jueves, 22 de febrero de 2018

TECHO DE CRISTAL Y EMPODERAMIENTO DE LA MUJER



En el mes de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Su origen se remonta a principios del siglo XX, ya que viene celebrándose desde 1910 a instancias de Clara Zetkin, quien lo propuso para promover el sufragio femenino en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas.
Con ocasión del evento, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, ha declarado que “debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”.
Se habla de “techo de cristal y empoderamiento de la mujer”. Comenzaré tratando de aclarar el significado de estos términos:
El llamado “techo de cristal” es una barrera invisible que encuentran muchas mujeres en su desarrollo profesional, normalmente en el acceso a los puestos más altos de la jerarquía de las organizaciones en las que trabajan, de modo que una vez llegado a este punto muy pocas mujeres consiguen cruzar dicha barrera, quedando la mayoría estancadas en su carrera profesional.
Esa barrera invisible aparece por los obstáculos impuestos por complejos entramados de estructuras, o normas no escritas, que existen en las organizaciones tradicionalmente dominadas por hombres; y también por las limitaciones profesionales que se imponen a sí mismas muchas mujeres (y todavía muy pocos hombres) con objeto de poder conciliar el trabajo fuera del hogar con las responsabilidades familiares y el trabajo doméstico.
Por otro lado, respecto al “empoderamiento de la mujer, se trata de conseguir la plena participación de las mujeres en todos los sectores y a todos los niveles de la actividad económica, eliminando la brecha salarial discriminatoria existente y, de manera especial, facilitando su acceso a puestos de responsabilidad y toma de decisiones.
Estos objetivos deben ser prioritarios para conseguir la igualación de derechos desde una perspectiva de justicia social, e incluso para estimular el empleo y emprendimiento femenino en todos sus ámbitos.
Las mujeres se concentran en aquellas ocupaciones que tienen relación con los roles y estereotipos que tradicionalmente se les han atribuido. Desde luego, si analizamos la EPA elaborada por el INE, resulta difícil encontrar en determinados trabajos a mujeres y, de la misma forma, también resulta muy escasa la participación del hombre en determinadas actividades que parecen estar reservadas al género femenino. En todos los casos no existen circunstancias físicas o intelectuales que justifiquen tal asignación o distribución del trabajo.
Y es que, a pesar del salto cuantitativo que han dado las mujeres en su incorporación al mundo laboral en las últimas décadas y de que en algunos sectores como en las Administraciones Públicas se haya logrado la paridad, se sigue dando una "segregación horizontal". La presencia femenina se encuentra mayoritariamente representada en determinadas ocupaciones: enfermería y cuidados en la sanidad, la enseñanza, la limpieza, el comercio y la atención al público.
Sin embargo, las mujeres, que frecuentemente obtienen más brillantes expedientes académicos y mejores notas en la Selectividad y en oposiciones y concursos públicos, al iniciar sus estudios se decantan por carreras de Ciencias de la Salud, Humanidades y Ciencias Sociales. De forma, que, a la vista de las estadísticas disponibles, son pocas las que optan por una ingeniería (menos de un 15% de los aspirantes en los procesos de selectividad para estudiar esas carreras son mujeres).
Según estudios publicados, las decisiones que se toman en la edad en la que orientan sus estudios están basadas en mayor o menor medida en estereotipos con los que la persona se identifica, con un desconocimiento enorme, sobre todo, de las profesiones más técnicas.
Por otro lado, aunque el empleo de las mujeres ha aumentado, no ha tenido reflejo alguno en los puestos de dirección, en los que la participación femenina ha permanecido estable en torno al 30%.
La participación de las mujeres en los puestos directivos cae drásticamente a partir de los 35 años. Y las mujeres que no abandonan la carrera directiva después de esa edad no renuncian a la maternidad: los porcentajes de mujeres directivas con hijos menores de 3 años y de 12 años son ligeramente inferiores a los de los hombres directivos.
En las encuestas realizadas aparecen cinco obstáculos principales que limitan más el desarrollo profesional de las mujeres: las obligaciones familiares, la cultura corporativa, los prejuicios de los responsables de recursos humanos, los horarios laborales y la disponibilidad para viajar.
En particular, en los Consejos de Administración en nuestro país las mujeres ocupan el 16% de los puestos en los mismos. Y el porcentaje de presidentas de los Consejos es, tan sólo, del 4% del total. Se ha reducido un 2% con respecto a estudios anteriores.
Es sintomático que, en las compañías lideradas por mujeres, la diversidad del Consejo sea mayor. Cuando una mujer ocupa el cargo de presidenta del mismo o bien sea CEO de la compañía, el número de mujeres en el Consejo de Administración aumenta, con una diferencia de alrededor de un 10% con respecto a las compañías lideradas por hombres.
Finalmente, respecto a la discriminación o “brecha salarial”, según Eurostat, la retribución por hora trabajada de las mujeres españolas es casi de un 19% inferior a la retribución bruta de los hombres (otros organismos apuntan a cifras superiores al 22%). De forma que nuestro país es la sexta economía con mayor brecha salarial de género entre los 28 Estados miembros de la Unión, por encima de la media de la zona euro (16,5% de desfase salarial) y de la propia Unión Europea (16,1%). La realidad, es que hay estudios que señalan que el salario del hombre equivale, nada menos, que al 130% del salario de la mujer.
Además, la crisis ha contribuido a empeorar la situación comparativa de España. La razón, probablemente, se encuentre en que el número de contratos a tiempo parcial es relativamente mucho más numeroso en la mujer (las mujeres contratadas a tiempo parcial ganan un 33,7% menos que los hombres) y, además, se trata de contratos en determinados sectores donde la devaluación salarial ha sido más fuerte con la reforma laboral acometida.
Es evidente que superar todas esas discriminaciones es una ardua y complicada tarea. Pero no se puede limitar a las reclamaciones de los colectivos feministas, sino que es preciso el apoyo justo y solidario del género masculino.
También es imprescindible la intervención de las autoridades que arbitren políticas discriminatorias positivas en favor de la mujer.
Se precisan medidas de impulso que fueron pioneras en la política, donde el éxito de las cuotas ha sido rotundo. Se trata de un tema controvertido para las propias mujeres, pero es indudable que medidas como la aprobada por la Eurocámara el pasado mes de noviembre, fijando el objetivo último de alcanzar en el 2020 una cuota del 40% de mujeres en los Consejos de Administración, van en la buena dirección. 

jueves, 8 de febrero de 2018

SITUACIÓN ECONÓMICA ESPAÑOLA Y MUNDIAL A FEBRERO DE 2018: crece el PIB y las desigualdades y Trump sigue volando puentes.

En el Foro Económico Mundial de Davos se habló de la crisis de Cataluña. Y es que la incertidumbre generada en España aparece en el último informe sobre los “riesgos globales para 2018”.  
El documento señala que “los problemas culturales están causando tensiones políticas”. Algunos de los casos que se citan son los de Polonia, Hungría y España: “la polarización entre grupos con diferentes herencias culturales o valores parece que continuará siendo una fuente de riesgo político en los países occidentales en 2018 y más allá”.  

