realidad económica, de forma que si se mantiene la mejoría económica se podrán retirar más estímulos. En caso contrario, se elevaran de nuevo las inyecciones monetarias.
Dado que, pese a la creación de alrededor de 190.000 empleos mensuales, el mercado laboral sigue débil, la Reserva Federal no subirá los tipos de interés mientras que la tasa de paro no baje del 6,5%. ¡Que contraste con la tasa de paro española de casi el 26%!
Por otro lado, no se espera un repunte de los precios, ya las estimaciones para este 2014, muestran un aumento de alrededor del 1,5% para todo el año.
Para Janet Yellen, la nueva presidenta del Banco Central de Estados Unidos a partir del 31 de enero, las máximas prioridades serán promover un mayor empleo, la estabilidad de precios y un sistema financiero seguro y estable. Añadiendo la propia Yellen la de “servir a todos los ciudadanos, de forma que cualquier persona tenga la posibilidad de trabajar duro y prosperar”.
Estas palabras son reveladoras de sus intenciones: lo que más le preocupa son los estragos por los que siguen pasando millones de familias estadounidenses: “hay gente que no es capaz de encontrar un trabajo y se encuentra muy preocupada por el miedo a no poder pagar las facturas a final de mes”.
Yellen tiene una línea de pensamiento que coincide con la de otros economistas progresistas de la escuela de Yale, distanciándose de la que profesó Alan Greenspan, partidario de dejar a los mercados hacer lo que quieran. Ben Bernanke, otro conservador, no tuvo otra opción que utilizar todo su conocimiento sobre la Gran Depresión para evitar una hecatombe similar.
Para la gran mayoría, Yellen no es una ideóloga, sino una observadora. Su opinión se basa objetivamente en hechos, y gracias a su apertura al diálogo busca siempre soluciones en su entorno. No obstante, se afirma que se formó en la escuela de economistas que defiende la intervención del Gobierno frente a los grandes problemas que afectan al país, como es el paro de larga duración.
Se trata del intervencionismo que igualmente defiende el nobel Joseph Stiglitz, su antiguo profesor en Yale (uno de sus más cercanos amigos). No analiza los datos de empleo y de paro como fríos números en tablas estadísticas, sino que trata de entender el coste humano que hay detrás de esas cifras. Por eso, en su forma de pensar, la acción de la Fed es necesaria, porque el mercado laboral no es perfecto, como tampoco el mercado financiero.
Yellen defiende una filosofía económica radicalmente opuesta a la de la escuela de Chicago. Es conocida su pregunta planteada en el año 1999: “¿pueden las economías capitalistas operar a pleno empleo en ausencia de una intervención rutinaria?”. Su respuesta fue “un no rotundo”, a lo que añadió que “cualquier desviación de ese objetivo crea un problema social”. Es su manera de decir que existen recetas de política económica para responder a los grandes retos económicos existentes. En lugar de dejarlos al arbitrio del libre funcionamiento de los mercados.
Yellen sucedió a Stiglitz al frente del consejo de asesores económicos de la Casa Blanca. Aunque el gran mentor de la presidenta de la Fed fue el economista James Tobin, uno de los principales seguidores de John Maynard Keynes. El también galardonado con el Nobel le convenció para estudiar en Yale, donde conoció a Ted Truman, y fue el que le despertó el interés por estudiar el impacto social del desempleo.
Aunque quizás su gran referente sea su marido, George Akerlof, que compartió el Nobel con Michael Spence y Joseph Stiglitz.
Juntos forman una de las parejas de economistas más influyentes. Elaboraron un estudio en el que explicaban cómo los empleados mal remunerados eran menos productivos. Analizaron cómo el paro de larga duración supone una importante pérdida de recursos para la economía.
Por todo ello, no se espera que la nueva presidenta de la Fed vaya a permanecer inactiva, esperando a que problemas como la desigualdad se resuelvan solos. No obstante, Yellen es consciente de que los estímulos económicos no pueden ser infinitos, y que prolongarlos puede conllevar riesgos.
JAPÓN:
Una buena noticia es que según reflejan los datos del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones nipón, la tasa de inflación interanual de Japón, eliminando el impacto de la evolución de los precios de los alimentos, experimentó el pasado mes de noviembre un repunte del 1,2%, lo que representa su nivel más elevado desde noviembre de 2008.
