Según el Banco de España, las administraciones públicas han acumulado
una deuda de 1, 095 Billones de euros. Por primera vez, desde el año 1909, se
ha superado una cifra equivalente al 100% del PIB español. Esto significa que
el Estado español ya debe más dinero que la riqueza que se genera anualmente
(el valor de su producto) y, por lo tanto, que el crecimiento económico español
aumenta a un ritmo inferior que sus deudas.
GLOBAL:
El Banco Mundial ha recortado de nuevo sus previsiones para la
economía global, estimando un crecimiento del 2,4% este año (medio punto menos
que lo anticipado hace solo seis meses).
La fuerte contracción de América Latina explica en gran medida la
rebaja: caerá un 1,3% en el ejercicio en curso (en enero se hablaba de
estancamiento). El organismo alerta de que los riesgos van al alza y critica,
según sus propias palabras, la “ensalada” de políticas monetarias emprendidas, a
las que acusa de no funcionar.
En su “Informe de Perspectivas”, señala que “la economía mundial sigue
atrapada en un equilibrio de bajo crecimiento. Aunque esta situación no debe
ser vista como una recesión planetaria porque los datos reflejan un crecimiento
pero muy débil. La recuperación continúa pero a un ritmo que deja mucho que
desear”.
La revisión a la baja de las expectativas se explica por las
dificultades que arrastran las economías avanzadas, la persistencia del
bajo precio de las materias primas, la debilidad del comercio internacional y
la moderación en los flujos de capital. A los países emergentes y, en concreto
los que exportan energía y commodities, les está resultando muy
complicado adaptarse.
El Banco Mundial señala, además, que los beneficios del bajo precio de
la energía y las materias primas para los países importadores no se están
materializando tan rápido como se esperaba. El frenazo de estos países explica
la contracción económica que se sufre en América Latina.
Los riesgos a la baja, por tanto, son más pronunciados a escala global.
Por si no bastara, la rápida expansión del crédito en el sector privado eleva
el riesgo potencial para varios países emergentes, como advierte el economista
jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu. A esto hay que sumar las dudas sobre la
efectividad de las políticas monetarias para apoyar el crecimiento y la
volatilidad que ello genera.
“Los bancos centrales están experimentando cada uno por su cuenta con
tipos de interés negativos. Parecía una buena idea pero en retrospectiva está
ensalada de políticas sin coordinar no funciona”, advierte Basu. Por este
motivo, el máximo responsable de análisis del organismo pide a las principales
autoridades monetarias globales que asuman su “responsabilidad colectiva para
no minar la economía global”.
El margen de acción en el ámbito fiscal y monetario es, de hecho,
“estrecho”. Por eso, Basu insiste en la importancia de que los ahorros por el
abaratamiento de la energía y las materias primas se destinen a
infraestructuras, educación y formación. También emplaza a los exportadores a
adoptar iniciativas que promuevan la diversificación económica y la
liberalización del comercio.
En el mismo sentido, la OCDE en
su último informe sobre perspectivas económicas globales, ha advertido sobre el débil crecimiento global:
el crecimiento en economías avanzadas es bajo e incluso se ha ralentizado. De
hecho, reduce su pronóstico hasta el 3,3%, tres décimas menos para este año y
el próximo. Alerta del riesgo del Brexit inglés y del alza de la deuda en
países expuestos a los mercados.
Constata que se prolonga la debilidad comercial y el parón en la
inversión. Y como ya es habitual, la OCDE reclama más inversiones y reformas
estructurales, para insuflar energía al crecimiento económico.
La OCDE también ha alertado respecto al incremento de la desigualdad y
la ralentización de la productividad. Considera que la prolongada debilidad de
la demanda está lastrando las perspectivas a largo plazo, y señala que las
ganancias de la productividad no están siendo suficientemente compartidas.
Para fortalecer el crecimiento global recomienda usar las políticas
fiscales más intensamente y avanzar en las reformas estructurales. Aconseja
aprovechar las condiciones de la política monetaria para impulsar las
inversiones.
LATINOAMERICA:
La divergencia entre países exportadores e importadores es clara en la
región. Las economías de América del Sur se contraerán un 2,8% lastradas por
Brasil.
La economía de Brasil ha empeorado su situación económica. Padece un
aumento constante de los precios, y su tasa de paro se ha situado en un 10%. Y
es que el PIB de Brasil ha retrocedido, nada menos, que un 5,4%, en tasa
interanual, durante el primer trimestre de este año.