GLOBAL:

Desde hace tiempo algunos economistas apuntan a una serie de indicadores alternativos al PIB para medir el grado de bienestar material de la población. Se trata de una serie de indicadores relacionados con la equidad y la sostenibilidad.
Pues bien, el Foro de Davos, dónde se reúnen las personalidades políticas y económicas mundiales más relevantes, ha presentado un informe en el que denuncia que «décadas de priorizar el crecimiento económico por encima de la equidad social han conducido a unos niveles históricos de desigualdad de riqueza e ingresos. Los Gobiernos han perdido la oportunidad de entrar en un círculo virtuoso, donde el crecimiento hubiera permitido incluir a más personas sin ejercer presión sobre el medio ambiente o sin que esto implicara una carga para las futuras generaciones».
De forma, que el Foro de Davos ha puesto a sus técnicos a trabajar y ha elaborado, lo que denomina, Índice de Desarrollo Inclusivo (IDI) 2018, de dónde se extraen las anteriores afirmaciones.
El Índice de Desarrollo Inclusivo es una evaluación anual que mide el desempeño de 103 países en 11 áreas de progreso económico distintas del PIB y mide la gestión sostenible de los recursos naturales y financieros basándose en el crecimiento, el desarrollo, la inclusión y la equidad intergeneracional.
Sin duda, dentro del análisis económico el PIB (Producto Interior Bruto que mide la producción total de bienes y servicios obtenida en el interior de la economía) es la variable fundamental. Ahora bien, no refleja en qué medida esta magnitud contribuye al progreso socioeconómico general que se manifiesta en las rentas medias por hogar, las oportunidades de empleo, la seguridad económica y, en definitiva, la calidad de vida. De ahí que sea tan importante analizar cómo está distribuido su valor, que no es otra cosa que la Renta Nacional.
Se desprende, que en los últimos cinco ejercicios las 29 economías avanzadas han bajado su nota en inclusión, que se mide por las rentas medias por hogar, la pobreza y la desigualdad de riqueza e ingresos, a pesar de aumentar su crecimiento y desarrollo por encima del 3%, variables estas que se basan en el PIB per cápita, la productividad laboral, el empleo y la esperanza de vida sana. Por contra, en el mismo periodo tan solo 12 de las 29 economías avanzadas tuvieron éxito a la hora de reducir la pobreza, y solo ocho experimentaron un descenso de la desigualdad de ingresos.
España ocupa el puesto 26 de 30 en materia de inclusión y en los últimos cincos años ha perdido un 6,5% de puntuación en la materia.
Por el contrario, Noruega es la economía avanzada más inclusiva del mundo en 2018.  Junto a Noruega figuran Dinamarca y Suecia, a los que se unen países como Luxemburgo y Suiza. Entre los diez primeros a nivel mundial solo consigue un puesto Australia, el octavo, y Nueva Zelanda, el noveno. De las economías del grupo de los siete países más industrializados del mundo (el G-7), Alemania es la mejor posicionada, seguida de Canadá (17), Francia (18), Reino Unido (21), Estados Unidos (23), Japón (24) e Italia (27).
Por otro lado, el crecimiento económico mundial ha estado impulsado de manera histórica por los bancos centrales de todo el mundo. En el caso del Banco Central Europeo (BCE), lleva ya tiempo comprando bonos tanto públicos como privados. Pues bien, todo apunta a que el cambio en la política monetaria se producirá en 2019.
En 2019 Mario Draghi dejará la presidencia del BCE y, si las previsiones no fallan, todo apunta a que el actual presidente del Banco Central de Alemania, Jeins Weidmann, será el próximo presidente de la institución. Este nombramiento, de confirmarse, es muy significativo ya Weidmann lleva años reclamando a Draghi una normalización de la política monetaria, sobre todo una vez que la economía europea ha recuperado la senda del crecimiento, por lo que el final de 2018 y 2019 podrían ser los años en los que la política monetaria europea pase a ser restrictiva. 
No obstante, algunos analistas    creen que «el final de la compra de bonos de deuda pública por parte del BCE, lo que podría ocurrir en septiembre de este año, será el mayor riesgo para la economía global que se producirá en 2018».

ESTADOS UNIDOS:

Para Trump, “el mejor socio de Estados Unidos es Estados Unidos”. Esta ideología recogida en su peculiar doctrina de “América Primero”, ha marcado la política exterior del presidente. En el último año, ha roto el acuerdo de libre comercio del Pacífico, ha salido del pacto contra el cambio climático y ha puesto en la cuerda floja el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y México.
Mientras tanto, y por el contrario, Europa ha buscado hacer socios donde Trump ha dinamitado puentes. En Davos, Trump trato de matizar sus mensajes, pero en una entrevista ha vuelto a abrir la caja de los truenos: el presidente norteamericano considera que la relación comercial de su país con Europa es “injusta”: con su tradicional estilo vocinglero que le caracteriza, asegura que EE UU “no puede introducir” sus exportaciones en Europa, mientras que los europeos “envían sus productos sin impuestos, con muy pocos impuestos”.
La afirmación es radicalmente falsa, ya que Estados Unidos vende anualmente bienes y servicios a Europa por medio billón de euros. Los aranceles han ido cayendo en las últimas décadas, y sus empresas pagan los mismos impuestos que las europeas: en todo caso, Europa ha demostrado en media docena de casos que las multinacionales norteamericanas han levantado entramados fiscales para evitar pasar por Hacienda.
Todo lo contrario, hay enormes medidas proteccionistas por el lado norteamericano: ocho países europeos llevan más de 10 años esperando permisos para exportar peras y manzanas; el transporte aéreo y marítimo está prácticamente vedado a las empresas europeas, y las importaciones de componentes en sectores estratégicos como el automóvil se gravan con aranceles disuasorios.
Hay un puñado de contenciosos sobre la mesa (las aceitunas españolas, por ejemplo), pero la prueba definitiva que marcará las futuras relaciones entre las dos potencias está por llegar. Trump ha ordenado investigar si las importaciones de acero son una amenaza para la seguridad nacional; Bruselas cree que ese será el barómetro para ver si puede haber una guerra comercial, señalando que “la causa de ese problema no es la Unión Europea, sino la sobrecapacidad de China; y si somos aliados, no podemos ser una amenaza para su seguridad”.
Los grandes enemigos de Trump en la campaña electoral, sobre todo China, ahora se escapan de sus iras que se centran en Europa, especialmente en Alemania, con quien mantiene un desequilibrio de 50.000 millones. Para Trump, la UE es “un vehículo de Berlín”: el apéndice de un país que ha puesto la política comunitaria a su servicio y forzado un euro débil para lograr el mayor superávit del planeta.
El Brexit, el gasto en defensa, la búsqueda de un dólar débil y hasta los nombramientos en la OMC (Organización Mundial del Comercio) han llevado la relación a ese lugar bronco que tanto gusta a Trump.
Hay que esperar para ver: si Estados Unidos pone a Europa en la diana. La Unión Europea, según la propia Comisión Europea “está preparada para reaccionar rápida y adecuadamente, con represalias duras y creativas, pero dentro de lo legal”.
Respecto a los tipos de interés en Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) decidió mantener los tipos de interés, en la última reunión presidida por Janet Yellen, en una banda que se mueve entre el 1,25% y el 1,5%. Pero los mercados tratan de entender qué pasará a partir de que Jerome Powell tome el relevo y tenga que decidir qué medidas adopta para evitar que la economía se recaliente sin amenazar la expansión.
El comunicado que emitió la Fed al final de la reunión es casi idéntico al que se publicó en diciembre, aunque con un tono más confiado. Esta vez no hubo rueda de prensa, ni previsiones económicas, ni proyecciones sobre los tipos de interés. Hasta ahora, la mayoría de los miembros se decanta por tres incrementos. La puerta está abierta para marzo, a la que seguirá otra en junio y una más en septiembre o diciembre si los datos acompañan.
El voto fue unánime. La nota final señala que los riesgos a corto plazo para la economía están "equilibrados". La Fed espera que el crecimiento avance con "solidez" y aunque en este momento no cambia las perspectivas por el efecto de la reforma fiscal, si se indica que va a seguir de cerca la marcha de los indicadores. La inflación está por debajo del 2%, pero la reciente caída del dólar y el alza del petróleo pueden presionar al alza.
Bajo el mandato de cuatro años de Janet Yellen, se crearon 9,7 millones de empleos y se inició el proceso de retirada de estímulos que ella misma diseñó con Ben Bernanke para responder a la crisis financiera de 2008.
Yellen puso especial atención a los puntos más vulnerables del mercado laboral. El éxito de su estrategia dependerá de su sucesor. Powell, que apoyó sin fisuras sus decisiones como gobernador, se comprometió a dar continuidad a la subida gradual de tipos de interés. Pero su gran reto será preservar el equilibrio logrado y el consenso interno.