Por tanto, el incremento de los precios registrado en la tercera mayor economía mundial supera el ecuador del objetivo marcado por el Ejecutivo encabezado por Shinzo Abe, que busca alcanzar una tasa de inflación del 2%. Todo ello para superar los muchos años de débil deflación que ha venido padeciendo esta economía.
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye el impacto de la volatilidad de los precios de los alimentos y de la energía, experimentó un repunte interanual del 0,6% en noviembre, el mayor incremento registrado desde agosto desde 1998.
EUROZONA:
Respecto a la necesaria Unión Bancaría, el mecanismo para liquidar bancos se ha adaptado, “punto por punto”, a los deseos de la mujer que acaba de recibir la legitimidad para gobernar durante cuatro años más a la superpoderosa Alemania, Ángela Merkel.
Las posibles crisis bancarias futuras no se resolverán con un mecanismo ágil encabezado por la Comisión Europea en la que un gran fondo europeo tape los agujeros y aleje el fantasma del contagio. Esto es lo que querían la propia Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el Parlamento, Francia, Italia, …y casi todos.
Pues bien, las intensas semanas de discusiones entre los ministros económicos de la Unión Europea, se han saldado con una nueva victoria del Gobierno alemán, que se negaba rotundamente a dejar tanto poder en otras manos.
La estrategia germana ha consistido en “descafeinar” el proyecto inicial hasta el punto de que algunos analistas afirmaban que lo finalmente logrado no se puede llamar unión bancaria.
Pese a las críticas que había vertido en los últimos días, el presidente del BCE, Mario Draghi, también alabó el acuerdo alcanzado horas antes. “El BCE acoge con gran satisfacción el acuerdo. Es un paso importante para completar nuestra unión bancaria”, dijo.
Para que lo acordado por los ministros entre en vigor, aún hace falta el visto bueno del Parlamento Europeo, previsto para antes de las elecciones del próximo mes de mayo. Y, a tenor de las palabras de su presidente, esta tarea parece difícil. “Vamos en la mala dirección si en lugar de optar por un órgano de decisión independiente y rápido, dejamos que los Estados retengan su poder de decisión”, dijo el socialdemócrata Martin Schulz, que además de máxima autoridad de la Eurocámara está en campaña para convertirse en el próximo presidente de la Comisión.
Por otro lado, con poco entusiasmo de sus ciudadanos, Letonia, la pequeña república báltica donde viven 2,1 millones de personas, se convirtió el día 1 de enero, en el “socio número 18” de la eurozona. El país, que anunció su intención de ingresar en la eurozona cuando pasó a ser miembro de la Unión Europea en 2004, se convierte así el segundo país exsoviético que adopta la moneda única. El primero fue su vecina Estonia, que lo hizo el pasado 2011.
Según las últimas encuestas sobre la opinión de los letones, solo un 39% de la población está a favor del euro y la desaparición del “lat”, su moneda local. Por el contrario, un 57% rechaza la divisa al temer que venga acompañada de subidas de precios.
Letonia sufrió una profunda crisis entre 2008 y 2010 que supuso la destrucción de un 24% del PIB. A partir de aquel año y con la vista puesta en alcanzar las condiciones para la integración en el euro, el Gobierno de centro derecha encabezado por Valdis Dombrovskis —dimitido tras el trágico derrumbe de un supermercado— ha llevado a cabo una devaluación interna que, a cambio de los severos recortes, ha permitido el regreso de Letonia a tasas positivas de crecimiento.
ESPAÑA:
El número de desempleados registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo (aquellos que acuden a registrarse como desempleados demandantes de empleo) se redujo en 107.570 en el mejor mes de diciembre de la serie histórica, lo que sitúa la cifra total de parados registrados en 4.701.338 al cierre de 2013.
Este registro, es sabido, que no tradicionalmente no coincide con los parados según la encuesta de población activa (EPA) a la que se le concede una mayor fiabilidad.
En los últimos 12 meses, el número de desempleados inscritos en las oficinas del antiguo INEM ha disminuido en 147.385 personas, un 3% menos que en diciembre de 2012 (4.848.723 personas), primer descenso anual desde el pasado año 2006 y el mayor desde 1999.
Sin embargo, la Seguridad Social no sólo no ha acumulado más afiliados, sino que de nuevo ha perdido cotizantes.
La secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, ha recordado que "en los últimos cinco años el paro registrado había aumentado por término medio en 544.000 personas con respecto al año anterior " y que para encontrar una cifra mejor, es necesario remontarse al año 1999, "cuando la economía crecía a un ritmo superior al 4%".