La economía de Brasil, ya encadena ocho caídas trimestrales consecutivas.
De forma que sacudida por la crisis política desde hace meses, está sufriendo
la mayor recesión –caídas del PIB- en 25 años.
La industria es la que ha experimentado una caída mayor (un 7,3%), y la
construcción que ha retrocedido un 6,2%. En el mismo sentido, el comercio
disminuyó un 10,7%, y el consumo de las familias un 6,3%.
En todo caso, algunos analistas detectan algunos síntomas de mejora,
aunque se estima una recuperación muy lenta.
El otro punto negro es Venezuela. Se contraerá un 10%, el doble de lo
esperado, para moderarse hasta el 2,3% en 2017. Argentina también estará en
negativo, aunque en su caso la contracción será de solo el 0,5% para este año.
Representa, de todas formas, un recorte de 1,2 puntos aunque se revisa al alza
el crecimiento para el año próximo, hasta el 3,1% frente al 1,9% que se
anticipó en enero.
México y los países de América Central crecerán, por el contrario, un
2,7% gracias a la expansión de su poderoso vecino del norte, EE UU (un 1,9%).
La excepción es Ecuador, que sufrirá una caída del 4% tras empeorar dos puntos
sus perspectivas por el lastre del petróleo. Es el mismo problema que sufren en
Columbia, Chile, Perú y Bolivia por la caída de las inversiones en materias
primas. Aunque México es un país exportador neto de petróleo, su industria está
más diversificada y la depreciación del peso le da una ventaja competitiva al
sector manufacturero.
La pérdida de valor de las divisas latinoamericanas hizo que el volumen
de exportaciones de la región creciera un 3,5%. Ahora representa el 7,4% del
total de mercancías que se movieron en todo el mundo, frente al 5,3% en 2014.
JAPÓN:
La economía de Japón, aunque débilmente, ha conseguido salir de la
recesión, gracias a los estímulos por el Banco de Japón (tipos de interés
negativos). Y es que en tasa interanual, durante los meses de enero y
marzo, su PIB consiguió crecer un 1,7%.
No obstante, la vulnerabilidad de la economía de Japón es evidente: el
consumo privado creció muy levemente, lo que ha llevado al primer ministro
Shinzo Abe a retrasar la subida del IVA.
Japón, dada las limitaciones en las que han entrado las políticas
monetarias (parece haberse “agotado la munición”) quiere promover a nivel
mundial un impulso coordinado de las políticas presupuestarias, aumentando el
gasto presupuestario.
En la economía de Japón, el consumo privado representa una cifra
equivalente al 60% del PIB. Esta variable ha subido un 0.5 por ciento, como
consecuencia de que los hogares aumentaron su gasto en televisores, alimentos y
ocio. Sin embargo, este aumento no ha conseguido compensar la caída de un 0.8% que
había experimentado en el trimestre anterior.
Por su parte, las exportaciones han crecido un 0,6%.
En todo caso, algunos analistas señalan que el fortalecimiento del yen y
la debilidad de la demanda interna y externa, van a recortar a los beneficios
empresariales y, consiguientemente, a la inversión de la empresas.
Si los beneficios empresariales de Japón cayesen, a su vez lo harían los
salarios. Por estas razones: “la presión deflacionaria” motivada por la débil
demanda, unida a los bajos precios de las importaciones pueden conducir al
Ejecutivo nipón a tener que adoptar nuevas medidas de estímulo.
La realidad, es que la débil recuperación económica viene determinada
por la contribución del sector público (el gobierno ha aprobado un presupuesto
suplementario de 7.000 millones de euros para la reconstrucción después del
seísmo).
Según Abe, se trata de “evitar los riesgos que afronta la tercera
economía mundial en la actual coyuntura global de ralentización. La economía
global está cambiando a un ritmo que no podíamos imaginar. Y la desaceleración
de China y otros países emergentes, que junto a otros factores internos, como
los fuertes terremotos que tuvieron lugar a mediados de abril en la isla de
Kyushu, han lastrado a Japón”.
Todo ello, ha conducido a retrasar el alza del impuesto sobre el consumo
(del 8% al 10%) hasta octubre de 2019 "para poder seguir adelante con la Abenomics",
como se denomina su estrategia para reactivar el crecimiento.