UNIÓN EUROPEA:

Europa sigue creciendo a las mayores tasas en una década y deja atrás a los anglosajones: la zona euro cerró 2017 con un crecimiento del 2,5% y el PIB trimestral avanzando a tasas del 0,6%. Ni las amenazas proteccionistas de Donald Trump en Estados Unidos, ni el Brexit han hecho mella en Europa; más bien al contrario. Según Eurostat la agencia estadística de la UE, La zona euro crece por encima de EE UU y el Reino Unido.
El año 2018 ha comenzado con las mismas amenazas del 2017. Ahora bien, ni los riesgos internos (las amenazas populistas), ni los externos (la debilidad del dólar y los potenciales conflictos geopolíticos) han conseguido que el crecimiento pierda fuerza. Los índices de confianza están en máximos.
Los viejos problemas siguen ahí (Grecia y los acreedores deben discutir las medidas de alivio de la deuda), pero todo es más fácil: Francia crece al mayor ritmo desde 2011, España sigue fuerte y la crisis de deuda soberana parece un mal sueño de hace cinco años.
Está creciendo la economía europea al mayor ritmo en 12 años y, sin embargo, no suben los precios. Además, Mario Draghi ha alertado de los efectos negativos de la revalorización del euro, que achaca a las declaraciones de las altas esferas en Washington (en particular al nuevo secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin).
Esa apreciación del euro implica menos exportaciones, más dificultades para crecer y, sobre todo, condiciones financieras y monetarias más duras.
No obstante, aseguró que no habrá subidas de tipos de interés al menos hasta 2019. Sugirió que el final de las compras de bonos (el QE, por sus siglas en inglés) será gradual. Y aun así el euro siguió subiendo y superó los 1,25 dólares por unidad por primera vez desde diciembre de 2014, con un aumento diario del 0,7% (excepcional para el mercado de tipo de cambio).
Draghi ha aludido al acuerdo alcanzado en la última reunión en Washington, del pasado mes de octubre del Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, por sus siglas en inglés), dónde Estados Unidos se comprometió a no realizar depreciaciones de su moneda con un ánimo competitivo. De forma que Draghi ha sugerido que las declaraciones de Mnuchin, Secretario del Tesoro de los Estados Unido, diciendo en Davos que un dólar débil facilita la corrección de los desequilibrios estadounidenses, incumple el espíritu del citado acuerdo.
Tras estas declaraciones de Mnuchin, la moneda única se apreció.  "El uso del lenguaje", remarcó Draghi hasta en tres ocasiones, "no es lo que habíamos acordado", y la apreciación del euro se convierte así en una fuente de incertidumbre, aunque los riesgos sobre la eurozona "están equilibrados".
El presidente del BCE ha asegurado que "ve muy pocas opciones" de subir los tipos de interés a lo largo de este año, y ha señalizado las primeras subidas una vez se acaben las compras de activos, más allá de septiembre de 2019.
Draghi es muy precavido, por lo que en contra de lo que piden algunos miembros del BCE que abogan por finalizar ya las medidas excepcionales de liquidez, ha señalado que aún no se ha discutido si habrá un final durante septiembre del año próximo, o por el contrario, una nueva prolongación del programa del QE si la situación económica empeorase.
El Banco Central Europeo ha mantenido intactos los tipos de interés en la eurozona, aún en sus mínimos históricos. Ha señalado en su comunicado que "los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación, la facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito se mantienen sin variación en el 0,00%, el 0,25% y el -0,40% respectivamente".
No hay intención de cambiarlos a largo plazo: "el Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos".
De la misma forma, el Consejo de Gobierno del BCE ha confirmado que “las compras netas de activos, al nuevo ritmo de 30.000 millones de euros mensuales, continúen hasta el final de septiembre de 2018 o hasta una fecha posterior si fuera necesario. El calendario será así hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación. Si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activos".
La novedad, ahora, se centra en los altos niveles del euro frente al dólar. El euro fuerte con respecto al dólar muestra la sólida recuperación de la eurozona. Pero encarece las exportaciones. Tensiona las condiciones financieras y monetarias. Y no ayuda a que la inflación vuelva a acercarse al deseado "cerca, pero por debajo del 2% a largo plazo".  
Como en otras ocasiones he citado, “vivir para ver”: de la necesidad de contener los precios hemos pasado a la necesidad de que suban sin sobrepasar el 2%.

ESPAÑA:

Respecto a los resultados de la EPA (Encuesta de Población Activa) del cuarto trimestre del año pasado que elabora el INE, hay que señalar que en el año 2017 se crearon casi medio millón de empleos. Es el cuarto año consecutivo. Y queda el número total de ocupados en los 18,9 millones, un 2,6% más que el año anterior. Desde que el mercado laboral tocó suelo a comienzos de 2014 se han creado algo más de dos millones de empleos, en concreto 2,047 millones.
Ahora bien, este ritmo de creación de puestos de trabajo no ha sido suficiente para volver a los niveles de ocupación anteriores a la crisis. Aún faltan 1,75 millones de empleos para volver al máximo tocado en verano de 2007.
Según la EPA, la tasa de paro acabó el año pasado en el 16,5%, una de las más altas de Europa, y el número total de desempleados sigue en 3,7 millones. Además, el número de hogares en el que ninguno de sus miembros tiene trabajo, son alrededor de 1,20 millones. De ese colectivo, 585.000 carecen de ingresos.
Si nos atenemos a la otra estadística, la del Paro Registrado, enero es tradicionalmente un mes malo para el empleo por el final de la campaña de Navidad. El pasado enero no fue una excepción: según la estadística de registro de parados en las Oficinas de Empleo difundidas por el Ministerio de Empleo, el paro creció en 63.747 personas y la afiliación cayó en 178.170 cotizantes. En total, el número de parados a finales de enero ascendía a 3.476.528 personas.
En todo caso, la mayoría de los analistas señalan un buen arranque de año.
No obstante, para realizar un análisis más acertado del mercado laboral hay que referirse a la afiliación a la Seguridad Social. El número total de cotizantes ascendió a finales de enero a 18.282.031, lo que supone un incremento del 3,44% respecto al mismo mes del año anterior. En los últimos 12 meses el sistema ha sumado 607.856 afiliados, el mejor dato en un mes de enero desde 2007.
La comparación respecto a diciembre muestra que el número de afiliados descendió en 178.170 cotizantes, un 0.97% menos que 30 días antes.
El sector que mejor recoge los vaivenes de las cifras es el de servicios que engloba al comercio y la hostelería, los dos grandes ámbitos más afectados por las campañas de Navidad y las rebajas. Precisamente los afiliados en el sector de la hostelería se redujeron en 38.102 personas, un 3,26% menos que en diciembre. Y lo cotizantes inscritos en el sector del comercio bajaron en 37.411 personas, lo que supone un descenso del 1,55% respecto al mes anterior.
Otro de los termómetros que permiten medir el estado del mercado laboral es la contratación: el pasado enero se firmaron 1.749.911 contratos, lo que supone un alza del 7,12% respecto al mismo mes del año pasado. Según la ministra Báñes, "se trata de la cifra más alta de contrataciones registrada en un mes de enero de toda la serie histórica".  
Lo peor de todo, es que, de cada diez contratos realizados, nueve son temporales. Del total de contratos, tan sólo han sido indefinidos casi 172.953.
En otro orden, por lo que respecta a los precios, en enero han subido menos, sobre todo debido al menor coste de la electricidad en comparación con un año antes. De forma que el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió en el primer mes de 2018 un 0,5% interanual.
Supone un repentino frenazo en comparación con los meses anteriores. En concreto, en diciembre, creció el 1,1% y en noviembre, el 1,7%. Y si lo comparamos con el habido en enero del año pasado, la desaceleración es más fuerte: en enero de 2017 el IPC se disparó el 3%, ante un repunte del coste de la electricidad en plena ola de frío que llevó el precio del kilovatio a su máximo histórico.
Según la nota facilitada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), "la inflación anual estimada del IPC en enero de 2018 es del 0,5%, de acuerdo con el indicador adelantado elaborado por el INE. Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría la disminución de seis décimas en su tasa anual, ya que en el mes de diciembre esta variación fue del 1,1%. En este comportamiento destaca la bajada de los precios de la electricidad frente a la subida que experimentaron en 2017".
Esta pequeña subida de precios durante el pasado enero, de solo medio punto, es la menor que registra el IPC desde septiembre de 2016, cuando avanzó el 0,2%. Llega, además, después de una senda de subidas continuadas: durante la mayor parte de 2016 el IPC marcó tasas negativas (la más pronunciada fue la de abril, en el -1,1%). Pero durante 2017 se produjo un acelerón, vinculado al coste de la energía, y los precios crecieron más del 1% cada mes todo el año. El 2018, sin embargo, arranca a un ritmo bien distinto.
Hasta que no se publiquen los detalles del IPC de enero, no se pueden ver si hay otras partidas específicas que suban o bajen con mucha relevancia. Lo que está claro es que la partida de energía es más barata que en enero 2017, porque en aquel momento se produjo un repunte récord que llevó al IPC a su mayor subida en cinco años.
Por otro lado, la gran ventaja para la economía española del periodo prolongado de crudo barato que hemos disfrutado –quizá el origen y motor más importante de la reactivación de la economía española en los últimos años- se ha agotado.
La estrategia de los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), en sintonía con Rusia, de limitar la producción para intentar disparar los precios ha tenido éxito en los últimos meses: el barril de Brent, de referencia en Europa, se sitúa en el entorno de los 70 dólares (el precio más elevado en tres años), y se ha revalorizado un 30% en el último año.
Dada la enorme dependencia energética de la economía española, -importamos el 99% de los hidrocarburos que consumimos- la situación es muy perjudicial.
Los Presupuestos del Estado se elaboraron bajo un escenario en el que el valor del crudo petrolífero no superaba los 50 dólares por barril. Las últimas previsiones del Gobierno sobre las cuentas públicas, remitidas a Bruselas en octubre, se cimentaban sobre una previsión de 54,8 dólares.
El encarecimiento de la energía se traducirá también en unos mayores costes de producción en la industria y en los servicios, lo que erosionará la mayor competitividad que la economía española conseguida en los últimos años.
Además, como el transporte por carretera en España es el medio mayoritario para la distribución, es especialmente dañina la subida. El turismo, igualmente, puede verse afectado por la subida de los combustibles para la aviación.
La mejora en la balanza de mercancías o comercial también está en peligro. El déficit energético ya sumó en los nueve primeros meses del año pasado 16.005 millones (un 33% más que el año anterior). La factura se encarecería aún más si los nuevos precios del crudo se mantienen, aunque la fortaleza del euro frente al dólar podría reducir el impacto en las importaciones (menos euros por cada dólar de factura del petróleo).
Por lo que respecta al turismo, ha proseguido su crecimiento, con lo que llevamos ya cinco años con “récord sobre récord”. En 2017, más de 82 millones de extranjeros visitaron nuestro país, lo que supone un incremento del 8,9% respecto al 2016, según la estimación de cierre del año elaborada por el Ministerio de Energía y Turismo.
La economía española superará por primera vez a Estados Unidos. Se convertirá así en el segundo país del mundo en número de llegada de turistas, solo por detrás de Francia. Desde 2012, el número de visitantes ha aumentado en casi 30 millones.
Y lo que es mejor, también ha crecido hasta cotas máximas el gasto de estos visitantes extranjeros. El gasto total ha ascendido a 87.000 millones de euros (un incremento del 12,4% respecto al año anterior). En concreto el desembolso medio por turista ascendió a 1.061 euros por persona (un 3,1%).
Otro indicador positivo, al que los expertos del sector prestan mucha atención, es al gasto por turista y día. Este ascendió a una media de 137 euros, un 4,4% más respecto de la cantidad de 2016.
El análisis por mercados emisores vuelve a mostrar que, a pesar del Brexit, los británicos siguen siendo los que más visitan España. Según fuentes oficiales, durante los 11 primeros meses de 2017, se llegó a los 18 millones de turistas británicos, un 7% más que en el mismo periodo del año anterior.
A continuación, se sitúa Alemania, con 11,4 millones de turistas, que se dejaron 11.693 millones. Si el desembolso agregado de los británicos supera a los alemanes, es por su mayor volumen, ya que el gasto medio de cada visitante alemán (1.038 euros) supera en 127 euros al procedente de Reino Unido (911 euros). El tercer país emisor de turistas ha sido Francia, de donde nos llegaron 6,7 millones de personas.

MERCADOS:

El Ibex 35 ha cerrado enero con una subida del 0,22% en 10.451 puntos, sin conseguir alcanzar el umbral de los 10.500 puntos. La bolsa española termina el primer mes del 2018 con un aumento acumulado del 4,06%. A finales de mes han presentado resultados, entre otros, el Santander y ArcelorMittal.  Los grandes valores han cerrado con signo mixto: Santander ha subido un 0,88 %, Repsol ha avanzado un 0,17%, Iberdrola ha registrado un alza del 0,12% y BBVA una subida del 0,07%, mientras que Telefónica ha bajado un 1,09% e Inditex se ha dejado un 0,62%.
En el resto de plazas bursátiles del viejo continente, Londres ha cedido un 0,72% y Fráncfort un 0,06%. En cambio, París y Milán han subido un 0,15% y un 0,11%, respectivamente.