La realidad, es que bastantes analistas opinan que esta disminución en el paro registrado se debe a la importante disminución de la Población Activa debida, por un lado al llamado “efecto desánimo” de los parados (empeoran tanto sus expectativas de encontrarlo que abandonan su proceso de búsqueda), y en la importante salida tanto de jóvenes al resto del mundo para conseguir un empleo, como al retorno de los inmigrantes. Estas circunstancias explican la diferencia de datos entre el paro registrado y la afiliación de la Seguridad Social.
Hay que recordar además, que no todas las personas inscritas en las oficinas públicas se contabilizan dentro del dato de paro registrado. Así, se excluyen algunos colectivos, como por ejemplo, parados que buscan empleo con disponibilidad limitada (solo teletrabajo, trabajo en el extranjero, etc.), los que cobran prestación por participar, coyunturalmente, en trabajos de colaboración social, los asistentes a cursos de formación de más de 20 horas semanales, los que cobren el subsidio agrario (PER), los menores de 25 años que cursen estudios reglados, o las personas mayores de esa edad que buscan su primer empleo y están estudiando…
Sin esas exclusiones, el total de demandantes de empleo registrado en el servicio público de empleo era de 5.231.452 personas en diciembre.
Esta metodología explica en parte las diferencias entre este dato de paro registrado y el que muestra la Encuesta de Población Activa, la EPA, anteriormente citada, de la que a finales de este mes de enero, conoceremos la correspondiente al cuarto trimestre del año pasado.
Sin duda, lo más grave es que en 2013, se registraron un 20% menos de contratos indefinidos: del total de 14.792.614 contratos, (un 3,87% más que en 2012) solo el 7,67%, es decir, 1.134.949 contratos, fueron de carácter indefinido. Esa cifra es un 20,8% más baja que la de 2012, cuando se firmaron casi 300.000 contratos indefinidos más.
El resto de contratos, 13.657.665, fueron temporales, con un crecimiento del 6,6% (casi 850.000 contratos más) en relación al ejercicio anterior.
En comparación con noviembre, el paro bajó durante diciembre en cuatro sectores: servicios (87.253 desempleados menos), colectivo sin empleo anterior (16.432 parados menos), Agricultura (8.890 desempleados) e Industria, donde hubo 1.304 parados menos. Por el contrario, el desempleo subió en la Construcción, con un incremento de 6.309 parados (un 1% más).
Entre los extranjeros, el paro bajó en 2013 un 9,2%, con 56.322 desempleados menos. En total, los inmigrantes en paro sumaban al finalizar el año 555.728 desempleados, con un descenso de 12.066 parados (el 2,1%) respecto al dato de noviembre. Parte de estos datos se explican por el regreso de los inmigrantes a sus países de origen ante la situación económica.
Por otro lado, el paro aumentó en Cantabria, con 607 parados más, un 1,08%, y Aragón, que registró 311 desempleados más, el 0,28%, y también creció en Ceuta un 3,62% (443 personas).
En el resto de regiones, y en Melilla, el paro descendió respecto a 2012, sobre todo en Baleares (un 4,82%, 4.620 personas menos), y Andalucía, que registró una caída del 4,63% (50.182 desempleados). 
Ahora bien, la realidad es que si las previsiones de crecimiento para 2014 se cumplen, en España no se creará mucho empleo. Gran cantidad de analistas opinan que, además, tendrá lugar en aquellos sectores más abiertos internacionalmente. Es decir, en aquellas empresas que están compensando la debilidad de la demanda nacional con mayores ventas al exterior.
La gran mayoría de las empresas procurarán mantener las ganancias de productividad de los últimos años, al menos hasta que perciban que el repunte en su demanda y pedidos cobre la fuerza suficiente. Esa búsqueda de la eficiencia ampara la demanda de mayores cualificaciones de los candidatos, sin que pueda esperarse compensaciones salariales acordes con las vigentes en los años anteriores a la crisis. Esos empleos seguirán caracterizados por una mayor flexibilidad contractual al amparo de la última reforma laboral. Eso significa mayor número de contratos a tiempo parcial y, desde luego, mayor temporalidad: mayor precariedad, en definitiva. La destrucción de puestos de trabajo puede atenuar su crecimiento a costa de un menor número de horas trabajadas.