Pese a que la salud fiscal de Japón es la peor del mundo desarrollado,
Abe reafirmó su compromiso de mantener la disciplina en este terreno de cara a
lograr un superávit primario en 2020. Dado su enorme volumen de deuda (es más
del doble de su PIB) los organismos internacionales llevan años instando a
Tokio a que aplique subidas impositivas para mejorar su fiscalidad.
CHINA:
Es realmente sorprendente que China, que es prestamista neto de la
economía estadounidense, financiando los tremendos déficits exterior y público
de la mayor economía mundial, tenga a su vez un endeudamiento que se acerca a
niveles peligrosos.
Al termino de 2015 la deuda total de la economía de China alcanzó un nuevo
récord, situándose, nada menos, que en el 248,6% del PIB, es decir, que el
volumen de créditos a devolver por el Gobierno, las empresas y las familias es
prácticamente 2,5 veces mayor al tamaño de la segunda economía mundial.
Este ingente crecimiento de la deuda en los últimos años (en 2008 era
del 148,3% del PIB) ha asustado a los analistas, ya que muy pocas economías han
conseguido esquivar una crisis financiera, o abandonar el estancamiento
económico, como consecuencia de una aumento de la deuda de ese importante
volumen.
Señala Goldman Sachs que "todos los grandes países con un aumento
rápido de la deuda han experimentado o bien una crisis financiera, o una
desaceleración prolongada. La historia sugiere que China va a correr la misma
suerte".
Según datos del Banco de Pagos Internacionales, el problema se encuentra
en la deuda corporativa (de las empresas), que se ha multiplicado casi por cuatro
en los últimos siete años.
Análisis de Credit Suisse muestran que un aumento de este calibre
solamente lo ha vivido Irlanda justo antes de la crisis de 2008; es comparable
al que registró Tailandia antes de la crisis financiera asiática; y al que
experimentó España entre 1996 y 2010.
No obstante, la proporción entre la deuda y el PIB chino es actualmente
más o menos similar a la de Estados Unidos, o a la de la Eurozona, y está muy
por encima de los niveles de otras potencias emergentes.
Las razones que ha conducido a este fuerte apalancamiento o endeudamiento
de las empresas chinas, se encuentra en el programa de estímulo
masivo de 4 billones de yuanes (alrededor de unos 464.000 millones de
euros) que Pekín aprobó en 2009 para tratar de sortear el envite de la crisis
financiera internacional.
Fueron las empresas y las administraciones locales las que respondieron
más rápido a la llamada de Pekín a gastar, lo que dio un importante empuje
a la economía pero dejó una gran cantidad de deuda -mucha de mala calidad-
como herencia. Tanto dinero en tan poco tiempo (se calcula que se inyectó el
equivalente del 12,6% del PIB) hizo que el capital se destinara también a
proyectos con poca o nula rentabilidad, por lo que los préstamos concedidos
entonces tuvieron que pagarse contrayendo nuevas deudas.
En ese sentido, un reciente estudio de la consultora Natixis, sostiene
que un 16% de las mayores empresas chinas que cotizan en Bolsa ya no son
capaces de pagar los intereses generados por la deuda con sus
beneficios. La situación es especialmente crítica en el sector
inmobiliario. El FMI ha advertido que el nivel de deuda en China es
"excesivo" y su aumento "es insostenible". Hasta el
oficialista Diario del Pueblo ha alertado, en un inusual texto
en portada, de un crecimiento sostenido por la deuda y de un riesgo "mortífero"
para la economía.
Como señalaba al principio, todos son paradojas, ya que los bancos
chinos sitúan su índice de morosidad solamente en el 1,75%.
A pesar de las advertencias, la máquina de prestar dinero sigue en pleno
funcionamiento. En medio de la desaceleración económica, China ha fiado al
crédito barato la consecución de su meta de crecimiento, del 6,5% anual
hasta 2020. El volumen de nuevos préstamos concedidos entre enero y marzo llegó
a los 4,61 billones de yuanes (unos 630.000 millones de euros), cifra
comparable a lo que se prestó a principios de 2009, en pleno programa de
estímulo masivo.
El origen de todo se encuentra en el empeño de las autoridades chinas de
conseguir los objetivos de crecimiento marcados. Y es difícil que cambien
de meta a corto plazo. Según Erica Li, profesora de finanzas de la Escuela de
Negocios Cheung Kong, “el Gobierno vacila y no está intentando reducir este
riesgo, sino que trata de encubrir estas burbujas porque tiene miedo a las
reformas, ya que son muy dolorosas".