EMPRESAS:

El Corte Inglés ha adoptado nuevas decisiones financieras. El gigante comercial, que ya obtuvo en 2013  un crédito sindicado de 4.909 millones de euros dentro de un proceso de reestructuración de su deuda, ha cerrado un nuevo acuerdo con parte de su banca acreedora por el cual refinancia 3.650 millones de su pasivo mejorando sus plazos y coste. En esa cantidad está incluido un nuevo préstamo para sustituir los 1.315 millones de euros en pagarés que el grupo tenía colocados entre sus 91.690 empleados.
En concreto, el acuerdo alcanzado con el Santander, Bank of America Merrill Lynch y Goldman Sachs incluye un préstamo-puente de 1.200 millones de euros, a un plazo de doce meses y con dos opciones de extensión, hasta un vencimiento máximo de dos años; un préstamo de 1.450 millones de euros, a un plazo de cinco años; y una línea de crédito de hasta 1.000 millones de euros, a un plazo de cinco años.
Aunque inicialmente solo se ha firmado con esas tres entidades, El Corte Inglés espera que estos tres bancos sindiquen esa nueva financiación entre el resto de bancos nacionales y extranjeros acreedores, entre los que están BBVA, Caixabank y Bankia.

«El acuerdo asegura una financiación estable, con menor coste, mayores plazos y eliminando garantías», ha valorado la dirección de la empresa en un comunicado sobre el nuevo contrato de financiación, negociado por el consejero delegado de la firma, Jesús Nuño de la Rosa. Esos fondos, según ha informado la compañía presidida por Dimas Gimeno, servirán para reemplazar el citado crédito sindicado firmado en 2013, del cual el saldo pendiente de amortizar es de 2.153 millones, y para reordenar ese programa de pagarés a los empleados, de los que quedan vivos 1.315 millones de euros.

jueves, 1 de febrero de 2018

SITUACIÓN ECONÓMICA A ENERO 2018: es preciso mantener bajos tipos de interés.

A la mayoría de las economías avanzadas les va bien gracias a unos tipos de interés históricamente muy bajos. Nuestras economías necesitan esos tipos de interés tan bajos para aproximarnos a lo que se entiende económicamente pleno empleo (una situación en la que tasa de paro se sitúa próxima al 5%).
Por esa razón, “normalizar” los tipos subiéndolos a niveles históricos sería un error terrible que podría dar lugar a una recesión.

GLOBAL:

Según un Informe de Naciones Unidas, desde la crisis financiera mundial iniciada en el año 2008, pasando por la crisis de la deuda soberana europea de 2010, hasta los reajustes de los precios mundiales de los productos básicos de los años 2014 a 2016, la realidad es que la economía mundial se ha fortalecido, concediendo así un mayor margen de maniobra para reorientar las políticas hacia cuestiones de más largo plazo en temas relacionados con la economía social y ambiental del desarrollo sostenible.
Estima la institución que en el pasado 2017 el crecimiento económico mundial ha alcanzado el 3,0%, porcentaje que representa una fuerte aceleración frente al exiguo 2,4% de 2016, y que constituye la mayor tasa de crecimiento mundial registrada desde el año 2011.
Los indicadores del mercado laboral siguen mejorando en un amplio abanico de países, y alrededor de dos tercios de las economías mundiales han crecido más en 2017 que en el año anterior. A escala mundial, se espera que en 2018 y 2019 el crecimiento se mantenga estable en el 3,0%.
No obstante, se señala que a pesar de que muchas de las debilidades derivadas de la crisis financiera mundial son menos acuciantes, sobre el horizonte se ciernen algunas incertidumbres y riesgos. La elevada incertidumbre política sigue ensombreciendo las perspectivas de las metas relativas al comercio mundial, la asistencia para el desarrollo, las migraciones y el clima, y podría retrasar el repunte más amplio de la inversión y la productividad a escala mundial.
Las crecientes tensiones geopolíticas podrían agudizar la tendencia hacia políticas económicas más unilaterales y aislacionistas. Asimismo, el prolongado período de abundante liquidez y bajo costo de endeudamiento ha contribuido a un incremento adicional del endeudamiento mundial y al alza de los desequilibrios financieros, y también está vinculado a los actuales precios de los activos, que son elevados y sugieren una infravaloración del riesgo.
Muchas economías en desarrollo, en especial aquellas cuyos mercados de capitales son más abiertos, siguen siendo vulnerables al aumento repentino de la aversión al riesgo, el endurecimiento desordenado de las condiciones de liquidez a nivel mundial y la salida inesperada de capital. La normalización de las políticas monetarias de las economías desarrolladas podría provocar dicha situación. En la actualidad, los bancos centrales de las economías desarrolladas operan en un terreno prácticamente desconocido, pues carecen de precedentes históricos que les sirvan de guía. En esa situación, todo ajuste de los mercados financieros es menos previsible que en anteriores períodos de recuperación y multiplica los riesgos asociados a los errores de las decisiones que se puedan adoptar.

ESTADOS UNIDOS:

La Reserva Federal de Estados Unidos, de nuevo, ha incrementado las tasas de interés. La subida, de un cuarto de punto, ha situado al precio del dinero en la economía estadounidense dentro de una banda del 1,25% y el 1,5%.
El banco central estadounidense también ha confirmado su plan para seguir adelante con la reducción gradual de la cartera de títulos de deuda que tiene en su balance.
Los cuatro años del mandato de Yellen se caracterizaron por su deseo de mantener los tipos muy bajos el mayor tiempo posible. De esta forma, se ha pretendido impulsar a una economía que crecía por debajo de su PIB potencial. No obstante, la presidenta Yellen también entendió que la laxitud tenía riesgos si se mantenía demasiado tiempo, y por eso activó hace dos años el proceso de subidas en las tasas de interés.
Se ha sabido que hubo algún disidente en el Comité de la Fed, al decidir este tercer alza de tipos de 2017. Los analistas ven posible tres incrementos más en 2018. Es una progresión que, en todo caso, está en el aire.
Por otro lado, respecto a la reforma fiscal del presidente Trup, Yellen ha señalado que impacto es "incierto". La Reserva Federal estima para 2018 un crecimiento del 2,5%. La tasa de paro bajará al 3,9% el año próximo.
Según la presidente saliente Yellen, en este momento no se vislumbran riesgos de recalentamiento de la economía (inflación). Todo lo contrario, la baja inflación en este momento, es el principal problema para los grandes bancos centrales. Los precios subieron cuatro décimas en noviembre. La tasa anual es del 2,2%. La expansión y un mercado laboral en situación de pleno empleo no están, sin embargo, dando el impulso esperado. Descontando energía y alimentos, la subyacente (la que excluye los componentes más volátiles, alimentos frescos y energía) es del 1,7%, su nivel más bajo en tres años.
La inflación lleva cinco años y medio por debajo del nivel de referencia del 2%. Hay miembros de la Reserva Federal que temen por eso que los factores que mantienen baja la inflación sean permanentes, por el efecto combinado del fenómeno de la globalización y el comercio electrónico (situación que se aprecia en la caída de precios como el de la ropa).
Respecto a los posibles cambios en la Reserva Federal, señalar que van a permitir al presidente Donald Trump nombrar para esa institución a determinados personajes que se ajustan más a su visión económica y, desde luego, favorables a la desregulación financiera que propone.
La realidad, es que Janet Yellen deja su cargo del banco central estadounidense con una política monetaria bien encauzada, con el crecimiento económico ganando cuerpo, el paro bajo, sin riesgos inflacionistas, y sin amenazas al sistema financiero. Ese es el legado de la primera mujer que ha presidido el banco central más poderoso del mundo.

