lunes, 18 de diciembre de 2017

LA ECONOMÍA DEL COMPORTAMIENTO O CONDUCTUAL

Con ocasión del Premio Nobel de economía de 2017, Richard Thaler, se habla frecuentemente de la economía del comportamiento o conductual. Comenzaré señalando que, en mi opinión, el termino no es muy afortunado ya que toda la teoría económica estudia el comportamiento de cada agente, tanto individualmente como de forma colectiva.

Ahora bien, sin duda, su gran novedad es que pretende relacionar más estrechamente a la teoría económica con la psicología, e incluso con la neurología.

Tradicionalmente, en la mayor parte de la teoría económica, los modelos suponen que los sujetos tienen un comportamiento completamente racional y, en todo momento, optimizan sus decisiones y estrategias.

Pues bien, la economía del comportamiento no viene a revolucionar a los planteamientos y postulados clásicos - como alguien ha declarado la Ley de la Demanda sigue siendo la misma- pero pone de relieve que, la mayoría de las veces, los sujetos tomamos las decisiones de forma emocional, compulsiva, e irracionalmente. Por tanto, no decidimos las estrategias adecuadas o correctas.

Se deduce de dichos planteamientos, que las limitaciones cognitivas, nos hacen vulnerables a nuestros propios impulsos y a la manipulación de otros. Nuestro cerebro es incapaz de manejar tanta información, por lo que, además en muchas ocasiones, se decide instintivamente. Esta es, sin duda, la razón de que esté encontrando tanto eco en el ámbito del marketing.

El peligro es lo que se ha llamado “paternalismo libertario”, ya que el propio Thaler llega a afirmar que los Gobiernos y autoridades no sólo pueden, sino que deben manipular, de forma más o menos sutil, a los sujetos a fin de inducirles a tomar aquellas decisiones en los ámbitos de pensiones, sanidad, educación, etc., que les beneficien a largo plazo.

Thaler postula los que denomina nudges o empujones que, siguiendo esta economía conductual o mezcla de economía y psicología, conduzcan a los sujetos a cambiar o alterar su comportamiento en determinada dirección. Todo ello, afirma, respetando la libertad de expresión.


Evidentemente, los debates en torno al paternalismo libertario y al nudge no están cerrados, de forma que la economía del comportamiento, o behavioural economic, de ser una rareza, puede situarse en una de las corrientes principales de los debates económicos actuales. Sin duda, aún más aupada por la concesión del Nobel a este profesor de la Universidad de Chicago.

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