Sin embargo, hay que destacar que la mayoría de los analistas no prevén
que la economía de China vaya a sucumbir en una crisis financiera (al menos de
forma inmediata). "Gran parte de la deuda es doméstica y, por lo tanto, el
Gobierno tiene la capacidad de controlar los daños. Muchas empresas con altos
niveles de endeudamiento son estatales, por lo que fácilmente pueden
refinanciar deuda o incluso forzar su canje por acciones, cosa que por
desgracia ya ha sido puesto en práctica en algunos casos".
En definitiva, la profesora Li afirma "no creo que China sufra un
proceso de desapalancamiento doloroso porque las autoridades no permitirán que
esto ocurra".
La realidad es que la economía china tiene un fuerte volumen de reservas
de divisas, y una Deuda Pública relativamente baja (de un 43,5% del PIB),
además de controlar el sector bancario y las principales empresas del país.
Ahora bien, señalan muchos analistas, que “esto no significa que China,
no pueda caer en una prolongada etapa de bajo crecimiento económico, como
sufrió Japón a principios de los 90 del siglo pasado y sigue arrastrando en la
actualidad. China trata de ganar tiempo para que la economía se recupere y
reducir entonces la deuda de forma natural, pero si la economía no crece lo suficientemente
rápido, la deuda aumentará más.
Si el Gobierno actúa con rapidez y precisión hay margen para el ajuste,
si no China sufrirá una peligrosa crisis”.
ESTADOS UNIDOS:
La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, respecto a la
anunciada subida de tipos de interés, ha intentado mostrar todas las
posibilidades abiertas. Eso a pesar del mal dato de empleo en Estados Unidos
durante el pasado mes de mayo: “aunque la economía recientemente se ha visto
afectada por una mezcla de fuerzas contrapuestas, veo razones para esperar que
las fuerzas positivas en apoyo del crecimiento en el empleo y la mayor
inflación continuaran superando a las negativas”.
Sin embargo, ha señalado que “un número considerable de incertidumbres
acechan a plan de normalización monetaria a este lado del Atlántico. Las
incertidumbres son numerosas y el progreso hacia nuestros objetivos, y la
política monetaria dependerán de la evolución de las mismas”.
Se desprende que quizá, no suban los tipos de interés ni durante junio,
ni julio.
Está pesando en la decisión, la debilidad de la inversión y la marcha
del empleo. Incluso, ha llegado a citar como un riesgo externo, la posible
salida del Reino Unido de la Unión Europea.
EUROZONA:
La economía europea está mejorando lentamente, aunque los riesgos se
mantienen, y los precios siguen estancados o cayendo. Ello unido a una cifra de
alrededor de 18 millones de personas desempleadas.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha pedido paciencia antes de
evaluar la efectividad del arsenal de medidas extraordinarias que ha puesto en
marcha señalando que está "listo para actuar". El BCE va a
comenzar este mes de junio la compra de deuda de empresas.
A la maltrecha economía de la eurozona hay que añadir varios puntos
preocupantes: la banca italiana sigue con problema; el Reino Unido es otro
preocupante asunto (Draghi ha señalado que "los británicos deberían seguir
en la Unión, pero el BCE está listo para cualquier escenario").
Sin embargo, Grecia ha pasado a un segundo plano después del acuerdo
político en Bruselas sobre el primer examen del rescate, aunque el BCE se ha
resistido a abrir la liquidez para los bancos helenos hasta más adelante.
El BCE va a activar, durante este mes de junio (a partir del día 8), las
compras de deuda corporativa (emitida por empresas). Se trata del escalón más
fuerte del programa de compras de activos (QE, por sus siglas en inglés). Y a
final de mes se pondrá en marcha la nueva ronda de “barra libre de liquidez”,
la enésima lluvia de fondos para los bancos a tipos de interés extremadamente
bajos.
Draghi subrayó que la política monetaria ultraexpansiva está funcionando,
y aún va a ser más efectiva. Las tasas de interés del euro están en mínimos, y
las compras de activos seguirán, al menos, hasta marzo de 2017, y podrían ir
incluso has fechas más alejadas.