EUROZONA:

Según Mario Draghi la recuperación es cada vez más sólida, la inflación se acerca lentamente al objetivo, los indicadores de confianza mejoran y, sin embargo, está decidido a mantener el extraordinario nivel de estímulos monetarios, con tipos de interés muy bajos y un multimillonario programa de compras de activos (QE, por sus siglas en inglés).
No obstante, el Banco Central Europeo ha anunciado la mejora "sustancial" de sus previsiones: la economía del euro crecerá el 2,4% este año (el mayor aumento en una década, incluso superior que el de Estados Unidos). El ritmo de crecimiento económico se mantendrá en el 2,3% en el recién iniciado 2018 y bajará al 1,9% en 2019.
Los precios también han aumentado levemente: cerrará este año 2017 en el 1,5%, y repuntará hasta el 1,7% en 2020.
Por otro lado, el mercado laboral mejora, pero, según Draghi “los salarios están tardando más que en otras recuperaciones en responder a la mejoría del mercado de trabajo". Por esta razón el presidente del BCE lleva meses solicitando subidas de sueldos.
Draghi ha recordado que "el mandato del BCE no es el crecimiento ni el empleo: es la inflación. Y aún no se ven tasas de inflación que se acerquen al objetivo, aunque por debajo, del 2%". Esto significa que los tipos de interés no van a subir, ni tampoco se va a acelerar la retirada de las medidas de expansión cuantitativa (QE). De esta forma se está resistiendo a levantar el pie del acelerador. Las subidas de tipos de interés no llegarán al menos hasta septiembre de 2018. Y el BCE rebajará desde enero hasta septiembre del año próximo las compras mensuales de activos, de 60.000 a 30.000 millones mensuales, pero deja la puerta abierta a seguir con ese volumen más allá de septiembre o a volver a elevarlo incluso "si la inflación o las perspectivas de estabilidad financiera empeoran".
Y es que, a distancia de la autocomplacencia de algunos líderes políticos europeos, el BCE “ve el vaso medio lleno”, no dejándose llevar por un optimismo excesivo.
Draghi ha reclamado reformar la eurozona, y ha recomendado a los países del euro que aprovechen la recuperación para "reconstruir los colchones fiscales", particularmente a los países con deuda pública más elevada. Pero de momento, el BCE no ve el momento de desandar el camino de las medidas extraordinarias, a pesar de que Estados Unidos acaba de subir (una vez más) los tipos de interés y hace tiempo que retiró el QE. "No hay cambio de lenguaje ni de intenciones", ha resumido Draghi, que justifica la diferencia entre la política monetaria estadounidense y la europea por el hecho de que la recuperación "está en un estadio más avanzado" al otro lado del Atlántico.
Decía Keynes que los tipos de interés son la medida del miedo de los banqueros centrales. En Europa siguen en negativo, por lo que habría que inferir que, a pesar de los mensajes de Berlin, Draghi aún no lo tiene claro.
Por otro lado, la calificación de las Agencias de las economías europeas no termina de dar por finalizada la crisis. Una década después del inicio de las turbulencias y tras cinco años de crecimiento en la eurozona, el panorama es no se ha despejado: la economía española está a siete u ocho escalones de la máxima nota que disfrutó hasta 2009. Según Moody´s, ese nivel aún tardará en llegar: “no vemos que en el futuro próximo los ratings de la zona euro vayan a recuperar los niveles precrisis”.
Mientras Alemania mantuvo la calificación de sus títulos en la apreciada triple A, las economías más afectadas tardarán muchos años en recuperar lo perdido. El caso más espectacular es el de Grecia, que lleva ocho años instalado en el nivel de bono basura, y está aún muy lejos de volver a tener una calificación aceptable.
Las tres grandes agencias (Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch) ofrecen un historial con ciertos matices diferenciadores, pero que en lo fundamental no se alejan demasiado. La primera arrebató a España el rating máximo a principios de 2009, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero empezaba a admitir la existencia de una crisis que hasta entonces había minimizado. Las otras dos agencias tardaron solo un año en tomar una decisión similar. Desde el primer resbalón de la deuda española, en solo cuatro años descendió ocho o nueve peldaños, y frente a esta caída desde 2013, el momento más bajo en las calificaciones, España solo ha recuperado uno o dos escalones. Una tendencia similar ha seguido Portugal.
Irlanda, sin embargo, ha escalado cinco puestos desde el nivel de bono basura que tuvo hasta 2013.
Y, ¿cuál es la razón para que, frente al crecimiento económico, las calificaciones otorgadas por las agencias, no hayan mejorado?  Según la agencia Moody´s, los datos básicos de la calidad de la deuda de estos países son mucho peores que antes de la crisis: “los Gobiernos están mucho más endeudados, el peso del desempleo persiste y las fragilidades institucionales han quedado a la vista y, en algunos casos, no han sido resueltas.

ESPAÑA:

Según el Banco de España, durante el último trimestre del pasado año, la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto español mantuvo un ritmo similar al del tercer trimestre del año, situándose en el 0,8%, gracias al buen comportamiento de las exportaciones que han contrarrestado los efectos adversos derivados del aumento de la incertidumbre relacionado con la situación política en Cataluña,
El impacto negativo de la incertidumbre derivada de esa situación, se habría manifestado sobre todo en el gasto privado interno y en las exportaciones turísticas.
En términos de empleo, creció un 3,2% en el cuarto trimestre, su mayor nivel desde el primer trimestre de 2016.
A medio plazo, el Banco de España espera una continuación de la fase expansiva, favorecida por los avances observados en el proceso de reconducción de los desequilibrios de la economía, si bien se prevé que el crecimiento del PIB pierda cierta intensidad en los próximos años.
En concreto, estima un avance del PIB del 2,4% en 2018 y del 2,1% tanto en 2019 como en 2020.
Por lo que respecta a la evolución de los precios, según el INE, el IPC se situó en el pasado diciembre en el 1,2%, cinco décimas menos que en el mes de noviembre.
La subida se debe al incremento del precio de la gasolina y el gasóleo (aunque menor que la de hace doce meses).
La tasa de aumento de los precios, la más baja del año, implica una pérdida de poder adquisitivo para los funcionarios y los pensionistas. Estos últimos pierden casi un punto de poder de compra, dado que la subida de las pensiones fue este año del 0,25%, el mínimo que marca la ley aprobada por este Gobierno. Los funcionarios, por su parte, también pierden, puesto que sus sueldos subieron un 1%. Si en vez de tomar el dato interanual, que es el que se usa habitualmente como referencia para pensiones y salarios (y también el que emplea el INE para la actualización de rentas), se toma la media anual, cercana al 2%, la pérdida de poder de compra es mayor.
Los pensionistas son los que salen peor parados, unidos a los funcionarios (un grupo en total de más de 12 millones de personas), son hoy un poco más pobres que a comienzos del año pasado.
Las pensiones durante 2017 continuaron prácticamente congeladas. En enro de 2017, a los pensionistas se les aplicó por cuarto año consecutivo la subida automática del 0,25%. Es lo que marca la fórmula de revalorización introducida en la última reforma de pensiones, que tiene en cuenta la situación financiera de la Seguridad Social, y esta lleva en números rojos desde 2012. La fórmula establece una subida mínima del 0,25% y un techo máximo del IPC más un 0,50%.
Pues bien, el Consejo de Ministros ha aprobado una nueva subida del 0,25% para 2018 (la quinta llevada a cabo).
Así, teniendo en cuenta que la inflación, a falta de que el INE confirme el dato a mediados de enero, llega a diciembre en el 1,2%, la pérdida de poder de compra de los pensionistas es de 0,95 puntos porcentuales.
Por lo que respecta al desempleo, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo INEM) se situó al finalizar diciembre del 2017 en 3,41 millones de personas, tras bajar en 290.193 desempleados en el conjunto del año (-7,84%), lo que representa su quinto descenso anual consecutivo, aunque por debajo del descenso registrado en el 2015 y el 2016.  
En concreto, el volumen total de parados en España alcanzó al cierre del 2017 la cifra de 3.412.781 desempleados y se sitúa en el nivel más bajo de los últimos ocho años en un mes de diciembre.
A esa cifra de 3,41 millones de desempleados con la que se cerró el año se ha llegado después de que el paro experimentara una caída de 61.500 desempleados en diciembre, un mes caracterizado por las contrataciones en la campaña de Navidad.
El desempleo entre los menores de 25 años bajó en el 2017 en 14.128 personas, lo que supone una caída del 9,37% que se sitúa por encima de la media, aunque la mayor parte de ese descenso se produjo en el mes de diciembre (10.148 personas).
Por sectores económicos, el descenso del paro anual se concentró en el sector servicios (153.252 personas), seguido de la construcción (61.742 personas), la industria (39.008 personas), el colectivo sin empleo anterior (21.927 personas) y la agricultura (14.264 personas).
Por comunidades autónomas, los mayores descensos absolutos fueron para Andalucía (57.713 personas), Catalunya (35.627) y Madrid (35.401), si bien en términos relativos las mayores caídas anuales se dieron en la ciudad autónoma de Melilla (14,94 %), en Cantabria (12,52 %), Aragón (11,54 %), Navarra (10,77 %) y Galicia (10,15 %).
El número de contratos celebrados durante 2017 ascendió a 21.501.303, de los que nueve de cada diez (19,57 millones fueron temporales con una fortísima rotación o duración muy reducida) y sólo 1,9 millones fueron indefinidos.
La Seguridad Social cerró el año 2017 con un aumento medio de 611.146 afiliados (+3,42%), la cifra más alta desde 2005.
El mes de diciembre está influenciado por la campaña de Navidad y el paréntesis natural en actividades como la industria o la construcción, y en este año, especialmente, por la meteorología, según ha informado el Ministerio de Empleo, que ha destacado que la Seguridad Social ha finalizado 2017 con el mejor dato interanual de creación de empleo de la serie histórica.
La ganancia de cotizantes en 2017 es la más elevada desde el año 2005, cuando el sistema sumó 975.962 nuevos afiliados, y es la cuarta subida anual consecutiva tras la de 2014 (+417.574 cotizantes).
En otro orden, hay que resaltar que el año 2017 ha sido el que España ha recibido más turistas extranjeros de toda su historia. En el mes de noviembre, 4,4 millones de turistas internacionales visitaron el país, con lo que la cifra acumulada en los once primeros meses del año asciende a 77,8 millones. A falta del dato de diciembre, ya son 2,5 millones más que en todo 2016, cuando se consiguió un máximo histórico de 75,3 millones.
Todo apunta a que 2017, octavo año consecutivo de crecimiento, cerrará holgadamente por encima de los 80 millones de visitantes, solo superada en el mundo por Francia.
Según la encuesta de movimientos turísticos en fronteras (Frontur), publicada por el INE, los 4,4 millones de turistas internacionales que viajaron a España en noviembre suponen un 7,4% más que en el mismo mes de 2016, mientras que el acumulado en los 11 primeros meses es un 9,1% superior al mismo periodo del año pasado.
Solo Francia, que espera recibir hasta 89 millones de turistas en 2017, supera a España en Europa y, probablemente, en el mundo. Estados Unidos, que el año pasado fue visitado por 75,6 millones, disputa a España el segundo puesto mundial y hasta junio registra una caída de visitantes del 3,9%.
La afluencia turística a España, beneficiada en los últimos años por problemas de seguridad en otros destinos mediterráneos competidores, como Túnez, Turquía o Egipto, traerá también un récord de gasto turístico. Ya en octubre, último dato publicado, se alcanzaron los 77.600 millones de euros, por encima de los 77.400 del año pasado completo, y el desembolso de los turistas crecía a un ritmo del 13%.
En noviembre, Canarias fue el destino más concurrido, con 1,24 millones de turistas, un 6,7% más que hace un año, y el 28,2% del total de extranjeros que vinieron a España. En el acumulado del año, ya suma casi 13 millones de visitantes.
En los 11 primeros meses, no obstante, Cataluña es la comunidad más visitada, con 18,2 millones de viajeros, el 23,4% del total nacional. Pese a las caídas de octubre (-4,7%) y noviembre (-2,3%), aún está por encima de las cifras acumuladas en los once primeros meses de 2016. Por detrás de Cataluña, las comunidades más visitadas en lo que va de año son Baleares (13,7 millones de turistas), Canarias (12,9 millones) y Andalucía (11 millones).
Por otro lado, en relación al déficit público, el ministro Montoro ha anunciado que el déficit de todas las administraciones públicas cerró el tercer trimestre del año en el 1,5% del PIB, lo que supone 1,3 puntos menos que al final del mismo trimestre de hace un año, cuando se situaba en el 2,88% del PIB.
El Ministro ha asegurado que España tiene "al alcance" el objetivo de déficit del 3,1%, por lo que va a abandonar "muy pronto" el procedimiento de déficit excesivo en el que lleva inmersa desde 2009.
Finalmente señalar, que han llegado a un acuerdo Gobierno, Patronal y Sindicatos respecto a elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta el 20% en tres años, siempre y cuando el país mantenga el ritmo de crecimiento y generación de empleo actual.
El acuerdo alcanzado contempla una subida escalonada del salario hasta situarse en 736 euros mensuales en 2018, 773 euros en 2019 y 850 euros en el año 2020.
El aumento sólo tendrá lugar si el PIB nacional sigue creciendo a un ritmo del 2,5% y se crean 450.000 empleos por ejercicio. 
También se detalla en el acuerdo, que la subida no se aplicará a los convenios colectivos que tengan el SMI como referencia para evitar "distorsiones económicas" dada la cuantía de las subidas.