Motivado por el menor poder de negociación de los trabajadores se mantendrán los salarios relativamente reducidos, también en los nuevos empleos. Así se acentuará la diferencia salarial entre los ocupados y los nuevos empleados en las mismas posiciones, dentro incluso de las mismas empresas. La desigualdad en la distribución de la renta se acentuará, desde la ya amplia brecha creada desde el inicio de la crisis.
La realidad es que la situación se presenta como de acoso a las clases medias: los sueldos a la baja, los impuestos y precios al alza, y para colmo, algunos servicios básicos, como educación, carburantes y energía al alza a pesar de la caída del consumo. De forma que aunque el Gobierno de Rajoy haya señalado al 2014 como el año de la recuperación, las economías domésticas no se van a ver aliviadas.
Los únicos emolumentos que han subido en plena crisis han sido los de los Consejos de Administración de las empresas del Ibex, frente a la congelación, ya por segundo año consecutivo, del salario mínimo interprofesional. Además, con la reforma laboral en la mano, las empresas podrán imponer mayores rebajas salariales.
Los que más van a sufrir son, sin duda, los parados, sobre todo los de larga duración: hay alrededor de 2,2 millones de desempleados que han agotado su prestación y, como mucho cobran un subsidio asistencial de 426 euros mensuales.
Para colmo, aunque los precios se moderen, no bajaran los impuestos, ya que para evitar esa circunstancia, el Ejecutivo aprobó una “Ley de Desindexación” que ha desvinculado a los impuestos, tasas y servicios públicos de la marcha del IPC.
Todo ello ha motivado que la renta española haya vuelto atrás -a una situación de hace 14 años-, de forma que el PIB por habitante se ha quedado en el 96% del existente en la Unión Europea, y la tan cacareada convergencia en el pasado, ha regresado a niveles del año 1998, de forma que el índice de bienestar familiar se ha alejado aún más del promedio europeo.
Un importante dato que, parece que hemos olvidado, es que la morosidad bancaria ha batido otro récord llegando al 13%, su mayor nivel desde que el Banco de España recopila estos datos. Como consecuencia, ya llevamos ocho subidas consecutivas desde el pasado mes de febrero. Los créditos dudosos que soportaba el conjunto del sistema financiero español ascendieron en octubre a casi 200.000 millones de euros.
Finalmente, ha sorprendido que España haya regresado a una situación de hace muchos años, y a la que nadie podría haber imaginado su retorno: los emigrantes españoles están enviando cada vez más dinero al país. Entre junio y septiembre del año pasado enviaron 1.643 millones de euros. Es más dinero del que se había remitido en un solo trimestre antes, al menos según la serie que recopila el Banco de España, que comienza en 1990.
Las remesas, que antes de la crisis eran un fenómeno vinculado a los inmigrantes que desde España enviaban parte del salario a sus países, son de nuevo un carburante para la economía de muchas familias residentes en España. En el verano de 2008, cuando la crisis empezaba a asomar, a España llegaban 1.343 millones en remesas de trabajadores que vivían fuera, un 22% menos que este año.
Y mientras los envíos de los españoles crecen, los que hacen los extranjeros que viven en este país hacia el exterior se han ido contrayendo con la recesión. Entre junio y septiembre sumaron en total 1.723 millones de euros, un 10% más que en el trimestre anterior, pero muy por debajo de lo que se mandaba en 2010, cuando se superaron los 2.000 millones trimestrales. No en vano, la población extranjera en España ha decrecido en los últimos años.
En total, en lo que llevamos de año, los trabajadores emigrantes han inyectado en España 4.661 millones de euros. En todo el año pasado fueron 5.922 millones, pero dada la evolución de 2013, es posible que se supere la cifra, ya que el segundo trimestre la comparación interanual arroja este año un incremento del 7,1% y el tercero, del 3,9%, según el Banco de España.
Las cifras comunitarias colocan a España como el tercer país de la Unión Europea que más remesas recibió en 2012, solo por detrás de Francia e Italia. Y es que la emigración ha crecido en paralelo al vertiginoso aumento del paro.
Por último, citar que según el Banco de España la deuda de los hogares equivale al 80% del PIB español, frente al 65% de la eurozona.
MERCADOS:
Tras una larga travesía por el desierto (tres años consecutivos de fuertes caídas en las cotizaciones) el Ibex 35 ha cerrado un gran año. En la última sesión de 2013, el índice selectivo se sitúo en 9.916 enteros, muy cerca de sus máximos anuales, y cerró el año con una revalorización del 21,4%.