La intensificación de la “barra
libre de liquidez” para los bancos, persigue desatascar el crédito. Se trata de
medidas inéditas hasta la fecha, que hasta ahora no han servido para conseguir
que los precios crezcan hasta el 2%... ¿Recuerdan aquellos años no lejanos,
dónde el objetivo era tratar de controlar las subidas de precios?
Consciente Draghi de que a la política monetaria ya “no tiene munición”,
señaló que la política monetaria "apoya la recuperación", pero
reclamó que "otras políticas económicas contribuyan decisivamente" al
crecimiento.
En todo caso, ha señalado cierta mejoría en las expectativas respecto al
comportamiento del IPC para 2016, y en cierta medida, trató de espantar la
amenaza de deflación que tanto está preocupando.
En concreto se espera un crecimiento del IPC en la región del euro del
0,3% en este año, y que el PIB de la región crezca a un ritmo del 1,6%. Para
2017 y 2018, las estimaciones de inflación se quedan intactas, 1,3 y 1,6%,
respectivamente. Mientras tanto, el PIB crecerá un 1,7% en ambos años, una
perspectiva ligeramente peor para 2018, ya que hasta ahora el BCE esperaba un
aumento del 1,8% ese año.
No obstante, Draghi ha insistido
en que a la Eurozona todavía le queda sufrir varios meses de caída de los
precios. "La inflación va a seguir siendo muy baja, e incluso se verán
descensos durante los próximos meses, antes de empezar a repuntar en la segunda
mitad de 2016", explicó, algo en lo que ya venía insistiendo en los
últimos encuentros.
Sin embargo, el hecho de que el BCE mejore las previsiones de precios
refleja la confianza de la entidad en su pelea contra la deflación.
Por otro lado, el temor de que el Reino Unido pueda votar “si” a su
salida de la Unión Europea (el Brexit), ha dado lugar a que la moneda de Gran
Bretaña, la Libra Esterlina, haya llegado a alcanzar mínimos en su cotización
en el mercado de divisas, y supone un riesgo más, tanto para el Reino Unido,
como para la propia Unión Europea.
ESPAÑA:
Según la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica
(OCDE), la economía española crecerá este 2016 un 2,8%, pero sitúa la cifra de
crecimiento en el 2017, en una cifra peor (2,3%).
Ello en contraste con las previsiones oficiales del Gobierno español,
que estima un crecimiento del PIB de un 2,7% en ambos ejercicios.
La realidad es que las variables,
la mayoría exógenas, que han apoyado la recuperación, está comenzando a perder
vigor: el precio del petróleo repunta levemente tras caer abruptamente durante
el último año; la creciente debilidad de los países latinoamericanos impacta
sobre las importaciones; y los efectos
de la política monetaria del Banco Central Europeo son decrecientes.
La OCDE augura, además, que el próximo Gobierno de España no mantendrá
las políticas expansivas del último año (la bajada de impuestos próxima a las
elecciones, la devolución de la paga extra a los funcionarios; y el aumento de
determinados gastos públicos. Sin duda, son estímulos que alimentaron el crecimiento del PIB
español en 2105 al 3,2%.
La OCDE considera que la vuelta en España a una política fiscal más
neutral (sin bajadas de impuestos, ni subidas de gastos) es adecuada, pero
advierte como hecho más grave el alto nivel de la deuda pública, que ha alcanzado
su nivel más alto conocido, el 100,05% del PIB.
El organismo ha avisado de que para mantener la deuda pública en un
nivel que sea sostenible, “el Gobierno debería afianzar la senda de
consolidación a medio plazo”. Y recomienda medidas más efectivas sobre el
mercado laboral para reducir el desempleo y rebajar la desigualdad.
La OCDE justifica que empeora las previsiones porque se difuminan las circunstancias
que han impulsado a la economía española en los últimos trimestres, como los
bajos precios del petróleo y de las materias primas, los efectos decrecientes
de la política monetaria expansiva del BCE y, apunta, la desaparición de la
política presupuestaria expansiva que el Gobierno desplegó el año pasado, en
víspera electoral.
Explica la OCDE en el capítulo específico donde analiza la evolución de
la economía española, que "se prevé
que la recuperación continúe en 2016 y 2017, aunque a un ritmo más moderado. El
organismo con sede en París considera que los tipos bajos de los créditos para
empresas y los hogares ayudará a mantener el impulso del crecimiento económico.
"Algunas de las fuerzas positivas, como los bajos precios del petróleo y
de otras materias primas así como el leve estímulo fiscal positivo, va a
impulsar el consumo en 2016, pero luego se desvanecerán en 2017".