MERCADOS:

El año 2017 ha sido un buen año para las bolsas a nivel mundial. Entre las bolsas europeas, la griega ha sido la líder con un 24,66% (un 8,40% en diciembre), aunque sigue todavía a niveles muy alejados de los de otros años.
El IBEX 35, que ha perdido otro 1,64% en diciembre, ha cerrado el año con un +7,40% cuando ha llegado a estar por encima del 13%.
De las compañías del selectivo español destaca Cellnex, filial de Abertis especializada en telecomunicaciones, con un +56,90%; le sigue IAG (la antigua Iberia) con poco más del +46% y, precisamente, Abertis (aupada por el proceso de OPA en el que está inmersa). En el lado opuesto encontramos Técnicas Reunidas que ha perdido casi un 30% de su valor, seguida por Siemens Gamesa con un -28,58%. Ya más alejada está Mediaset con un -12,50%.
De las “tres grandes” solo ha perdido valor Telefónica, un 3,76%; mientras que los bancos BBVA y Santander se han anotado un 15,75 y un 16,50% respectivamente. Y la única balear cotizada, Meliá, ha acabado el año con una revalorización del 4,85%.
En el resto de Europa, el DAX ha cerrado cerca de sus máximos históricos a pesar de perder este mes un 0,82%, pero sumar durante el año un 12,51%, mientras el CAC francés ha ganado un 9,26%, el FTSE británico un 7,63%, el MIB italiano un 13,61% y el el EuroStoxx 50, con 5 españolas entre sus 50 componentes, un 6,49%.
Las bolsas norteamericanas han seguido con su excelente tendencia, anotándose un 28,24% el tecnológico Nasdaq, y un 19,42% el S&P. Similar ha sido la revalorización del Nikkei con un 19,10%. Hay que tener en cuenta que a ambos países se les ha debilitado su divisa. Los emergentes también han sido muy rentables, especialmente el Hang Seng de Hong Kong (+35,99%) y el Bovespa brasileño (+26,86%).
En este sentido, las empresas españolas cotizadas en Bolsa repartieron entre sus accionistas 24.271 millones de euros en dividendos entre enero y noviembre, un 1,84% menos que en el mismo periodo del año anterior, según datos del Informe de Mercado 2017 de Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Se trata del tercer año consecutivo en el que caen las retribuciones por acción. Saeta Yield y Endesa son las cotizadas con mayor rentabilidad por dividendo (es decir, teniendo en cuenta retribución del accionista en relación con el precio de la acción), ambas por encima del 7%.
De media, la rentabilidad por dividendo en la Bolsa española se sitúa en el 4,1% hasta noviembre del año pasado, según los datos del ponderador estadounidense de fondos de capital inversión MSCI. Así, se mantiene en las primeras posiciones entre los mercados bursátiles desarrollados, con más de diez años con rentabilidades por dividendos por encima del 4%.
En total han sido 117 las empresas cotizadas en la Bolsa española que han retribuido a los accionistas en 2017. La mayoría lo han hecho con subidas, excepto 11 compañías que lo bajan frente a 2016. Así, del Ibex 35 Endesa es la empresa que ofrece más rentabilidad con un 7,09%, con un dividendo de 1,33 euros por acción. Le sigue Telefónica con un 6,27% (0,54 euros por acción) y Técnicas Reunidas con una rentabilidad del 5,88%, con 1,39 euros de dividendo por acción.
En relación al mercado de crudo petrolífero, el precio del barril de petróleo de calidad Brent, de referencia para Europa, ha superado los 68 dólares, algo que no sucedía desde la primavera de 2015, en un contexto marcado por la incertidumbre por la situación en Irán.
En concreto, a principios de este mes de enero, el precio del barril de Brent ha llegado a alcanzar un máximo intradía de 68,27 dólares, su mayor coste desde mayo de 2015.
De este modo, en lo que va de 2018 el petróleo de calidad Brent acumula una revalorización del 2%, tras despedir 2017 en 66,87 dólares por unidad.
Por su parte, el precio del barril de calidad Texas, de referencia en EEUU, subía hasta los 62,21 dólares, en máximos desde mayo de 2015 y casi un 3% por encima de los 60,42 dólares del cierre de 2017.

EMPRESAS:

Gracias a la reforma fiscal de Donald Trump en Estados Unidos, Iberdrola ingresará 1.200 millones de euros gracias al ajuste contable que le permite el cambio impositivo realizado por la administración estadounidense, según ha informado la empresa al regulador bursátil español: "ponemos en su conocimiento que la aprobación de la reciente reforma fiscal en los Estados Unidos de América el pasado 22 de diciembre de 2017 dará lugar al reconocimiento de un ingreso no recurrente de los estados financieros consolidados de Iberdrola a elaborar conforme a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) correspondientes al ejercicio 2017", señala en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
De acuerdo con los cálculos preliminares realizados, dicho ingreso podría alcanzar un importe en el entorno de los 1.200 millones de euros después de impuestos, consecuencia de los ajustes a realizar en diversas partidas contables, afirma el comunicado.
La cantidad resultante del ajuste es consecuencia del efecto que supone haber reducido del 35% al 21% el impuesto de sociedades. La empresa que preside Ignacio Sánchez Galán contabilizó pasivos por impuestos diferidos con la Administración estadounidense valorados al 35%. Al haber pasado al 21%, lo que ha hecho es valorarlos a este porcentaje, lo que reduce significativamente los pagos.
Aunque la rebaja es aplicable desde 2018, la empresa ha optado por hacer el ajuste sobre este ejercicio, al haber sido firmada la orden por Trump este mismo año y por permitirlo la autoridad bursátil de Estados Unidos (SEC), que, bajo los principios contables US GAAP, admite un registro provisional de los efectos de dicha reforma fiscal durante el periodo de medición que no puede exceder de un año. A 30 de septiembre, el grupo eléctrico contaba con unos impuestos diferidos pasivos de 12.446 millones e impuestos diferidos activos de 6.673, gran parte de ellos correspondientes a Estados Unidos. 
La empresa destinará ese dinero extra a sanear otras partidas de su cuenta de resultados, por lo que no espera impactos en su beneficio neto de este ejercicio. En concreto, explica que: "se espera que dicho ingreso no recurrente no altere significativamente el beneficio neto consolidado de la sociedad del presente ejercicio, ya que su impacto será compensado mediante la aplicación de diversas medidas de gestión relacionadas con la optimización del perfil de negocio del grupo, que incidirán en la mejora de los resultados consolidados de la sociedad en los próximos ejercicios, así como por el valor final contable del negocio de Brasil una vez realizada la ampliación de capital en Neoenergia, tras la reciente suspensión del proceso de su salida a Bolsa".
El pasado 20 de diciembre el presidente Trump logró la aprobación definitiva a sus cambios de impuestos, que entraron en vigor dos días después. Supone la mayor rebaja de impuestos en ese país desde la de Ronald Reagan, hace más de 30 años. El recorte premia sobre todo las empresas y algunas de las corporaciones españolas que están presentes en ese mercado también lo aprovecharan. Entre otras cosas, el Impuesto de Sociedades cae del 35% al 21%, la mayor rebaja de la historia reciente.

Iberdrola está presente en Estados Unidos a través de Avangrid, una firma que cotiza en Bolsa desde 2015 y de la que controla la matriz española el 81,5% de las acciones. Es el segundo mayor operador eólico del país, opera en 25 Estados y cuenta con activos por valor de 31.000 millones de dólares (unos 26.360 millones de euros). Avangrid integra a ocho compañías reguladas que operan en Nueva York, Maine, Massachussetts y Connecticut, con 3,2 millones de clientes.