El año bursátil fue de menos a más. Conforme avanzaba 2013, las inquietudes en torno a la crisis de la zona euro, el bloqueo político en EE UU y un aterrizaje forzoso en China fueron remitiendo gradualmente y dejaron su sitio a un cierto optimismo en torno a la posibilidad de que se consolidara la recuperación económica global. La paulatina reducción de los riesgos se sumó a un contexto de tipos de interés muy bajos y a la enorme liquidez que hay en el mercado cono consecuencia de las políticas expansivas de los principales bancos centrales.
Otra noticia positiva, es que en la recta final del año se ha batido un récord de inversión extranjera en deuda. Ya el pasado mes de noviembre se cerró con el mayor incremento mensual de activos en manos fuera de España: el volumen aumentó en casi 21.000 millones de euros, hasta quedar en 273.172 millones, lo que, en términos absolutos, supone la mayor cuantía desde 2011, según los últimos datos recogidos por el Tesoro Público. En la cartera a vencimiento, el volumen de inversión extranjera en deuda marca un máximo histórico de 245.646 millones.
Gracias a este favorable comportamiento, el interés medio efectivo que el Tesoro Público ha tenido que pagar en las emisiones de 2013 se ha situado en el 2,45%, medio punto por debajo del año pasado y el segundo nivel más bajo registrado, solo por encima del 2,15% de 2009. Eso hubiese supuesto un ahorro importante en costes de financiación para el Estado, de no ser porque el volumen total de deuda de España ha crecido hasta rozar ya el billón de euros y la factura total en intereses ha aumentado. El tipo medio de toda la deuda en circulación ha bajado al 3,73% frente al 3,90% del año anterior.
Por lo que respecta al mercado de la vivienda, parece que el precio de la vivienda va tocando suelo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) aportó un nuevo dato que señala una posible estabilización del mercado: por primera vez desde 2010, en el tercer trimestre de este año las viviendas se revalorizaron. La subida fue tímida, del 0,7% respecto al trimestre anterior, y en comparación con el mismo periodo de 2012 la estadística todavía arroja números rojos. Los analistas coinciden en pedir todas las cautelas ante ese incremento y recuerdan que antes de otro despegue el sector deberá encarar una intensa fase de rodaje.
El derrumbe de los precios ha ido desinflando el grueso de la burbuja inmobiliaria. Este ajuste que ha supuesto la práctica paralización del sector durante cinco años y medio y la desaparición de más de 5.000 inmobiliarias, arrancó cuando el boom tocó techo, a finales de 2007.
Por el lado de la oferta, hay un enorme stock de viviendas, mientras que la demanda es menor y de peor calidad. La realidad es que el nivel de precios no está aún al alcance de la gran mayoría de españoles.
En relación al mercado automovilístico, las matriculaciones de coches han logrado cerrar en positivo en 2013. En total se han vendido más de 720.000 unidades, lo que supone una subida del 3,3% con respecto al año 2012, y el primer alza desde 2010, según los datos de las patronales del sector.
EMPRESAS:
Ni el rescate bancario, ni las sucesivas reformas financieras, ni la recapitalización de los bancos han servido para reanimar el crédito en España. La banca española ha venido alegando durante toda la crisis que había un problema de falta de demanda solvente. Pero las cifras muestran que mientras el crédito de la banca española se ha hundido, los préstamos del exterior a las empresas españolas han resistido mucho mejor. De hecho, esos préstamos procedentes del extranjero superan los niveles que tenían al principio de la crisis y muestran señales de recuperación en los últimos meses que aún no se aprecian en el crédito de la banca española.
Uno de cada tres euros prestados a las empresas españolas procede ya del extranjero, según los datos más recientes del Banco de España, correspondientes al mes de octubre pasado. Cuando empezó la crisis, en el año 2008, los bancos españoles eran protagonistas del 76,2% y los préstamos del exterior solo suponían el 23,8%. Tras cinco años y medio, la financiación procedente del exterior se ha disparado y esos préstamos concedidos desde el extranjero representan un 33,2%, una cuota récord en toda la serie estadística del Banco de España.
Los datos sugieren que las empresas han ido buscando cada vez más financiación en el exterior ante los problemas de buena parte del sistema financiero español, que ha cerrado el grifo del crédito a las empresas y ha preferido centrarse en la adquisición de deuda pública.