La OCDE recomienda potenciar la productividad para mantener un
crecimiento sostenible en el medio plazo. Y recomienda reducir la integración
del mercado eléctrico —subrayar la diferencia entre productores y
distribuidores— y eliminar las barreras de las actividades profesionales. El organismo
que dirige Ángel Gurría apunta al mercado laboral y la alta tasa de desempleo
como otro de los problemas de la economía española. Mejorar las políticas de
inserción laboral de los desempleados es clave para reducir la creciente
desigualdad y ampliar los beneficios de la recuperación a una mayor proporción
de la población, explica el capítulo sobre España del informe de perspectivas
económicas globales de la OCDE.
“Son necesarias más reformas para mejorar los recursos y la eficiencia
de los servicios de empleo públicos y movilizar más recursos hacia programas de
formación efectivos para los desempleados”, sentencia la OCDE.
El informe también recomienda combatir el abandono escolar temprano y
ofrecer una segunda oportunidad a aquellos que abandonaron los estudios sin
completar la educación secundaria, ya que al mismo tiempo que se mejorarían sus
capacidades, se reduciría la tasa de desempleo juvenil.
La incertidumbre política que se vive en España desde las elecciones de
diciembre del año pasado afectará a la inversión y el consumo, siempre que se
mantenga la incertidumbre, precisa el organismo internacional.
Uno de los factores que tira del consumo es el crecimiento del empleo,
que según la organización se traducirá en una reducción de la tasa de paro del
22,1% de media en 2015 al 19,8% en este año (una décima menos de lo que calcula
el Ejecutivo) y al 18,4% el próximo (el Gobierno anticipa un 17,9%).
En 2017, España continuará en el furgón de cola de los países con más
paro, con una tasa del 18,4% sólo sería superado por el 23,2% de Grecia, y
seguiría muy lejos de Portugal (11,5%), el siguiente en la lista, como de la
media de la zona euro (9,8%) y más todavía de la OCDE (6,2%).
Según sus cálculos, el déficit público que en 2015 se quedó en el 5,1%
del producto interior bruto (PIB), muy lejos por encima del objetivo, bajará al
3,7% en 2016, como estima el Gobierno, pero la OCDE no coincide con el 2,5% que
se espera para 2017, sino que prevé un 2,7%.
La consecuencia de todo eso es que la deuda volverá a incrementarse año
hasta el 100,3% del PIB este año y sólo caerá muy lentamente, hasta el 100,1%
en 2017, en parte por la inflación, que por tercer año consecutivo volverá a
ser negativa este año (-0,5% de media) antes de pasar a territorio positivo el
próximo (1%).
La OCDE constata que España tiene un problema de baja progresión de la
productividad que dificulta generar un crecimiento sostenible e incluyente. La
prueba es que en 2016 la productividad laboral incluso retrocederá (-0,1%), una
situación que únicamente se dará en otros cuatro países de la organización:
Grecia (-2,2%), Estados Unidos (-0,3%), Dinamarca (-0,2%) y Austria (-0,1%).
En 2017, habrá un aumento tímido del 0,2% que dejará a España con el
segundo peor resultado tras el de Grecia (-0,2%).
Por lo que respecta a la evolución de los precios, el Índice de Precios al Consumo (IPC) bajó en mayo un 1% con respecto al
mismo mes de 2015, es decir, registró un caída interanual del -1%). Es una
bajada de precios algo más suave que en abril, cuando la tasa se situó en el
-1,1%, según el dato adelantado, publicado por el Instituto Nacional de
Estadística (INE).
De acuerdo al dato, los precios acumulan ya 10 meses
consecutivos con bajadas, (sólo marcaron un 0,0% el pasado diciembre).
Desde julio de 2015, que experimentaron un pequeño
aumento del 0,1% en tasa interanual, no logran colocarse en terreno positivo.
¡Qué cosas! Nadie hace años podía haber imaginado a un
Banco Central como el nuestro, trabajando para conseguir que suban los precios
al 2%... cosa que tampoco se está consiguiendo en la Eurozona, dónde los
precios durante el paso abril cayeron un 0,2% (-0,2% en tasa interanual).
Según Mario Draghi, "no
hay deflación en estos momentos” pero "el coste de no actuar sería caer en
ella", defendiendo de esta forma la
política extraordinariamente expansiva aplicada.
Por
otro lado, según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto
Nacional de Estadística (INE), la crisis en España Ha aumentado la pobreza: casi
tres de cada diez españoles, el 28,6% de los ciudadanos, se encuentra en riesgo
de exclusión social, sin apenas recursos con los que pagar sus necesidades
básicas.
La
realidad es que la mejora de las
variables macroeconómicas se deja sentir en los ciudadanos a un ritmo más
lento. Pero lo cierto, es que la recesión ha dejado heridas profundas: el 6,4%
de los ciudadanos admite que sufren una carencia material severa, y han sufrido
al menos cuatro de las siguientes circunstancias: no poder coger, al menos, una
semana de vacaciones al año; no poder comer carne, pollo o pescado al menos
cada dos días; no poder poner la calefacción o el aire acondicionado; no tener
dinero suficiente para adquirir una lavadora, un televisor, un coche o incluso
un móvil y, por supuesto, tener dificultades para llegar a final de mes.
Al
examinar el informe detenidamente, se observa el perfil de los ciudadanos que
lo padecen: jóvenes extranjeros (no europeos) con educación secundaria,
parados, solteros pero con un niño o dependiente y que vivan en Andalucía son
los que más posibilidades tienen de caer en exclusión social, según las
variables sociales analizadas por el INE.
En el
lado contrario, el retrato robot de los ciudadanos con menos riesgo de pobreza
es el de un español, con educación superior, casado pero sin hijos y residente
en Navarra. Los jubilados de más de 65 años también figuran dentro de este
grupo con escaso riesgo de caer en la pobreza.
Señala la encuesta
analizada del INE, los ingresos medios de los hogares españoles se redujeron el
año pasado un 0,2% hasta los 26.092 euros de media por familia.
Una buena noticia, según los datos publicados por el Banco de España,
es que hasta abril las empresas y familias españolas han
logrado reducir una cuarta parte de su deuda desde los niveles máximos
alcanzados al comienzo de la crisis.
Aún
nos situamos en una muy elevada carga de deuda, pero la carga financiera (intereses)
del sector privado se está aminorando a una gran velocidad. En unos ocho años,
las sociedades no financieras y los hogares han recortado sus pasivos a razón
de unos 70.000 millones por año, desde el entorno de los 2,1 billones de euros
hasta los 1,6 billones registrados en la actualidad. Por dar una idea de lo que
esto representa, con 70.000 millones se podrían abonar ocho mensualidades de
las pensiones o adquirir todas las acciones juntas de Santander y Red
Eléctrica.
Si
se toma como referencia el Producto Interior Bruto (PIB), los pasivos de las
familias y empresas han descendido desde unas cotas próximas al 210% del PIB
hasta el 149%. Es decir, casi 60 puntos porcentuales en ocho años.
Hay
que señalar, que se trata de unos de los procesos de desendeudamiento o
desapalancamiento, más intenso ocurrido
en la historia reciente. Sólo se podría comparar con la reducción de deuda
sobre PIB que protagonizaron las Administraciones Públicas españolas en la
primera década de este siglo gracias a la burbuja inmobiliaria. Por aquel
entonces, el volumen de la deuda pública prácticamente se congeló mientras
crecía la economía y, sobre todo, la deuda privada. Por una parte, las familias
se hipotecaron sin freno porque se consideraba que el precio de la vivienda
nunca bajaría. Y por otra, las compañías se lanzaron a adquirir activos en el
exterior y desarrollar la actividad inmobiliaria. Y todo ello a golpe de
crédito, aprovechando las desgravaciones fiscales y unos tipos de interés que
en realidad eran negativos una vez descontada la inflación.
Y
así se alcanzó uno de los niveles de deuda privada más altos del mundo: en el caso de las empresas, su deuda sumó los
1,2 billones de euros en abril de 2009. Casi ocho años más tarde, las
sociedades no financieras todavía acumulan 908.000 millones en préstamos, un
28% menos. En medio de una profunda crisis económica, semejante amortización de
deuda se ha producido a fuerza de vender activos, incurrir en quiebras y
recurriendo a la dación en pago de los activos apalancados. De hecho, buena
parte del recorte de la deuda se achaca a unos 140.000 millones que debían las
empresas inmobiliarias y que la banca lo ha provisionado como perdido.
Respecto
a los hogares, éstos han aligerado su carga financiera hasta los 717.000
millones de abril de 2016 frente a los 912.000 millones contabilizados en
noviembre de 2008, una disminución del 21%. De estos 195.000 millones de caída
del saldo, más de la mitad se corresponden con el vencimiento de hipotecas. No
en vano, unos tipos extraordinariamente bajos han ayudado a que la amortización
de los créditos hipotecarios sea mucho más rápida a partir de 2012.
No
obstante, estos esfuerzos para reducir el saldo crediticio se han visto casi
neutralizados por la, anteriormente citada, escalada de la deuda pública. Con
datos de marzo, el total de los préstamos a la economía española tan sólo ha
bajado un 4% desde el inicio de la Gran Recesión y se sitúa en el 249% del PIB
según las cifras desveladas por el Banco de España.
MERCADOS:
El pasado mes de mayo
ha sido muy poco activo, y ha dejado al Ibex 35 posicionado por encima de los
9.000 puntos (en concreto, en los 9.034 puntos), después de subir un 0,09% en
su balance mensual. Básicamente arrancó junio desde la misma posición que un mes
atrás, aunque con una clara diferencia: quedan ya muy pocos inversores.
La apatía ha cundido
durante mayo, ya que la bolsa española negoció un 40% menos que en abril, con
una media diaria de 2.200 millones de euros, una cifra más propia de temporadas
veraniegas. De hecho, no se veía tan poco movimiento en el mercado nacional
desde los meses de agosto de 2014 y de 2013.
Cabe recordar, que un 70% de los euros que se negocian
son de inversores extranjeros y que, lógicamente, no están contemplando con claridad el panorama a
medio plazo.
Algunos analistas consideran que aunque la Prima de Riesgo no se mueva, muchos posibles
inversores, están esperando a ver qué sucede.
Los analistas de JP
Morgan no descartan, incluso, que pueda haber aún más "incertidumbre"
en el mercado tras estos comicios, de los que, dicen, podría forzarse a los
partidos a formar "un gobierno por tiempo limitado" que, al menos, "desatascaría
la situación".
Por lo que respecta
al precio de los carburantes ha sido uno de los
factores que más ha tirado de los precios hacia abajo en los últimos meses. No
obstante, desde que marcara su mínimo en el mes de enero en apenas 27,8
dólares, el precio del barril de Brent, el de referencia en Europa, ha iniciado
una senda alcista y se cotiza ya cerca de los 50 dólares. El encarecimiento del
petróleo, junto con la recuperación de la economía, lleva a los expertos a
pronosticar una recuperación de los precios en la segunda mitad del año.
Por
su parte, la variación anual del indicador adelantado del IPCA —el indicador
que permite hacer comparaciones con el resto de países de la Unión Europea— se
situó en el –1,1% en mayo, una décima más que el mes anterior.
EMPRESAS:
El sector
automovilístico sigue creciendo a muy bien ritmo: durante los primeros cinco
meses del año, se han vendido en España 499.444 turismos (el 12,5% más que en el mismo periodo de 2015).
La razón, según las tres patronales del sector, hay que
buscarla en la buena campaña turística que se espera, y que ha dado lugar al
fuerte aumento de las matriculaciones en el pasado mes de mayo (crecieron las
transacciones un 20,9% sobre el mismo mes del año anterior).
Las empresas de alquiler de automóviles, actores importantes
del sector turístico, se están preparando para la temporada alta que se acerca.
Las compras de estas empresas en mayo se dispararon hasta las 34.098 unidades,
lo que supone un incremento del 37,7% sobre el mismo mes del año anterior. Esto
unido al aumento de compras por particulares y empresas de otros sectores acabó
con un crecimiento del mercado de automóviles en mayo superior al 20%.
Excelente análisis. Veremos lo que pasa con el BREXIT...
ResponderEliminarSaludos
Dios increíble, pero cierto siempre es grande. Después de varias versiones de mi solicitud por el banco, he recibido un préstamo a través de un señor muy amable. Para obtener más información, póngase en contacto con ella por correo electrónico a: mickaelducobet@gmail.com que ofrece préstamos de € 3.000 a € 3.000.000 a cualquier persona capaz de devolver con intereses a una tasa baja de 2 %, no lo dude ese mensaje. Esta es una realidad perfecta. Corre la voz a amigos y familiares que están en necesidad.
ResponderEliminarel pago comienza cinco meses después de recibir su crédito
Que Dios os bendiga.